Civil WarCommunards

oxima el momento en que nues6 REPERTORIO AMERICANO ella se poseen, tendría que incluir tieron en defensa de los fueros lo barniz cosmopolita. Sedentarios nos pero si la dirección de su huella en cada uno de estos estados de cales y se revelaron contra los obis sentimos al compararnos, por ejem para nuestros más modestos afanes.
ánimo, sumariamente. dibujados, pos, antes de que el primer Bolívar plo, con Francisco de Miranda, que En un atardecer de agosto, en que otros factores morales que contri. pisara la Tierra Firme, en el siglo en su cartera de viejo girondino el aire se impregnaba con el hálito buyeron a su posterior acción en xvi. De ese modo juzgada, nuestra tenia el mapa de América como un febril de las lagunas, Simón y su la independencia americana. Así, emancipación fue una guerra civil itinerario en que las distancias es maestro discurren por las riberas cuando salió de Caracas, aún en la en efecto, no contra España, sino taban suprimidas. En su mente, se del Anio, a la falda del monte Avenpubertad, ya tenía noción de los como una vuelta a la España de los hallaba Rusia a la vuelta de la es tino, y ascienden a la colina donde los prolegomenos de la lucha, que ha reinos autónomos, duramente cen quina de Inglaterra. Estaba en Fran plebeyos juraron librarse de los pabía de ser prolongada y sangrienta, tralizados por la exótica dominación cia y su vecino eran los Estados, tricios y de la dictadura del Senaentre el orgullo de los gobernantes de los Austrias. Como los vascos Unidos. Bogotá era un barrio de do. Siéntanse en el pedestal, patique la metropoli enviaba a la Ca mantenedores de sus fueros, y los Buenos Aires. De Cádiz salia, en un nado por los siglos, de la rota copitanía General de Venezuela, y el comuneros de Castilla en territorio velero, como para un paseo por las lunina caida entre la maleza, como orgullo, herencia de buena cepa español, Bolivar libraba sus com costas mediterráneas, a repartir pu magistralmente ha sido descrito ibérica, del criollo nacido en aquel bates, en territorios americanos, blicaciones republicanas, editadas a por ilustres historiadores. En la suelo, y a través de centurias, in por parecidos motivos de liberta bordo, por las islas y costas del mar lontanauza azul esparcia su tenue jertado en el indio aborigen y, en des regionales, pero renovadas se de las Antillas. Qué piernas vigo oro el sol poniente, resplandecia parte de la población, con el gún el ideario de la época, y la rosas las de nuestros abuelos y, en los arcos triunfales y en la ébano del infeliz esclavo africano. agitación y descontento en que se sobre todo, qué amplia mirada para cúpula del Vaticano, y al penetrar Lucha a veces cruenta, que con encontraban las provincias de UI abarcar los más distantes limites! por los ventanales del Coliseo les. frecuencia ya ponía pánico en la tramar, sobre todo después que Eran hombres faústicos, para usar daba expresión de ojos humanos ciudad, que tiene una cruz y un los ejércitos napoleónicos invadie términos spenglerianos, que, a la que lloraran la grandeza desapaleón rampante en su escudo. Más ron la Península, vez que tenian la visión del infi recida. Llegaba lento el crepústarde, cuando Bolívar vino a Ma Pero volvamos a nuestro princi nito en sus concepciones, no se culo y parpadeaban las estrellas drid, pudo darse cuenta de la de pal asunto. Aprovechando la crisis arredraban ante los obstáculos ma como niños que nacieran. Evocada cadencia del poderío real, y hasta que atravesaba su discípulo, en su teriales para realizarlas.
por sus piedras, la magnificencia se tiene noticia de que alguna re hastío de los placeres, Rodriguez Eran también en esto muy de su romana se extendía en la imperial beldia suya, contra autoridades pú lo condujo a Italia, haciendo ambos tiempo Simón el viejo y Simón el soledad. Bolívar, irguiéndose soblicas, motivó su temporal destierro largos trayectos a pie antes de mozo, y debió de ser esfuerzo in bre el musgoso pedestal, con lirica de la Corte. Cuando viudo, de re.
detenerse en la Ciudad Eterna. significante recorrer a pie las ciu. energia, pronunció la promesa, que greso a España, en su viaje leía Grandes caminadores y recorre dades italianas para quien debía recogió el maestro, ya convertido a Plutarco y a Tácito y también dores del planeta eran aquellos trajinar, más tarde, por las estepas en discípulo, y en la que se antia Voltaire y Montesquieu, en solihombres de antaño, a quienes las calcinadas y las nieves andinas. cipa el estilo grandilocuente de citud de doctrinas fortificantes. En distancias entre los países y la Por fin llegan a Roma. En la po las arengas bolivarianas, estilo Paris trató a los que conocieron diversidad de lenguas no impedían sada, donde Rodriguez remendaba que es como floración de su temlos días de la Bastilla y de la sentirse no sólo buenos europeos, una vez más sus calzones de sabio peramento tropical y más latino Convención, y el sabio Humboldt. como hoy se califica a los que as ambulante, el alma de la ciudad que ateniense. Este fué su delirio le mostró el panorama del Nuevo piran a la federación continental, imponia su majestuosa enseñanza de Roma, paralelo al que en la Mundo como asiento de una liber sino mejores ciudadanos del mun en el alma de Bolívar, que el dolor plenitud de su gloria tuvo en la tad comparable a su naturaleza. do. Se diria que ahora, a pesar: y el placer, como estados subje cumbre diamantina del Chimborazo, Además, Simón Rodríguez. en me del enorme progreso de las comu tivos, estuvieron a punto de vencer cuando cayó desvanecido a las dio de sus desarreglos, cultivó las nicaciones, la tierra se ha ido en. en su camino de perfección. se plantas del Tiempo, que se le apainclinaciones de Bolivar, como un sanchando, o los países alejando, o reció entre encendidas nubes. He árbol que al crecer extenderia sus los hombres encerrándose en estre. tra a ras de tierra, no puede aqui exclamó Bolivar de pie sobre brazos desde el Orinoco caudaloso chos nacionalismos, que disimula un seguir el vuelo de la de Bolivar, el Monte Sacro la tierra de Róa las cimas del Potosí.
mulo, de los reyes, de los ciudaA las influencias que el ambiente danos, de los emperadores, de los.
natal, las lecturas, los contactos mártires. Aquí todas las grandezas El traje hace al caballero mundanos, la tradición oral. cony todas las miserias tuvieron cuna.
servada en el hogar paterno, tuy lo caracteriza Hubo aqui suficientes y vastas revieron en las ideas de Bolivar; en servas para conquistar el universo su adolescencia, juventud, durante La Sastreria y someterlo. Contemplo en esos su formidable actividad militar, y sepulcros innumerables la mucheluego como Presidente de la Gran dumbre de prodigiosas figuras.
Colombia, constituida por VenezueSomhras de perversidad, de crimen, la, Nueva Granada y Ecuador, suprede abnegación y de heroismo. qué habéis hecho, sin embargo, por la mo Magistrado del Perú y Fundador de Bolivia, a esas influen.
de Francisco Gómez causa de la humanidad, comparado cias, hasta cierto punto externas, con lo que hay que hacer? Por para explicarse mejor su actitud todos esos recuerdos, por mi parevolucionaria, habría que, añadir:. tria y por mi honor, juro no dar los gérmenes depositados en lo más.
reposo a este mi brazo hasta conen pagos semanales, mensuales hondo de su memoria subconsciente, o al contado.
quistar la emancipación de Amé.
rica. Así dijo.
en aquella región del Yo, por lo regular obscura e incógnita para. Hay un inmenso surtido de así habla de ser: española, nosotros mismos.
casimires ingleses. Operarios pero libre.
Se ha escrito y repetido que nuesY en el silencio sublime de Rocompetentes para la confectra guerra de, independencia fué ción de trajes: ma emergia, con serenidad apoliuna guerra civil, feroz, cual ocurre nea, la lección de la Voluntad entre hermanos separados por disc triunfante. Bolivar encontraba un Haga una visita y se convencerá tintos principios. Si se acepta cosupremo objeto a su vida, como si sobre un terreno volcánico, en mo lógicą esa interpretación de. Calle del Tranvía nuestra historia, fué aún más civil cuyo seno ardieran los fuegos, se 50 varas al Este de El Cometa. esa contienda en la propia alma de alzara, en la paz divina del crefrente a Luis Vannl Bolívar, porque en su herencia anpúsculo, el templo de Minerva.
cestral y subconsciente, escuchaba San José. Teléfono 3283 Cuando llegó la noche, acaso en como voces de ultratumba, las, de sueños, nuestro señor Don Quijote, los abuelos vizcainos que, comba:a. quien habia de compararse en La Colombiana ie, haçė ei vestido Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica