Joaquín García Monge

310 REPERTORIO AMERICANO Poesías de Edouard Du Buron Me llegaron con quejas Dondequiera estoy solo.
Dondequiera estoy solo, dendequiera: En esta casa de las puertas abiertas que nada me revelan: Ni siquiera una sombra que dijera Un tesoro escondido en mi se encierra.
Por eso tengo el alma mía inquita con inquietuit eterna hasta abolir los muros dondequiera.
Aun no son para mi los cantares de mi alma Nell.:garon con quejas de lo que éste había hecho, y del pecado de ése olro.
Me vinieron con la dulzura de esta flor y la hondura de tal o cual valle.
Me dijeron al oído la belleza del sol cuando declina y la fealdad de ciertos hombres.
Yo sigo mi camino, viéndolo todo, oyéndolo todo, imagen de cuinlo veo y oigo, extraño a todo, sin embargo, sy cómo podría decir lo que quieren que diga si de cuanto oigo y veo no encuentro la substancia?
Cuando los valles.
Aún no son para mí los cantares de mi alma, las canciones que quiero poder un dia darles.
Aún no son para mi los amores de mi alma cuya quietud jamás ha perturbado nadie.
Ni para mi los sones de clarines o flautas con que el vasto auditorio ha de llamarme.
Ni para mí el murmullo de voces de la Muerte como voces de Madre.
Ni para mi el momento aún do que conosca el rostro del Silencio imperturbabu y a los pies del Silencio eche la larga carga de los ruidos que hicieron duro el aire.
Solo, conmigo mismo, como Amado y Amada me duplico en mis propias profundus soledades.
Oh pensamiento.
Oh, pensamiento, no le detengas e esperarme.
Nata te atrase: siempre adelante: No importa que yo tarde, tú corr. vuela, lántale.
Cuando se hayan colmado los valles qu: hay en el hombre, con aguas puras; cuando el sol se detenga en su celestial peregrinación, y se junten los océanos que el hombre lleva dentro; cuando por vez primera contemple el hombre un árbol, entonces; sólo entonces, jamás antés, se olvidará el hombre de sí y se hallará a sé mismo.
Edouard du Buron en la Marcha Fúnebre de la Sonata Opus 6) de Beethoven sobre la macrte de un héroe Ahora me parece.
Ahora me perece como si esta tierra: tan lejos de la mia interminables años se hubieran deslizado. prelones de manos sin acompañamiento fraternal de sonrisa: Caras nuevas, todas las mismas caras, cubiertas con el mismo dolor como con máscara: Yo sé que tienen algo que se esconden en casa. me parece ahora como si en esta tierra donde a penas he estado cuatro dias interminables años se hubieran deslizado.
Júbilos indecibles.
Experimento jubilos indecibles cuando, solitario, descanso con la mejilla en la mejilla de la hierba, y en los ojos la sombra de los árboles.
Oh, que pudiera.
Oh, que pudiera darme a ti en una canción.
Oh, que pudiera llegar a ti con los brazos llenos de flores no arrancadas.
Oh, que pudiera postrarme sobre lierra para que lus pies pasaran sobre mis hombros.
Oh, que desde mi prisión le llegaran mis suspiros.
Oh, que para quemar en mi incensario pudiese recoger lodo pétalo caído.
on, que frenie a ti pudiera colocar mi incensario.
Si alguna copa de las mías ha quedado vacía, os ruego que la llenéis de mi sangre.
Oh, que pudiera con pie descalzo alzarme schre la lierra desnuda y continuar mi tarea. Oid: Nola de canto que nadie canta, suena. un árbol Carta alusiva. Mi querido don Joaquín García Monge: Este extraordinario Edouard du Buron que nos ha llegado, Dios sabe por qué, a Costa Rica, se pasó las primeras seis semanas aquí sin hallar comprensión Después usted y yo lo hallamos, gracias al composifor Sequeira, y Du Buron ha tenido amigos.
Antes que nosotros lo conocieron Amighetti. Sánchez y otros. Creo que Quico Quirós estaba entre éstos. Pero, como somos poco sociables, le vieron bailar, tomaron apuntes de palabras y de dibujo, y se apartaron de su lado sin comunicarle el alto aprecio que, por lo menos Amighetti y Sánchez, le cobraron. Para Du Buron ha sido una sorpresa que Repertorio publicara el dibujo y la prosa de Amighetti, y saber que Sánchez quería poner en piedra alguna de sus posturas de bailarín original.
Conmigo tuvo la gentileza Du Buron de prestarme libros (ya le enviaré traducción de algo de The Dance of Siva del gran Ananda Coomaraswamy. y dejarme leer sus propios versos. De los escritos en el mar mientras venía hacia acá (para encontrarse aquí con el admirable Lamento Caribe que compuso Sequeira y con una soberbia Danza de la muerte que recogió MedizBolio en Nicaragua: legitima música india de mi tierra, que es suya de usted. y de los escritos aquí en San José, los más de ellos en el Parque Bolivar, he traducido una decena para Repertorio.
Conste que este artista halló en usted y su grupo, alegría, cordialidad, reconocimiento de sus méritos, admiración. Que lleve de Costa Rica buen recuerdo.
Suyo affno. Salomón de la Selva San José de Costa Rica, de diciembre, 1931, Experimento júbilos indecibles curando e lomas de la miglio y por senderos de tus jardines me llevas con la guía de huellas de los pasos.
Experim nlo júbilos indecibles cuando me paso recordando la bendición de tu sonrisa hecha de luces con que mis soledades has poblado.
Je llego u li a suplicarle que me permilas entrar en tu soledat: Estoy cansado.
Todo el día lo anduve recorriendo el hombre por si hallaba puerta abierta: Toda puerta estaba cerrada.
Bebi del río hasta llenarms sin poder calmar mi sed, y le he visto al pasar a tu lado.
Tus ramas me llamaron con música demasiado sutil para el oído sensual: He aqui que acudo a tu llamado.
Estoy a tus pies, listo a escucharle. Permite que sea tu discípulo: Haame semejante a li: Hasme con ramas para cobijar a mi amada.
obrázame con tu sombra hasta qua: caiga el sereno de la noche: aún en la noche me llenar: de tu majestat.
Junto a ti salutaré al sol que nasca: Me am parará el rocío que le empape. la hora señalada he llegado a somelerme a tu regla: Arbol, árbol, árbol.
Oh, mar sin playas.
Oh, mar sin playas de mi espíritu, tolero que te junles con el mar de la Tierra, Sean los dos océanos como una vasta flor de ins. parables pétalos.
Para injertar en li, mar de la Tierra, el mar sin playas de mi espiritu, he de abrirle una herida entre las olas. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica