354 REPERTORIO AMERICANO cio.
a tarcas; que le permitía sufrir el hambre y dor Como si su alina acabase de conocer un mo melancolía a lo Childe Harold eran prccedidos mir al fulgor de las estrellas, envuelto en su vimiento heroico, el anciano elevó la voz para seguidos de períodos de anormal animación, capa o tirado sobre una piel de animal salvaje decir: como si la tristeza se trocase en él, en una imy que le permitía montar a caballo veinte ho En los días de suprema angustia, cuando periosa necesidad de trabajo. Bolivar no conoras seguidas, sin dar el menor signo de cansan todo parecía perdido o a punto de perderse y ció ni la serenidad, ni la calma. En sus últimos todas las manos se tendían hacia él y hacia él tiempos, a su vuelta del Sur, cuando sus sueSus palabras eran como notas vigorosas se. se volvían todas las miradas, amaba de comenños de la Gran Confederación empezaron a desñalando la eterna labor.
tar entre sus intimos, a Homero, a Virgilio, a vanecerse, un rictus de impiadosa amargura Habladme de su juventud.
Holbach, a Espinosa a Bentham, y de discu le contractaba los labios, dándole mayor agra ¿Su juventud? De çlla se sabe poco, o me tir sobre metafisica, sobre estética o sobre re vación a su vejez prematura y a su agotamienjor, se ignora mucho Se sabe, si, que nunca. ligión.
to precoz.
frecuentó una escuela, sicndo iniciado en sus Parecía complacerse en las discusiones. Era un solitario.
estudios por la palabra fácil y divagadora de Pero no siempre era tolerante con sus Sorprende el perpetuo aislamiento moral ese sér lunático y extraño que fué su maestro, contradictores.
en que vivió, sin nexos que lo ligaser a persoa su amigo y su guía: doa Simón riguez. Su La cócra estaba en el la superficie. na alguna. como desde la muerte de su mu. educación, como la de Bonaparte, fué, pues. la calma, debajo. Era un sér emotivo, jer, acaecida en temprana edad, no conoció la deplorablemente incompleta. Sin embargo, debi vehemente, irritable y autoritario, que empuvida de familia, llegó convertir el vivac del do a su gran memoria, a su extraordinaria ca jado por su sensibilidad vivísima, su impacien cam. pamento, en casa, en nación y en gobierno, pacidad intelectual al frecuente trato que tu cia natural y la inquietud de su carácter, iba, ahogándose en las ciudades y, en los gabinetes vo con sabios como Humboldt y Bompland, le hasta la impulsibilidad más acerba, hiriendo o administrativos. de ahí la gran falta comefué fácil abarcar las ciencias, las artes y la his acariciando con furor. Así, pues, con frecuen tida falta que Napoleón no hubiera cometitoria, llegando a formarse ideas. generales sobre cia su voz era ruda, sus maneras, ásperas y su. do jamás, de abandonar el cuidado del gotodas las cosas. como don Quijote, como San lenguaje, airado, llevando más de una vez la bierno y de las finanzas, a los hombres ambiIgnacio de Loyola, como Santa Teresita, expe vida civil, sus arranques de campamento. ciosos y vulgares que lo rodeaban.
rimentaba gran fruición leyendo libros de ca. Un corazón recio e inflexible.
Hablaba con la decencia que imponen la balleria. Recio e inflexible, como lo prueba la grandeza y la gravedad de toda vida. Sin duda fué esa lectura la que le hizo guerra a muerte declarada a España y como. Su idiosincrasia?
jurar, un día, sobre el Aventino, consagrarse lo prueba también el hecho de que cada vez que. Su idiosincrasiz. Vanidoso como todo eso todo entero a la libertad de su patria, como los lo creyó de justicia, hizo fusilar; pero noble, pañol, se demostró desde su niñez, altivo, con caballeros andantes juraban consagrar su vida sincero, espontáneo y exento de envidias. un individualidad marcada y un modo brusco a la dama de sus amores. Si; exento de envidias, como cuando le de hacerse sentir, como si estuviese ya penetraEl anciano se sonrió con calma, agregando vemos inclinarse llorando sobre el cadáver de do del inmenso rol que iba a desempeñar en el luego, con una conciencia exacta de lo que hay Girardot, muerto en plena juventud.
mundo. Siendo subteniente de milicias en Made eterno en la colaboración que al hombre le. generoso, como cuando lo vemos des drid, amenazó con su espada, en la puerta de portan los hombres: hacerse de sus alhajas en beneficio de sus ami Palacio, al oficial que, obedeciendo a órdenes su En el pleno despertar de sus ambiciones, gos; o como cuando lo vemos declarar la liber periores, quiso revisarlo. Más tarde, se negó rotuvo el ejemplo de los deslumbradores triunfos tad de mil esclavos negros, en su hacienda de tundamente a besar el signo de la religión crisde Napoleón, al cual vió en dos épocas distintas: San Marcos, lo que le representa la pérdida de tiana que el Papa llevaba en sus sandalias. La en Italia y en el Sacre de Notre Dame, cuando 200, 000 duros; o como cuando lo vemos rehu base de su carácter era el orgullo.
el Corso, cogiendo de manos del Papa la corona sar los millones dictados por la gratitud de los Orgullo elevadísimo.
que iba a, consagrarlo, se la ciñó con brutal pueblos. derrochador. En Madrid llevó un. que si en ocasiones le hizo cometer arrogancia. uno se pregunta. qué pasó en tren de príncipe; en Londres gastó. 150, 000 actos atrabiliarios, a menudo fué la salvación de esos instantes por la mente del futuro Liberta francos en. tres meses y en Lima invirtió ocho la causa americana, porque si Bolivar venció los dor. mil duros en agua de colonia.
elementos, las distancias, los pueblos, las razas. Seguramente que si se adaptó al gran Era enamorado.
las inteligencias y los corazones, fué debido, sin aventurero en un esfuerzo enérgico y familiar. Enamorado y, sensual, consagrando su de duda, a su fortuna y a su energía indomable; fué con un subentendido de yigorosa esperanza voción a tres divinidades: la guerra, la política pero, más que nada, a la ciega confianza que en su propia vida, y el amor. Por lo demás ¿no es ese el pesado tenía en sí y que en él suplia a todo. Qué duda cabe!
lastre de todas las imaginaciones ardientes, que En las palabras del anciano parecía resonar Como el anciano guardase un nuevo silen se dispersan en la soledad y que flotan sobre los la verdad. Como Leonardo aguardase ansioso, el cio, Leonardo insinuó: horizontes intocados de la tristeza?
anciano continuo. En el trato íntimo. Era triste. Espíritu finamente sensitivo y tempera Aunque le gustaba poco abandonar el to Como los más grandes tristes de la his mento esencialmente aristocrático, tenía la seno severo y digno y el ceño recogido de los se toria. menudo, sus accesos de melancolia ducción (ejerció sobre cuantos lo conocieron nadores romanos, en la intimidad era alegre, ca.
si jovial, y su conversación, mudable como sus actitudes, aparecía cargada de un acento afec. tuoso. Al hablar, su semblante tomaba un tin te de melancolia que era como el reflejo de su SAN JOSÉ, COSTA RICA palabra llena de homérica fluidez y de gracia prestigiosa; tinte que ni la misma fuerza de sus AGENTES REPRESENTANTES DE CASAS EXTRANJERAS súbitas fulguraciones y de su elocuencia sacuCajas Registradoras National dida, lograban disipar. En el campamento, alejaba el tedio con chistes de innegable oportuniThe National Cash Register Co.
dad y en las marchas distraía su natural impa. Máquinas de Contabilidad Burroughs ciencia, entonando canciones patrióticas o animando a sus tropas con palabras cariñosas, hasta Burroughs Adding Machine Co.
obtener de ellas esfuerzos que Bonaparte mismo no obtuvo de las suyas jamás. Pero, al revés de Royal Typewriter Co. Inc.
Napoleón, que se permitía toda clase de bajas Muebles de Acero y Equipo, para Oficinas farrziliaridades con las mujeres y los soldados, Bolívar no se permitió nunca, ni nunca aceptó.
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familiaridades de ninguna especie.
Implementos de Goma Hizo una pausa y agregó: United States Rubber Co. Obsediado por los honores y la grandeza de la Historia, se preocupaba a menudo del jui.
Maquinaria en General cio que pudiese formar de él la posteridad, gusJames Montley, New York tándole de parangonarse con los grandes guerreros y sacando siempre de sus propios hechos, JOHN KEITH RAMÓN RAMÍREZ principios generales.
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Máquinas de Escribir Royal Soclo Gerente Socio Gerente Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica