Violence

REPERTORIO AMERICANO 191.
sión de su jinete, le llevó de nuevo a la cun Del Evangelio según Mateo Soden tenia una perra seiter a quien queria y bre de la colina, desde donde el abstraido Capítulo Versículos 5, 6, 7, 8, 9, 10 y 13 mimaba, y que atendia al raro nombre de capitán vis como ondulaban lentaniente, cuesta Siempreverde. Este animal habia encontrado, abajo, las dus serpientes grises. Como el pri. entrando Jesús en Capernaum, rino desde la cocina, el camino del comedor, y tan sionero, dejó resbalar sus ojos sobre los azua él un centurión, rogándole.
pronto como el teniente lo vio, en su cerebro lados valles, sobre el oro tranquilo de las diciendo: Señor, mi mozo yace en casa omnubilado surgió la idea del juego del lans.
mieses, por los prados aúu sumidos en una paralitico, gravemente atormentado.
quenete, que después se hizo famoso en todo tenue bruma, por el rojo recién bruñido y seY Jesús le dijo: Yo iré, y le sanaré. el regimiento. Claro es que en secreto, peru diento de sol de los tejados. Oyó el afilar de respondió el centurión, y dijo: Señor, adoptando formas innumerables, según las sia las guadañas y las alegres voces de los niños, no soy digno que entres debajo de mi tetuaciones.
entremezcladas con el gorjeo ascendente de chado: mas solamente di la palabra, mi. Ven aqui. había dicho el teniente.
las alondras; y, de pronto, se quitó el casco mozo sanará. el animal obedeció, y se estuvo sentado de acero y plegó sus manos sobre la frialdad Porque también yo soy hombre bajo de moviendo la cola, mientras contemplaba con gris del metal. Ausente de sus propios pensapotestad, y tengo bajo de mi soldados: y digo ojos vivaces la mano en alto.
mientos, sentia que su figura se erguía como a éste: e; y va; y al otro: Ven; viene; Vete!
algo extraño y funesto en la serenidad del a mi sierco: Haz esto; y lo hace.
Un puntapié a hurtadillas y el perro huyó alcor, algo revestido y armado como un insulto oyendo Jesús, se maravilló, dijo a algunos pasos: contra la silente germinación de la tierra felos que le seguian: De cierto os digo, que Entre la risa general prosiguió el juego, con cunda y la muda vigilancia de Dios sobre su ni aun en Israel he hallado te tanta.
una estupidezi automática, hasta que lo advirtió obra. Y, hurano, esquivando la carretera, cala mirada errante y vacia del capitán.
balgó a la zaga de su tropa, volviendo de entonces Jesús dijo al centurión: Ve, Quien se levantó con tal violencia, que su y como creíste te sea hecho. su mozo fue cuando en cuando los ojos, como un asesino taza de café rodo por el suelo. Gritó que sano en el mismo momento.
que huye de una iglesia.
aquella acción sólo era digna de un canalla, y Pero en la columua de los prisioneros, ya (En la antigua version a todos pareció que iba a lanzarse sobre el cercana al lugar de su destino, volaba de de Cipriano de Valera.
culpable para infligirle el castigo correspongrupo en grupo, seguida de sourisas que osci.
diente.
laban entre la confusión y la burla, una frase Hablaba como un médico habla a un niño, El suceso, que llegó a oidos del coronel, que un oficial, sin darse cuenta, habia gritado extendiendo la inano como si intentase tomar terminó bien. Pero en la memoria de todo el a otro, y ahora rebrillaba sobre lo sucedido.
el pulso al capitán. Pero éste sólo había perregimiento y de toda la ciudad, quedo hincado como explicacióiì y alivio: cibido en aquel movimiento el interés, no el el recuerdo de este domingo como algo sor El Centurión de Cafarnaum.
gesto de superioridad. contestó que se traprendente, aunque cosa semejante ya no había Su nombre era. Cristóbal von Soden, pero taba de una vida entera, de una vida entera ocurrido más y lo cotidiano volvió a correr desde el jefe de la división hasta el recluta transcurrida sin conocer esta cita de la Biblia.
sobre la aparición de aquel tipo singular como más reciente, todos le llamaban el Centurion lo que el ayudante opuso bondadosamente una ola por los surcos de la arena.
de Cafarnaum. Sucedió que en aquellos ya Este era el Centurion de Cafarnaum. los que quizá se trataba de un olvido. Pero Soden lejanos oficios de la capilla del cuartel, antes fijaba entonces los ojos, al parecer llenos de cuarenta años, un versículo de la Biblia le de la gran guerra, el sacerdote comenzó su angustia, en una de las puertas contiguas por había herido como una flecha, que había peneplática, leyendo el Evangelio. entrando la que justamente estaba entrando un orde trado por entre las corazas de toda una vida Jesús en Cafarnaum, vino a él un centurión nanza.
entregada a una profesión endurecedora, de rogándole. al oír las palabras «ve, y como. Ven aqui. le dijo quedamente.
un sentimiento de casta que aisla y hermetiza.
creiste te sea hecho. se habia levantado el El soldado, conmovido por la insólita tenY elastil de aquella flecha no cesaba de vicapitán, que estaba junto al altar, y avanzando sión del momento, como todos los otros sol. brar, suavemente, como no cesaba la punta de dos pasos hacia el púlpito, quedó en medio de dados, se acercó rápidamente a la mesa y se hincarse en la herida, en un sitio que en la los bancos curvado un poco hacia adelante cuadró junto a la silla del capitán. También vida culta de Occidente tiene que pasar por como si escucharu alguna cosa que desde lejos en sus ojos se advertia una suave angustia.
insensible.
le dijese su emperador. Sus ojos, tras las ga. Vete. añadió el capitán, siempre en voz Por parte de padre y madre, era el capitán fas de oro, hiocaron su dolorosa impaciencia baja.
descendiente de antiguas familias militares.
en el turbado rostro del sacerdote, ya indife El soldado dió media vuelta y salió de la Sus antepasados eran coroneles retirados, inrente; sus manos demasiado pequeñas, se habían. sala por donde había entrado. En todo el traflexibles, prusianos, fieles al rey, cuyas maplegado inmóviles alrededor del pico del casco. yecto parecia haberse transfigurado, como si.
dres tenían que conservar a duras penas, las Asi habia permanecido hasta acabar el ser los ojos del capitán le empujasen con una apariencias de una clase elevada, entre disimón, hecho blanco, sin saberlo, de cientos de suave pero irresistible fuerza, por un espacio mulados desvelos y miserias ocultas. De vida miradas burlonas, sonrientes, atónitas, conmo donde el aire mismo se negaba a oponer resencilla, agrias en el juzgar, altaneras aun en vidas; pero se trataba del oficial de superior sistencia.
la misma tumba. Primero el rey y sólo detrás categoria que habia en el templo, y nadie se Luego se había preguntado. si lo habian Dios, luego, venían los rojos entorchados de atrevió a susurrarle una advertencia, a sacarle visto. Qué era el? Un hombre. obediente a los generales; después, la masa altiva y comde su ensimismamiento con un ademán furtivo. las autoridades. Lo comprenderían ahora? pacta con derecho a hombreras y espadines, Ya estaban en el patio del cuartel cuando ¿Es que ha debido obedecer. preguntaba un siempre anhelando los rojos entorchados, como aún su rostro parecia iluminado lejanamente, teniente que nada había comprendido.
el edén prometido.
aunque, al mismo tiempo, hosco y hermético, Pero el capitán miraba hacia la puerta, al Hasta donde el capitán podía recordar, sólo como una piedra solitaria.
través de su cuerpo. Ni siquiera había oido la veia esto: el escalafón, el abanquete» del inEn el casino, durante el almuerzo, todos, pregunta. Como creiste, te sea hecho. vierno, el baile del regimiento, la gran parada.
hasta el último ordenanza, se habían enterado habia dicho en voz baja, y su rostro se había Todas sus opiniones eran como el uniforme del caso. Todos los diálogos eran premiosos, transfigurado como por invisibles dolores. Na que gastaban: limpios, serios, con oclio botones.
llenos de frases contenidas a media voz. Gota die supo decir cosa alguna, y la música vol. Los judíos eran impuros; los socialistas, una a gota habían ido cayeodo en el azafate todas vió a tocar a una señal del ayudante.
gentuza; los burgueses, una consecuencia poco las palabras, en espera de que llegase el ins Al levantarse de la mesa el médico del re afortunada del primer dia de la creación. Tenia tante de rebosar; de que, precipitadamente, gimiento, intento, por precaución, entablar un una hermana que jugaba al tennis, paseaba a cayese la gota reveladora del secreto.
diálogo con el capitán. Pero antes de comen caballo y que, no sin esfuerzo, logró casarse Como nada ocurría, fuera de que los ojos zar su diagnóstico, le cortó los primeros hilos con un capitán, en una pequeña guarnición, tranquilos del capitán seguían contemplando, del discurso un penoso incidente. Uno de los donde, a su vez enseñó a su hija el tennis, la con una fijeza incomprensible, al través de las tenientes más jóvenes, a quien desde hacia equitación y el casamiento. Tenía un hermano volutas de humo de su habano, los movimien tiempo venia pareciéndole completamente es. que le solía arrancar a hurtadillas, durante siis tos de los ordenanzas, el ayudante, que cono túpida aquella magia de las citas biblicas y licencias de cadete, los botones del uniforme.
cía la situación, se inclinó sobre la mesa, como en ello, alguna parte le cabla al vino consu Ahora, este hermano era asesor del Gobierno sin poner mucho cuidado, pero con interés, y mido acerto con una broma, pronto acogida y prometido de la hija de un gobernador civil.
preguntó al capitán que le sucedia, si aún 110 con aplauso general de sus camaradas jóvenes. Corría por ellos la misma sangre de sus habia acabado la cosa.
así como del corto número de los alféreces, antepasados, usaban los mismos apellidos, tenían Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica