152 REPERTORIO AMERICANO Bolívar y Humboldt pano, Paris. Casa Editorial Gurnier Hnos. 1925.
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ACP Ex agosto de 1804 llegó a París el barón Alejandro de Humboldt, de regreso de América, en cuyas regiones equinocciales, en compañía de un joven alumno de la Escuela de Medicina y del Jardín de Plantas, Aimé Goujaud Bonpland, acababa de ha cer importantes descubrimientos científicos y de efectuar un viaje de 000 leguas. En aquellos días el sabio barón era el huésped predilecto de los salones de París, y allí se encontró por primera vez con Bolívar, catorce años menor que él, y a quien dispensó la más afectuosa acogida, pues el joven caraqueño estaba emparentado con los mantuanos de Caracas, o sea las familias de la más alta sociedad, que habían colmado de atenciones al barón y de quienes él conservaba los más gratos re: cuerdos. Los Ustariz, los Toros, Avila, Soublette, Montilla, Sanz y otros más lo habían festejado en sus casas y en sus haciendas; don Andrés Bello lo había acompañado a la silla del Ávila. La familia del futuro general Ibarra le recibió en aquella finca de Bello Monte, en donde, el día de Reyes de 1800 se creyó Humboldt transportado, como él inismo decía a una mansión de hadas. Bolívar lo visitaba con frecuencia en París, y sentía despertarse en su corazón pro funda admiración por aquellos magníficos países cuyos innumerables estupendos aspectos describía el sabio alemán.
Así, por primera vez, se revelaron al espíritu arrebatado de Bolívar la flora y la fauna, los tesoros naturales tan variados y tan ricos del Nuevo Mundo.
También le hablaba Humboldt de los sentimientos y de las aspiraciones que había observado en esos pueblos, y era entonces cuando Bolívar lo escuchaba con más sostenida atención. Señor barón, exclamó un día el joven, usted que acaba de recorrer el continente americano y que ha podido estudiar su espíritu y necesidades. no cree que ha llegado el momento de darle una existencia propia, desprendiéndolo de los brazos de la Metrópoli. Radiante destino el del Nuevo Mundo si sus pueblos se vieran libres del yugo, y que empresa más sublime. Creo que la fruta está madura, respondió el barón, pero no veo al hombre capaz de realizar tamaña empresa. Puede ser que lo encontremos. Usted se dirige ahora a la Costa Firme? preguntó Humboldt. Sí, señor barón, voy a buscar a ese hombre en mi patria.
Consumada la independencia, el barón de Humboldt, meditan De El libro de Oro de Bolivar, por Cornelio Hisdo, sin duda, en los inescrutables designios de Eterno, escribía a su joven amigo de París, tres lustros después de su encuentro. La amistad con la cual el general Bolívar se dignó hourarme después de mi regreso de México, en una época que hacíamos votos por la independencia y libertad del Nuevo Continente, me hace esperar que, en medio de los triunfos coronados por una gloria fundada por grandes y penosos trabajos, el presidente de Colombia recibirá todavía con interés el homenaje de mi admiración y de mi deci.
sión afectuosa. En otra ocasión le decía. En medio de las grandes y generosas acciones de Vuestra Excelencia, que son la admiración de ambos hemisferios, su corazón ha permanecido siempre sensible a los acentos de la amistad. Las cartas de Vuestra Ex. celencia me lo han probado; las conservo como un monumento precioso de la benevalencia de Vuestra Excelencia para conmigo, como el más hermoso título de gloria de una vida consagrada a ener defender, con armas más débiles, es cierto, los progresos de la raBolívar en 1810 zón y de una prudente libertad.
Del natural por Ch. Gil «Una voz interior me dice que nos volveremos a ver en esta vi. si no lo encuentra usted?
da, pero en ese continente que debe su. Lo formaremos!
libertad, menos todavía a la gloria de las Quisiera dar a usted el poder de armas de Vuestra Excelencia que a la Dios para tal empresa.
noble moderación de su alma, y en don Los pueblos, replicó Bolívar, en los de espero terminar mis días. momentos en que sienten la necesidad No se cumplieron los pronósticos del do ser libres, son poderosos como Dios, sabio barón, pero sobrevivió a su amigo porque Dios los, inspira.
hasta 1859, cuando la posteridad había Estas profundas palabras traen a la consagrado ya, en última instancia, la mente aquellas que el 11 de marzo de gloria del Libertador.
1828 decía Goethe a su confidente Ec Veintitrés años después de la muerte kermann: de Bolívar, en 1853, en una conferencia «Existe como un poder demoníaco que que por orden de lord Clarendon tuvo impele al hombre a su gusto, cuando con Humboldt, en Berlín, el general éste cree obrar por sí mismo. En tales Leary, amigo y edecán que fué del Licircunstancias el hombre debe ser bertador, para tratar asuntos relacionados considerado como el instrumento del gocon la apertura de un canal interocéanibierno supremo del mundo, como la paco por el istmo del Darién, Humboldt, lanca que ha sido juzgada digna de después de haber departido con su interrecibir el impulso divino. locutor sobre esta cuestión, habló enseguiLos pueblos de América, en efecto, se da de la América española y de Bolívar. Le traté mucho después de mi regreso conmovieron poco tiempo después, del uno al otro extremo, como se conmueven de América, dijo, a fines de 1804. Su conversación animada, su amor por la y sacuden y truenan las cordilleras cuanlibertad de los pueblos, su imaginación do las agita el fuego que vibra en sus brillante, me lo hicieron ver como un entrañas. El grito de libertad e indesoñador. Jamás le creí llamado a ser el pendencia lanzado primero en La Paz, el 16 de Julio de 1809, después en jefe de la cruzada americana. Durante Quito, el 10 de agosto, más tarde en Cami permanencia en las colonias españoracas y en Bogotá, el 19 de abril y el las, jamás encontré descontento. Más tar20 de julio de 1810, abría la historia de, al empezar la lucha, fue cuando comde esa guerra titánica que remató, el prendí que me habían ocultado la verdad, de diciembre de 1824, en el campo de y que en lugar de amor existían odios Ayacucho, un ejército heroico y comprofundos que estallaron en medio de pacto de colombianos, venezolanos, arun torbellino de represalias y de vengentinos, peruanos, bajo el genio y la ganzas. Pero lo que más me asombró espada de Bolívar. LEARY, Correspondencia con el Libertador. Humbolat a Bolivar. Puris, 29 de Julio de 1422: de no(1) Conversations de Goethe. Paris, Charpentier, II. 10 (1) Refiere don AristideRojas que pocos días antes de la muerte de Humboldt, Pablo de Rosti le mostró un Album de fotografias tomadas en Venezuela, entre las cuales figuraba legendario Samoin de Giere que aun boy se yergue entre Turmero y Maracay. Cuando el ancinno sabio vió el Samán, se llevó la mano a la frente, los ojos se le llenaron de lágrimas. agitado en lo más hondo del alma por aquel recuerdo, hablo ede. los dias en que el entusiasmo juvenil ponia un sello de belleza a sus estudios. El Samán, agregó, se haya exactamente tal como lo vimos Bonpland y yo, En cambio. qué es de nosotros. viembre de 1925 y 21 de marzo de 1826. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica