Víctor Raúl Haya de la Torre

IRepertorio Elmericano SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA San José, Costa Rica 1931 Sábado de Febrero Tomo XXII Núm. Año XII, No. 525 SUMARIO Pacifismo militante.
Albert Einstein Einstein y Costa Rica.
Hipolito Jaltonell Los días de la plutocracia yanqui están contados. Juan del Camino Bibliografla titular.
Anna Pavlowa ha muerto Rogelio Sotela No ser hombre de partido José Ortega y Gasset Levántate, Carmencita.
Rafael Estrada Más motivos de Año Nuevo.
Persilex Con The Nation Salomon de la Selva El crepúsculo de las Dictaluras (1)
José Rafael Pocaterra La irresistible Revolución de la India Brailsford Bandidos y Piratas.
Al margen de las insurrecciones.
Toledo.
Busqnemos el libro dificil Libreamericanismo.
El Dr. Armodio Arias ocupa el solio presidencial en la República de Panamá.
Lo que iba a decir el Dr. Enrique José Varona en el homenaje a Trejo.
Tablero (1931. Revolución universitaria y horas americanas. Ortega Dias Haya de la Torre Max Jiménes Benjamin Jarnés Sanú Cano Corina Rodrigue: de Cornick Jiguel Angel Asturias Pacifismo militante Versión de Hipólito Mattonell Cuando se reunen pacifistas prevalece para Repertorio Americano.
marán armas ni prestarán servicio militar.
entre ellos el sentir de que dentro de ninguno. Aconsejo que en todo el mundo su círculo todos son ovejas y quó, fuera se reclute, poi así. decirlo, apoyadores de esde su círculo, están los lobos. Ocurre ta idea. los timoratos que alegan el no que, por regla general, los pacifistas no servir ningún esfuerzo que hagamos porse relacionan sino con quienes comparque somos corto numero, les replico que ten sus ideas. No se esfuerzan por salir si en tiempo de paz logramos que siquiera del aprisco y convencer a los demás. Ya un dos por ciento de la población del mundo debieran esforzarse los pacifistas que lo afirme que no peleará, estarún resueltas son en serio, por hacer algo efectivo en con sólo eso las dificultades internaciovez de contentarse con sueños ociosos nales. Basta ese dos por ciento para el o con sólo hablar de su pacifismo. El logro de lo deseado, porque no so podria próximo paso que tenemos que dar inencarcelar a tántos. No hay en el munmediatamente debe ser actuar: hacer algo.
do cárceles bastantes para contenerlos!
Démonos cuenta de que, en cuanto hay El segundo curso de acción que aconguerra, todo mundo cree tener la oblisejo parece menos ilegal. Debiera ponergación de cometer un crimen: el crimen se la legislación internacional a tono con de matar. Esa creencia hay que desla idea de que, a quienes se oponen a truirla en tiempo de paz, haciendo que la guerra, se les debe permitir rendirle la humanidad comprenda que la guerra a la patria a la humanidad toda; ines inmoral, que la guerra es una institernacionalmente, algún, servicio difícil tución tan anticuada como bárbara de y aún peligroso. Así podrán probar que Einstein cuyas cadenas los hombres, por no es por razones de cobardía cuauto medio esté a su alcance, ni de egoísmo que se oponen a deben libertarse.
Einstein y Costa Rica Para el logro de tal fin suDon Joaquin Garcia Monge, Abrigo fe en que quienesquiera giero dos cursos de acción. El Repertorio Americano, que adopten este programa conuno ya ha sido puesto a prueba San José de Costa Rica.
seguirán a la postre establecerlo y la excelencia práctica de sus como regla internacional, ya sea Mio carissimo: resultados ha tenido abundante por medios legales o por otros mecomprobación: Consiste en ne Jesús, Buda, Lao Tse, Tolstoy, Rolland, Gandhi, Tadios. Aconsejo, por consiguiente, garse a prestar servicio de gue gore, Bertrand Russell, y, ahora, Einstein. Son los grana todos los que se oponen a la des capitanes del Pacifismo. Son los héroes, de altura rra, sea de la especie que fuere moral inconmensurablemente por encima de la de los guerra, que se organicen intery en cualesquiera circunstancias.
matadores de hombres. El hombre dulce, el hombre hon nacionalmente. Les aconsejo tamCuantòs quieran hacer algo posi do, el hombre sabio; los grandes novelistas, los grandes bién que hagan colecta de fondos tivo que tienda a la pacificación poetas, los grandes filósofos, los grandes matemáticos.
con que puedan dar refuerzo a universal, deben asumir esa acLa lista que doy es incompleta. Atenas turo. a Euripititud aún riesgo de gran sades, y, en medio a la borrachera de Alcibiades de que se los que se oponen a la guerra en contagiaron los mandones de aquel pueblo, todo un parpaíses en donde no se cuenta con crificio personal y de los inayo tido pacifista. En España, cuando la guerra de Cuba, medios para fomentar la gran res sufrimientos. es en tiempo hubo también pacifistas, como en la Gran Bretaña cuando obra. Estas actividades hay que de paz cuando los pacifistas que la guerra de independencia de los Estados Unidos. Los iniciarlas, y proseguirlas con vade veras lo son deben tomar esa maestros de historia, por ignorancia, hacen caso omiso de tan grandes ejemplos. y se nos enseña que la guerra lor. En ello manténganse firmos posición aún en los paises dones poco menos que natural condición de los pueblos. Abajo quienes sostengan el evangelio pade el servicio militar es obligato con la mentira! Mucha gracia me ha hecho lo que hace cifista, para que el mundo los rea y, rio. En los países donde no lo poco leia en el chispeante semanario The New Yorker, por su actitud, llegue a respetarlos.
sea, los pacifistas deben mani que es una especie de Carteles, en yanqui. Decla The festar abiertamente que nunca to. Pasa a la página 70 Albert Einstein la guerra. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica