REPERTORIO AMERICANO.
123. Envío del autor Elegia a un soldadito muerto en una revolución sudamericana Alfonso Reyes Yo te ví, soldadito muerto. Pobre! Parece que la bala le ha entrado en un pulmón.
cuyo nombre no sé. Alli debe estar como una abeja Tendido estabas en la esquina de mi casa, que tranquilo! junto al polvo de aserrin que respiraste en la vida.
Parecías borracho que amanece un lunes sin ganas de trabajo. Si no fuera barata jestaría en tu deilo esa sortija. Solito, desamparado, con qué ternura te abrazabas al fusil!
La mañana llena de pájaros el mar cantando bajito.
Ti nada les decías. Ni siquiera mirabas a esta Señorita que se miraba en su espejito mientras decía. Pobrecito. Es Juan, el carpintero, dijo un mulato. Quién sería el malvado que lo mató? la Iracema nada sabe. Ha comparado con la tuyt, con barba de días su cara tan bonita. Juan: no has aserrado tu cajón, Pero tú fumabas impasible ahora te van a enterrar en la tierra pelada.
un hilito de sangre como el puchito de Carlitos.
Mejor! Así te convertirás en seguidita en flor, No acusabas a ninguno! todos te hemos matado, soldadito!
en pájaro, en café.
Ah, qué ganas tenia de sentarme en el suelo a tu lado, Yo te vi. No se me olvidará tu cara amarilla, llorar unas lagrimitas triviales, como un compudrito de juerga, til uniforme caqui, tie chalina sucia. Te habían robado el espadin? conversar. Amigo carpintero, hoi estábamos de farra Los hombres charloteaban como moscas, con la Iracema sus amigas, aquellas morenitas.
Bueno: se acabaron los celos con el capatero Domingo, yo era una mosca más definitivamente te has curadò aquella tosesita.
al pie de tu crus, carpinterito del Brasil.
Ilas muerto. Sábes. Has minerto! sin hacer aspavientos, Pero no hagamos poesía. No había cruz.
sin decir palabras, sin ílagdalenas, sin dlarius, ladrones, quisá. ladrones, quisá. Yo también fuí a robar el dolor sin consuelo de tu cara en mi pañuelo. estás aquí sin esperanza de un Tercer Día. Has muerlo, esto es todo. Has muerto sin porqué? En nombre Tendido sobre el asfalto; como una cáscara de plátano, de qué?
servías para que las moscas dijeran, eruditas: Para redimir a quién, soldadito, carpinterito?
Alberto Guillén Santiago, 1931. Anmacu 351. Manifiesto de los intelectuales de Chile al país De El Diario Ilustracio. Santiago de Chile.
Hay otra De nuevo le sentimos el pulso a vuelta al régimen de las libertades públi. precavernos contra la posibilidad de una Chile. Cartas nos llegan. Hay una de cas. Creemos que los intelectuales del país repetición de las mismas falacias y errores Julio 21 que nos dice: no pueden permanecer indefinidamente al que hicieron posible el abandono del régimargen de la vida política, y que si quere men civil de gobierno.
Amigo García Monge, parece que, por mos dar a nuestras instituciones la estaPero, ante todo, pedimos que se mantenfin, cae la tiranía en Chile. No ha sido bilidad necesaria, a fin de evitar la repeti ga efectiva la libertad de prensa, la liberabatida por la fuerza, sino por el desastre ción de un régimen de fuerza, debemos tad de opinión hablada o escrita, sin lo cual financiero. El tiranuelo llamó a sus enetodos expresar serena y claramente nues la Constitución del Estado seguirá siendo migos a formar Gabinete, y éstos comentra opinión acerca de sus deberes y derezaron por exigirle el retorno al régimen chos, haciendo así efectivos los principios letra muerta, y continuaremos expuestos a legal, con todas sus libertades.
que volviera el divorcio entre los actos del teóricos sobre los cuales fue fundada esta Gobierno y la voluntad del país. Es preReflejo de la libertad de prensa, que nos república.
faltó años, es el manifiesto que aquí le va ciso que los ciudadanos que tienen ideas o Hemos vivido los últimos cinco años no experiencia de los asuntos del Estado pueen recorte.
tan sólo sin poder hablar con claridad, sino, dan presentarlas libremente al Gobierno y que dice; además, sin poder ver claro tras el velo de ante la opinión.
la censura. No pudimos decir lo que senEl país se ha endeudado en cinco mil Tenemos la convicción de que. todos tíamos, ni nos dejaron ver la extensión de millones o sea en mil millones por año desnuestros compatriotas verán, en nuestros los males que presentíamos ya. Las consede 1927 en que ingresaron los militares al nombres y en la obra que hemos podido reaGobierno. Desde la independencia debía cuencias de esta política las vemos en los lizar como escritores una garantía de que desastrosos resultados de la crisis moral, sólo mil millones hasta 1927. Estos datos no nos agrupamos hoy para favorecer la económica son más o menos; en el manifieto al país midos. fiscal en que nos hallamos su vuelta de la reacción o de la demagogia.
de los intelectuales verá usted el cuadro paCreemos que le corresponde a Chile elabovoroso con precisión. Se lo mandaron?
Con toda la fuerza de nuestro espíritu rar su propio destino de acuerdo con sus Procuraré enviarle uno hoy en otro sobre. negamos que esta crisis sea puramente eco propias necesidades, y que la ley, libreLa cobardia en todo este período de dictanómica, o que sus causas puedan ser atri mente discutida y justamente aplicada, basdura ha sido grande. Por miedo no firbuidas exclusivamente a una idepresión tará para regenerar nuestra vida política maron el manifiesto los empleados fiscales mundial. No; los males que sufrimos pro y restablecer nuestra dignidad de ciudadamás o menos contaminados por la dictavienen en su mayor parte de, errores que nos. En esta obra de ilustrar la conciencia dura.
pudieron ser evitados, de falta de previsión del pueblo y poner a su alcance los compliDentro de poco saldremos de esta dic y de experiencia, de la ausencia de una pocados problemas de gobierno, los escritores tadura y volveremos con gran sacrificio lítica definida y de haber dado hasta hace tienen un cleber que a ningún otro puede a la normalidad.
poco la preferencia en el Gobierno, no a los entregarse con mayor confianza en una demás capaces, sino a los más dóciles. De mocracia liberal.
El grupo de escritores firmantes cumple consiguiente, nos corresponde puntualizar Al amparo de la censura y de la suspencon un deber de ciudadanía al saludar la sus causas inmediatas en el propósito de sión de las garantías individuales, los pla Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica