Democracy

1Repertorio Americano SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA Tomo XXI San José, Costa Rica 1930. Sábado 12 de Julio Núm. Año XI. No. 498 SUMARIO Guthricta Mistral Jorge Carrerit Andrade Juventud de Michelet.
Encuentro de Barcelona.
Uno de los sucesos de La Sala Sombra traducido al fratie cés.
Del Mahatma Gandhi al Virrey Irwin.
Las mujeres y las cosas de la patrin Acerca del Congreso Internacional de Panamá.
Las mujeres hindús que respaldun a Mahatma Gandhi.
Tomás Masaryk, el Presidente de Checoeslovnquin. Cuto.
Cinéndole a los hijos la armadura José Maria Zeledon La Tempestad.
Rómulo Tovar La relatividad de Einstein y in relatividad de Garcia de In Concha (2)
Andrés Avelino Bibliografla titular Himno a la vida.
Claudia Lara Tablero (1930. Juan del Camino Blanco Fombunu Juventud de Michelet El bloque romántico me levanta breza artesana de Peguy; hijo de una cólera sorda, por tanto mal impresor modesto, lo que es mucho como hizo a nuestra pobre América De La Nación. Buenos Aires mejor que hijo de tipógrafo asalaen literatura como en política; pero riado. El taller en la casa o la casa vuelvo de mi cólera, y qué manera en el taller: al lado del cuarto de de regresar. vuelvo del brazo con dormir, las viejas prensas que sotres de ellos: mi Vigny, mi Lanaban en su orejita como una opemartine, mi Dlichelet.
ración subterránea do titán; en la Michelet ha estado más cerca de mesa de sus cuadernos escolares, nosotros que los demás románticos, las pruebas oliendo al fuerte olor por estas cosas: por su democracia grato de la tinta. Anuncios, bolegenerosa e ingenua, que es la mistines comerciales, folletos y no doma de los mejores americanos; por nosuras tipográficas es lo que se su atención tierna hacia la natuimprime; pero hasta en estos desraleza, que entendemos bien nosovanes el oficio de imprimir tiene tros, gente de geografía más que su nobleza: un poquito de magia de historia; por su vigor un poco en la simple multiplicación del oriplebeyo. no somos plebeyos al fin ginal; sugestión de disciplina en de cuentas todos los pueblos nuemasas de textos y en márgenes vos?
cabales, y la bonita limpieza de Me quiero acordar de él ahora, Ja artesanía entera. El niño creció un poco por acordarme de mis formando parte de un oficio como veintidos años, un poco pensando la bisagra de la puerta: en plena en que algunos «veintidós años»
algarada revolucionaria, salía a disque yo quiero bien, dan ahora la tribuir clandestinamente la obra, zancada desdeñosa sobre su Micheporque a Napoleón so le había oculet y yo les desco a éstos que Mirrido cerrar imprentas a destajo.
chelet cumpla con ellos el bien La naturaleza leal de Michelet que cumplió conmigo y que suele conservó el cariño de los oficios lo cumplir todavía cuando lo releo: mismo que se conserva tal o cual un bien de fuerza, un bien de gofacción paterna, y algo más que zo, un bien de gozo, un bien de ėso: una norma, un fuerte dejo, de frescura, todo una misma cosa: un artesanía más que de profesión. sebien de salud.
Jichelet, guirá él en su trabajo histórico.
Infancia. En París nos napor Tomas Couture. Lo vemos sentado entre los «funció, se nos crió y nos vivió, excep.
cionarios de la historia. entre los tuando sus clásicas vacaciones en manejadores burgueses del documontaña y playa. Una biografía imagi caciones de las Ardenas. Vivían sus tíos mento, con un aire, una actitud y unas naria de Show pondría a criarse al Mi en Rouen. un lugar que habla. y la jornadas de artesano, casi en blusa.
chelet. com padre de héroes e hijo de tía Alexis lo contaba la Genoveva de Michelet ha contado su pobreza, sin Virgilio a medias en una Bretaña he Brabante con el Tigre de las Ardenas, amargura, porque ella le pareció buena, roica y en una Provenza soleada, de conocidos nuestros. El día del fuetazo y sin rubor alguno, poniendo lo mismo ningún modo en la terrible ciudad que eléctrico de la vocación, él había pasado que Peguy cierta complacencia en defunde ahora a los aprendices de héroes en los bosques de pinos, sintiendo a la clarar la casta aunque no se la pregunen lagrimitas de estearina.
ninfa como se la siente, cuchicheando ten, creyendo en la realidad de la casta «Yo he crecido como una hierba sin nos a la espalda, y viendo los elfos como como un paralelo geográfico. La necedad sol entre dos adoquines de las calles de se les ve, sobre unas hierbas movidas democrática que cree la casta cosa fáParís. decia Michelet, y por venir de sin viento. Como todos los sanos y los cil de borrar, no se le ocurrió a semeun hombre que se merecía la dicha sin naturales, Michelet nos viene del folklore; jante observador.
precio de la infancia en el campo, la por lo tanto, trae destino de esponta Los tiempos corrían bastante revuelmetáfora duele al que la lee y ha de neidad feliz; aprenderá mucho después tos y el régimen tenía tanta seguridad bido dolerle a él inismo al escribirla. El de la tia Alexis; se casará con la eru de la semana como la madre Michelet campo era su lote de este mundo, como dición; pero siempre habrí en su me de la sopa del día siguiente; había muel de todo pagano en grande (son los jor escritura alguna inocencia folklórica: danzas de domicilio tan cómicas que el paganos chiquitos los que aman París) escritor que no mama esta leche se queda pobrecito Michelet nació en una capilla y por algo su vocación se le enderezó con algo de homúnculo.
ocupada por la revolución y donde el entera delante de los ojos en unas Familia pobre en la línea de la po padre jacobino instaló sus «cajas. deva Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica