REPERTORIO AMERICANO 169 Dos libros de mujeres Colaboración directa Poetisas de América, por Maria Monvel. Edit. Nascimento. Santiago de Chile. 1930. Feminismo, por Mariblanca Sabas Alomá. Habana. Cuba.
lucha frente a la vida, le ha significado un gran estímulo. Económicamente se ha delineado otros horizontes, menos carcelarios que el hogar, y con toda valentía, ha vencido.
La poesia femenina trae uno de esos grandes impulsos, franqueza pura a plena boca, con Delmira Agustini. Esa admirable uruguaya, que tuvo tantos instantes de poeta, es realmente la iniciadora de la verdadera poesía femenina, sin disfraces asexuales. Su voz tiene entonaciones religiosas do culto al instinto.
Luego ya sabemos la lista prestigiosa, de un puro sabor emocional y lírico, que integra el ciclo de la poesía femenina de América hasta nuestros días. Hay en él, otra poetisa, Gabriela Mistral, en cuya obra también confluyen por dilatados momentos, las dos fuerzas de creación y de interpretación emotiva, de poema y de poesía.
Gabriela es por muchos conceptos.
más que una poetisa, un alto poeta, Segun la definición que hace Oscar Wilde y luego los biólogos modernos, en el artista se encuentran elementos o factores de los dos sexos; de ahí su capacidad de creación y su sensibilidad. Ha marcado algún paso evolutivo el pensamiento femenino en América? De la Colonia al presente, de Sor Juana Inés a Juana de Ibarbourrou, desde luego que sí.
Las mujeres se definen con mayor concreción, debiera decir, con mayor franqueza.
José Carlos Mariátigui decía que las mujeres intelectuales, hasta hace poco, eran una especio de seres asexuales. indefinidos, sólo intelectuales. Se refería a las poetisas, que con demasiado pudor de su sexo. prejuicio católico escribían disfrazándose, escondiendo en amorfas divagaciones sus primordiales inipulsos vitales. qué podían cantar las mujeres, si, según las biólogos, la función sexual es la básica en la vida de la mujer, que concluye cuando ésta concluye, y según los biólogos tambien, no sólo en la mujer, sino en la humanidad entera. todo gira alrededor del sexo. Para anular este impulso en sus múltiples manifestaciones sentimentales, místicas, líricas, era preciso intelectualizarse, y la mujer de América, heredera directa de la mujer española, vale decir, la menos preparada, la más retrasada, la más hogareña, o sea la más esclava, tiene o tenía. con mayor optimismo las funciones del cerebro bas.
tante reducidas, para sobresalir en otro ejercicio intelectual.
De ahí que el primer campo invadido por la mujer, y con relieve, en su proceso de evolución intelectual, haya sido la poesía. Ya se ha dicho que la poesía devendrá esencialmento femenina en un futuro no lejano. Nosotros diríamos que la poesía siempre ha sido femenina y del exclusivo dominio de la mujer, puesto que, la poesía, expresión emocional de la belleza, senti. mentalismo, canción, tiene su más justa cabida en la sensibilidad femenina. Diferenciamos? una vez más contra la fosilización y la estrechez académicas, digamos que la poesía y el poema son esencialmente distintos. En cuanto el hombre haga «poesía» invade un campo que no le pertenece.
Poeta: creador. Poetisa. Cuando la mujer pretende otra expresión intelectual, el ensayo, la crítica, la filosofía, que requieren un esfuerzo cerebral superior y una superior cultura, ya deja de ser eso que todavía los hombres quieren, esencialmente mujer; y como dice Mariátegui. se asexualizan, para no ser sino intelectuales. Pero todavía la preparación de la mujer no le permite ese intento, ya que las mujeres de América que tal hacen, pueden contarse con los dedos de una mano. Victoria Ocampo es una de esas raras y altas excepciones.
Otros campos sí ha invadido la mujer con manifiesta capacidad. Su Mariblanca Sabas Aloma Mariblanca Sabas Aloma Colaboración directa Vino a México la joven editorialista cubana. Es bella como las palmas de su Perla Antillana, alegre en su juventud como el mar tropical que nunca deja de mostrar su corriente dejando oir el murmullo de su oleaje cantando siempre. Pero Mariblanca es emotiva y melancólica, con la profunda melancolia del dolor humano, desafiado y burlado en su grandeza por el esplendor radiante del trópico.
Fui a ver a Mariblanca a su hotel y senti alegría de encontrarla joven y bella. Era día de sol en su alma, el día de nuestro primer encuentro. Me recibió cordial y efusiva. Elena: aqui está Elena Torres, le dijo a una amiga que estaba con ella.
Desde luego comenzó la plática como entre dos antiguas conocidas a distancia. Mariblanca me dice que hace algunos años fué excomulgada por el Obispo y agrega que la gente bien no la vé con buenos ojos, pero que hay damas de abolengo que la distinguen con su amistad y la estimulan con sus opiniones. Está bien, después de todo la gente bien es el lastre social de los vagos con dinero, las personas decentes de cualquier clase social las desprecian por inútiles y a Mariblanca no le hace ninguna falta el aplauso de esta hez social.
Oigo a Mariblanca con atención, es cautivante; con su rostro expresivo, con su voz, agradablemente timbrada, con su belleza y su inteligencia; parece la encarnación de la protesta que fulmina en contra de todas las hipocresías, en contra de todas las injusticias y en contra de todos los crímenes. Recuerdo una frase impresionante que no he podido borrar y se escapó de un creyente católico. Es mi deber, y si hay un Obispo que excomulga, hay también un Papa que canoniza y María Monvel, la poetisa chilena, ha presentado un libro: Poetisas de América. Casi no hay qué decir de él. Bien presentado, quizá no seleccionado de acuerdo con el temperamento de la autora, tiene los defectos congénitos a todas las antologías hechas por encargo y hechas para señalar tal o cual línea de producción. Cada poetisa esta presentada con un ligero comentario que indudablemente no puede presentarla. Maria Monvel, perteneciente a una generación ya hecha, está bastante lejos del nuevo sentido de la estética, que también ha influenciado la producción poética femenina, esa corriente social que dará para producir en la mujer más de una poesía do honda emoción colectiva. Lejos también de la forma arbitraria, cultivadora ferviente del verso rimado, se siente extraña frente a poesías que no tengan musicalidad. todo esto se refleja en las notas de su libro, bien está que de pasada, sin mayor detención.
Poetisas de América es una antología más en las varias que han aparecido, ésta sobre mujeres, que concentra en un volumen amable muchos nombres posiblemente fáciles de olvido, si estuvieran dispersos. Pero es posible hacer nada mejor sobre la poesía femenina? El libro que comento reune lo de más representativo que hay en producción poética femenina desde veinto años a esta parte.
Ultimamento y con miras puramente comerciales, se ha lanzado más de media docena do antologias, editadas en España y on América.
Es muy fácil aprovecharse de un (Pasa a la página 1701 Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica