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374 REPERTORIO AMERICANO en con esa suavidad terrible que poseen los he cuando se trata de los amigos profesionales The New Republic. Pero volviendo a chos indiscutibles. Les hice ver cómo Calles, de México entre la prensa, entre la intelec Carlton Beals, algo ocurrió recientemente, elevado al poder por las armas de Obregón y tualidad norteamericana. No aman al Méxialguno de los artículos suyos en The New cminentemente impopular por sus antece co bueno, al pueblo que sufre, al artista que Republic disgustó a los canibales, porque, clerte: de verdugo, tenía que pagar un enor crca, sino al gobierno poderoso. vegetaria de pronto anunció el cable que había sido me ejército para poder sostenerse, y los nos en su país y caníbales en el extranjero; encarcelado por orden de Amaro, el Minisgastos de ese ejército le habían obligado a he allí la impresión que me dan la mayor tro de la Guerra de Ortiz Rubio, el brazo educir el presupuesto de Educación a la parte de estos profetas del acercamiento in derecho de Calles. En el instante de ser mlad; les hice ver cómo Calles bolchevique telectual y moral de Norte y Sud América. aprehendido, el radical Carlton Beals, el se ocupaba de comprar estancias, latifundios; la actitud de The Nation ha sido tíbolchevique Carlton Beals pidió auxilio ¿a le; hice ver cómo Calles, liberal, se ocupaba pica de lo que acabo de decir, pero The quién pensaréis. Moscú? No, señor; a de sacar de sus casas a sus enemigos para New Republic, el otro de los órganos de Mr. Morrow que estaba en Londres, a Mr.
fusilarlos. Les pregunté yo, a mi vez, cómo izquierda, de liberalismo, qué sé yo. no ha Morrow, embajador de Estados Unidos en es que The Nation que sabe todo esto tan sido menos singular. Allí escribe otro peri México, intino de Calles y representante bien como yo, no ha levantado su proto de la situación mexicana; perito de la de la casa Morgan. la aprehensión del testa, no ha dicho una sola palabra; al conAmérica Latina en Estados Unidos, el faradical Carlton Beals, el amigo de Sandino, trario, ha estado defendiendo, estimulando al moso radical Carlton Beals. De cuando en 110 duró dos horas, porque antes llegó el caudillo de México en todos sus atropellos.
cuando Carlton Beals pierde los estribos y telegrania de Londres, el telegrama de Mo¿Cómo es, les dije, que este senianario puri publica artículos como aquellos en que retano, liberal, incorruptible según se afirma, velaba las crueldades de Calles y Amaro rrow, y Carlton Beals quedó en libertad.
Lo cual a mí me enseña que, por muy bolpara tratar los asuntos del mundo, cuando se durante la campaña de reconcentración de trata ahora se México no sólo transige con los rebeldes de Jalisco. Pero en seguida cheviques que sean éstos nuestros amigos el crimen sino que lo apoya, lo alaba, lo exal repara los agravios anunciando como anun del Norte, o por muy liberales y, apostólicos ta? por último, agregué: La actitud pa ció después de las elecciones de noviembre que se nos presenten, en realidad son, no cifista, humanitaria de The Nation último: primero, que yo había perdido, pedejan de ser súbditos y leales. servidocuanto se trata del mundo; pero implacable ro que había disfrutado de las más amplias res fieles del Imperio. no obstante que cuando se trata del pueblo mexicano, ine garantías; se olvidó de los catorce millones es tan poderoso el Imperio, ni siquiera nos causa el efecto de un vegetariano que en su de mexicanos que votaron por mí; se olmanda a sus apóstoles por su cuenta; sienpais se abstiene de comer carne de animavidó de los intentos de asesinato en mi perpre son instituciones nuestras, gente nuesles, pero come gente si está entre caníbales; scna, y se olvidó de los centenares de mis tra quien los paga. El servilismo inconscienvegetarianos en su país y caníbales en el partidarios asesinados por el gobierno; pete en los pueblos sometidos no hace tomar extranjero; eso es, les dije, el efecto que ro cuidó de agregar que Ortiz Rubio, aunen cuenta entusiasmos con todos estos que ne causan ciertos artículos de The Nation. que nada valiera en persona, era fuerte se dicen nuestros amigos, pero que fácilDespués de esta pequeña explicación, porque lo respaldaban Calles y Amaro. Este mente se descubren en la primera prueba, y, luubo algún suspenso, pero parece que toarticulo apareció en diciembre de 1929 en nos comprueban que son más peligrosos que clos nos habíamos decidido por lo menos The New Republic. El ingenuo Waldo nuestros eneniigos francos; más peligrosos a hablar claro, porque el redactor en jefe Frank, cree todavía en The New Repu que Brisbane y los imperialistas son estos me dijo cortésmente, pero con aire de que blic; y me habló a mí del apostolado de falsos amigos: nuestros amigos.
me iba a desconcertar. cómo es entonces que usted sirvió a Obregón varios años?
José Vasconcelos Muy fácil, respondí, y no hay contradicción en ni conducta; en los años que yo serví a Obregón se gobernó con la ley; después Obregón se aparto de la ley, se olvidó de Otra vez Ford su programa, nos engañó a todos, se hizo (Envio drl autor)
dictador y, desde entonces se vio aconpañado de hombres muy distintos de los que le siguieron al principio. Después le dije, que Don Juan del Camino en su segunda Me tienen pues por esa parte sin cuies Obregón el que se ha apartado de la mosalida contra Henry Ford ironiza un dado las ironías de mi contendor, pero ral y del decoro y no sus antiguos parti poco a mi costa. Dice que en un manual pienso que él ha confundido las cosas.
darios. Con esto terminó el almuerzo; suindustrial para uso de escuelas y el punto Yo me referí, como notará cualquiera binios a la terraza para ver el panorama de de vista de un obrero me han convertido que se tome el trabajo de leer otra vez la ciudad de Mammon, y el mismo redactor de la noche a la mañana en un apolo mi artículo, al punto de vista del obrero que me había lanzado la pregunta inocente gista de la fordización. Es verdad que francés únicamente con respecto al pemente malévola, me explicó: Nosotros no de las dos cosas me serví al escribir ligro del automatismo que algunos apunpodemos cambiar de política respecto de la mi artículo, y no me arrepiento en ab tan a la producción en masa, y dije, y administración mexicana, no obstante que soluto. No mo creo tan sabido en estas no tengo empacho en repetirlo, que desconocenlos sus yerros, porque nos desacre materias técnicas para desdeñar el uso pués de la lectura de Dubreuil muchos Jitariamos en nuestras censuras a la ad de un manual, y en cuanto a las opi de mis recelos sobre el particular han ministración norteamericana si, de la noche niones del obrero francés a quien el desaparecido. Un contrincante menos apaa la mañana confesásemos que nos había peregrino señor de las Estampas llama sionado que el mío hubiera tratado de mos equivocado en la cuestión mexicana. La con gran desdén sun pobre repetidor buscar el libro ya que a mí no me era cxcusa no me parecía suficiente ni digna y de las ideas de auto propaganda del ma posible, sin abusar de la hospitalidad mucho menos puede ser aceptable cuando nufacturero yanqui. quiero darle, por del Repertorio, dar las varias e interese considera que algunos por lo menos si acaso los ignora, algunos datos. santes experiencias de Dubreuil en las de los colaboradores de The Nation han Dubreuil es autor de dos libros: La Répu fábricas americanas, o al menos hubiera recibido sueldos o gajes de los caníbales de la administración callista. Me convenci de blique Industrielle prologado por Charles observado que las citas que de él y del que mi impresión de desagrado para The Gide, y Standards prologado por Le manual hacía yo en mi artículo, referenChatelier de Académie des Sciences de tes a la fábrica, la escuela y el hospital Nation era justa cuando se hicieron púParís. El nombre de estos ilustres pa de Ford, llevaban un objeto más bien blicos los documentos que reveló Hearst.
drinos bastaría a recomendar tales obras, didáctico que contencioso, pues que juzEntre los pocos cuya autenticidad quedó patentizada estaba un recibo de The Napero quiero también agregar que la úl gando por lo que pasa aquí. donde aún los enemigos del fordismo reconocen la tion por mil dólares recibidos del gobierno tima, que es la que por ahora nos conde Calles, por anuncios. No sé yo qué mercierne, está. editada por Bernard Grasset, admirable organización de aquellas inscancía tengan que anunciar los gobiernos.
1929, contiene 425 páginas de lectura tituciones supuse que nadie en ésa traSé también que la suma de mil dólares es. nutrida, de hechos y observaciones agu taría de negarla. Don Juan, sin embargo, insignificante para un publicación como das y ha sido recientemente traducida no halla nada de qué admirarse. La gran The Nation; pero una serie de indicios al inglés (posiblemente dirá Don Juan economía de esfuerzo, la utilización de acaban por volvernos escépticos; acaban por cuenta de Henry Ford y con miras tiempo y de espacio llevada al máximo, por darnos la impresión que citaba yo antes, de propaganda. la rapidez y la exactitud de miles de Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica