REPERTORIO AMERICANO 301 VI Mirabeau o El Politico que alguien nos dice: En España hay que afirmar el principio de autoridad y hay que Es la política una actividad tan compleja. Del folleto Triptico. Mirabeau o El Pohacer, economías. Está bien: yo no niego litico. Revista de Occidente. Madrid. 1927.
contiene dentro de sí tantas operaciones parque convenga, hacer ambas cosas; pero niego 3. Concluye. Véanse las entregas aüteriores.
ciales, todas necesarias, que es muy difícil que eso sea una política en el mejor sentido definirla sin dejarse fuera algún ingrediente de la palabra. Por una razón para mi deci.
siva: la autoridad y las economías que se reimportante. Verdad es que, por la misma razón, la política, en el sentido perfecto del comienda hacer, se hacen en el Estado español, vocablo, no existe casi nunca. Casi todos los no en la nación española. esta distinción hombres políticos lo son meramente en parte.
es, en mi entender, lo decisivo.
En el mejor caso, poseen con plena conciencia El Estado no es más que una máquina siuna u otra dimensión del político, y se contuada dentro de la nación para servir a ésta.
tentan con ella, ciegos para las restantes.
El pequeño político tiende siempre a olvidar Se dirá que política es tacto astucia para esta eleme: relación, y cuando piensa lo conseguir de otros hombres lo que deseamos, que debe hacerse en España, piensa, en rigor, y no se puede negar que, en efecto, sin eso no sólo lo que conviene hacer en el Estado y para hay política. Pero, evidentemente, hace falta el Estado. Las economías no se hacen en más. Hay quien, hiperestésico para los defectos España, sino en el Estado, y por muy imporde la justicia social, llamará política a un credo tante que sea el lograrlas, carecen por sí misde reforma pública que proporciene mayor mas de verdadero valor nacional. Parejaequidad a la convivencia humana. no hay mente, la autoridad es necesaria, como condiduda de que sin cierto sentido, y como afición ción previa para que la máquina Estado funnativa a la justicia, no puede nadie ser un gặan cione; pero con poseerla no se ha hecho nada politico. Pero esto es más bien la porción importante. La cuestión empieza cuando nos de idealidad moral que el hombre político preguntamos: esta máquina del Estado, con lleva a su actuación pública. Hacer consistir sus economías y su autoridad. cómo va a en ello la politica, es vaciarla de si misma y funcionar, a actuar sobre la nación? Esto es llenarla de un pobre misticismo ético. Dulo decisivo: porque la realidad histórica efecrante más de un siglo se ha cometido este error tiva es la nación y no el Estado. El gran polide perspectiva. se situaba en el centro del pro. tico ve, siempre los problemas de Estado al grama un cuerpo de doctrinas morales, y través y en función de los nacionales. Sabe sólo en el segundo término se atendia a lo. que aquél es tan sólo un instrumento para la Dirabeau propiamente político. Otros dirán que povida nacional. Inversamente, el pequeño polilítica no es nada de eso, sino un buen sentido tico, como se encuentra con el Estado entre administrativo que sepa regir, como una inlas manos, tiende a tomarlo demasiado en serio, dustria, los intereses materiales y morales de una tase para poder prescindir de ellas. No se trata a darle un valor absoluto, a desconocer su sentido nación, etc. etc.
de pensar que todo lo que es, puesto que es, puramente instrumental.
Repito que todo eso, y muchas cosas más, tieademás debe ser, sino precisamente de separar, Este error lleva a tergiversar por completo la nen que reunirse en un hombre para hacer de él como dos mundos diferentes, lo uno y lo otro. esencial cuestión. Yo veo que casi todo el munun gran politico. Viene a ser éste como un alto No lo que es, sin más debe ser, ni, viceversa, lo do autoritarios como radicales moviliza su edificio, en que cada piso sostiene al que le sigue que no debe ser, sin inás no es. Ningún otro con intelecto en esta falsa dirección. cómo es posirle en la vertical. La política es la arquictetura comtinente se ha mostrado tan ligero, tan frívolo, crear en España un Estado. lo más perfecto que pleta, incluso los sótanos. En las páginas antecedentan pueril como el europeo, en dar por no exis quepa imaginar. Para el autoritario. y para el tes he subrayado hasta qué punto el hombre pútente lo fatal. esto se debe, en buena parte radical, la perfección del Estado consiste en cuablico necesita las cualidades más extrañas, algunas la perpetua inquietud de su historia. Al adoptar lidades divergentes; pero el propósito es común: de ellas de apariencia viciosa, y aun no sólo de posturas que no encajan en el marco de condi lograr un Estado perfecto. Para quien piensa apariencia. Son los cimientos subterráneos; las ciones inexorables impuestas a la vida, se hacía que la perfección del Estado se halla fuera de él, oscuras raíces que sustentan el gigantesco orgaésta imposible, y forzoso buscar otra colocación, en la perfección del cuerpo nacional, el pensanismo de un gran político.
y así sucesivamente. La quietud de Asia, su ma miento político tiene que volver del revés la cuesyor asiento sobre el haz de la existencia, procede, tión. cómo hay que organizar el Estado para Me importaba mucho poner al descubierto esas sin duda, de falta de heroismo y de entusiasmo, que la nación se perfeccione?
potencias demoníacas, casi puramente zoológicas, pero a la vez de que se halla mejor engastada en. La distinción no es ociosa ni utópica. Llega que proporcionan la energía necesaria para el el soporte último de la vida.
nuestro pueblo, como los demás de Europa, a un movimiento de tan enorme máquina como es uno de estos hombres creadores de historia. En ninguna Asia es conformista: para ella lo que es, debe punto en que se ve forzado a inventar instituciootra figura humana, tanto como en el gran poliser. Europa es reformista. para ella lo que no nes; esto es: una figura de Estado. La solución tico, aparecen acusadas las facciones de Titán. debe ser, no es. Si algún sentido trascendente variará sobremanera según se halle dispuesto a el Titán es, a la vez, más que un hombre y tiene el hecho de la convivencia intercontinental ver el problema en una u otra forma. Rusia e menos que un hombre. Se hunde más hondamente que caracteriza al siglo presente, será, a no duItalia han preferido equivocarse, y en vez de inque nuestra especie normal en los senos cósmicos, darlo, hacer posible el mutuo complemento de esas novar profundamente (1) han seguido la tradien lo infrahumano, donde sus raíces absorben las dos tendencias exclusivas: la reforma emanada ción utópica de los dos últimos siglos; han prefeigneas sustancias de que se nutre la vida toda de una previa conformidad con lo real; la modirido el fantasma transitorio de un Estado perfecto antes de ser vida, es decir, organización, regla, ficación ideal de la vida, que parte de haber recoal porvenir de una nación vigorosa y saludable.
orden, norma. esta profundidad de sus cimiennocido previamente sus condiciones.
Yo deseo para nuestra España una solución in.
versa, más completa y de más larga perspectiva.
tos le da fuerza para sobrepasar la línea humana He aquí por qué me ha parecido de alguna En definitiva, quien, vive es la nación. ΕΙ y llegar más allá, acercarse a las estrellas. En oportunidad quitar la piel al grande hombre poli Estado mismo que tan fecundamente puede actuar las figuras de Miguel Ángel aparece, magnífica tico, y mostrar, como en preparación anatómica, sobre ella, se nutre, a la larga, de sus jugos. La mente, esta doble condición superlativa del Titán: sus músculos rojo, sus venas azules, sus tendones gran politica se reduce a situar el cuerpo nacional sus hombres son ya un poco dioses y todavía un lívidos. Pero claro es que ninguna de esas fuer en forma que pueda fare da se.
Ya veremos, poco chivos.
zas zoológicas sin las que no se da el gran policuando pase algún tiempo, el resultado de esas Ahora bien: no hay creación en ningún orden tico son su política.
soluciones que se proponen lo. contrario: suspensin cierta dosis de titanismo que es, en verdad, der toda espontaneidad nacional e intentar fare la ausencia de dosis, el absoluto lujo de vitalidad.
VII dallo Stalo, vivir desde el Estado.
Me importaba, digo, subrayar esto, porque no Cabría decir que un Estado es perfecto cuando, Hay un sentido de la palabra política que concediéndose a sí mismo el minimum de ventacreo posible la salvación de Europa si no se decide la humanidad de Occidente, perforando todos los me parece la cima de su complejo significado y jas imprescindible, contribuye a aumentar la vitaprejuicios y remilgas de una vieja civilización, que es, a mi juicio, la dote suprema que califica lidad de los ciudadanos. Si abstraemos de esto a buscar el contacto inmediato, con las más nuda al genio de ella, separándolo del hombre público último, si nos ponemos a dibujar un Estado perrealidad de la vida, es decir, a aceptar ésta intevulgar. Si fuese forzoso quedarse en la defifecto en sí mismo, como puro y abstracto sistema nición de la política con un solo atributo. yo no de instituciones, llegaremos, inevitablemente, a gramente, en todas sus condiciones, sin aspavientos de un artificioso pudor. Durante siglos se ha vacilaria en preferir este: política es tener una construir una máquina que detendrá toda la vida obstinado Europa en evitar ese sincero reconociidea clara de lo que se debe hacer desde el Estado miento. Una hiprocresia radical nos ha llevado en una nación. 1) Las innovaciones son tanto más profundas, serias a no querer ver de la vida lo que las sucesivas Refirámonos a España, para evitar movernos y sutiles cuanto menos espectaculares senn. En política, lo espectacular es romanticismo, retorno al pasado o morales declaraban indeseable, como si esto bas en puras expresiones abstractas. Supongamos retención dentro de el. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica