REPERTORIO AMERICANO 319. En buenas manos se halla esta re con ansiedad el aire fresco de la noche, Los lugares donde ha moruulo in granliquin, señorita, dije al salir, guardela y, como si se hubiese restablecido con de hombre quedan constgrados para siemusted como un tesoro.
el viaje, manifestó a sus amigos que se pre; los siglos pasan, pero la posteridad sentía mejor.
se encarga de recoger alli eco de su La casa de los Mier, Con sa nombre y de sus hechos.
antiguo aire nobiliario y su aspecto de Tales fueron las imágenes que obselujosa mansión conservan los herederos sionáronme, enmudeciendo mis labios, Oración pronunciada de don Joaquín de Mjer su casa sola en esta apacible tarde de abril, mientras en San Pedro Alejandrino riega. Al pasar el zaguán se encuentra en compañía de excelentes amigos he un gran patió con amplios corredores recorrido en coche la misma senda por En el centrario de la lory arcos de piedra. No sin sorpresa se donde ochenta años antes rodó, en una dependencia de Venezuela.
advierte que todos los pisos están cu tarde igual, la, berlina de Bolívar. El Una tierna solicitud, al piadoso rebiertos de cuadradas losas de mármol cainino me recuerda el Valle del Cauca: gocijo nos consagra aquí, caraqueños y blanco y gris, márınol de cantoras ita vegetación lujuriosa. palmas cargadas samarios, con austero recogimiento, a lianas, que en un tiempo se introducía, de racimos, bambúes, luego el claro río rendir homenajes inmortales y solemnes a poco costo, a Santa Marta. En el sa Manzanares, después una portada recién tributos al varón esclareciilo a cuya inlón me recibe el señor José María Lei enlucida, y, entre frondosos árboles, San victa espada debieron los pueblos la va y algunos de los bisvjetos del ilustre Pedro Alejandrino.
libertad y cuya mente fue creadora de abuelo de la familia, y con toda la Nos apeamos bajo los higueroncs, res instituciones seculares.
galantería que heredaron de sus mayo piramos, contemplamos y no cruzamos Los antiguos, que exaltaron la alegría res, me pasean por la casa, mo muestran sino una que otra palabra. la izquier de la vida aun en los mismos spulcros, un busto de Bolívar, vaciado sobre la da, un arruinado edificio que fue trapi se reunían alrededor de las estelas de mascarilla que tomó el doctor Roverend che do mulas, más atrás otro en donde sus héroes para vigorizar suis alinas con en San Pedro Alejandrino, y que tiene estaban las hornillas y calderas, en el las reminiscencias do sus proczas y virmucha semejanza con la efigie de Te centro la quinta, recortada por la azo tudes y para alabarlos por la vida nerani; un retrato al óleo quo repre tea, con pilastras, ventanas de hierro y abundanto y floreciente, y la radiosa senta no a Bolívar Libertador, sino al enrejados de madera. la derecha, en posteridad que los dioses les habían marqués de Bolívar, de agradable fiso medio de una artística verja, la marmó concedido. Simbólicos dones, arraucaclos.
nomía, rebosante de juventud, dueño de rea estatua del Libertador.
a la tierra, madre de todos, alternaban cuatro millones, jugador, enamorado Visitamos la capill del patrono de con las sagradas libuciones que consupendenciero y amigo íntimo de don Si la quinta, luego el salón, después la inían los enternecidos peregrinos de las món Rodriguez. otro lado del salón alcoba de Bolívar, con su amplia y abier tumbas, y fue así como emblemas de me señalan un escritorio y una biblio ta ventana que da al campo, y los des augustas glorificaciones. los gajos recién teca, estilo imperio. En el primero se vencijados muebles de aquellos di. ss. cortados del laurel expresaron los atrifirmó el testaniento y la última procla Aquí exhaló el último aliento.
butos de la Poesía y ciñeron serenama, y la segunda guardó las obras pre En el corredor que da al patio intc mente las sienes apolíneas; las rosas dilectas del Libertador. Bajo la cubierta rior, mo detengo ante tres rojas y enor perfumaron la pasión de los amantes, y del escritorio está, bien conservado, un mes tinajas que convidan a beber, tina la verde encina fue insigne palma de sombrero bicorne o napoleónico, de paño jas bíblicas que evocan las de las bodas los inclitos aceros. Elocuentes ofrendas negro con palmas de oro, una gualdrapa de Caná del Beroneso.
dispensadas por la tierra a sus hijos azul con galones dorados, y algunas El patio presenta un aspecto agrada inspirarlos en sus sacros misterios o ootras reliquias de Bolívar, que tomo en ble. Jardineras sobre las cuales había bustecidos por su fecundo aliento! El mis manos con reverente emoción. Al en otro tiempo jarrones de piedra; en silencio los acompañaba, porque los despedirme, echo otra ojeada por esos medio, rosales y granados. En el fondo, afectos inmensos, los profundos pensacorredores, miro las pilastras, el patio cuina puerta que comunica a la caballe mientos, manchan su lozana belleza y de azotea, desciendo la ancha escalera y riza; tras la puerta, una alberca som virginidad al cubrirse con el tosco Jenme parece sorprender, en el descanso, breada por árboles caseros; a un lado, guaje de los hombres.
el fantasma blanco del noble marqués un gran portón; al otro, un largo corre Estos frescos lauros, estas ramas de de Torres Hoyos, o veo entrar, bajo los dor de columnas blancas; en torno de roble, estos pálidos cipreses y delicadas arcos del patio, la historiada litera de la casa un tupido y cultivado bosque de osas, húmedos de rocío y fragantes del don Joaquín de Mier, el hospitalario. mangos, naranjos, cuatro oscuros cam aroma de las florestas natales, son las panos sanaguares, dos tamarindos palabras invioladas, los inmaculados pa: San Pedro Alejandrino. En verde claros, dos decrepitas ceibas, dos negiricos que nuestra lengua so uiega la tarde del de diciembre de 1830 higuerones, palmas; a corta distancia el a articular; ellos hablan armoniosamente salía de la ciudad de Santa Marta una callado Manzanares. Dichosos los que por nosotros el idioma de las cosas ine. berlina acompañada por una pequeña edificaron esta casa y plantaron estos fables.
comitiva. Después de recorrer una legua árboles y vivieron aquí, a su sombra Sólo un recuerdo quiero haceros, puesto por entre avenidas de coposos árboles, en riqueza y en amor y en silencio!
que en estos instantes todos repasamos, se detuvo a la puerta de una hermosa Traspuesta la. portada, al volver los religiosamente, con un dulce sentido de quinta sombreada por tres corpulentos ojos y divisar por vez postrera, entre leyenda, la maravillosa trama de la vitamarindos y coronada por esbeltas pal los árboles la blanca y grave mansión da de Simón Bolívar. No os contaré ninmas. La noche caía ya, pero en el hori donde vivió sus últimos días el gran guno do sus innumerables episodios hezonte brillaban aún los rastros bermejos Bolívar, recuerdo a mis compañeros es roicos o magnáninos o abnegados, ni que, en las playas de los mares, tiñen tas palabras de Goethe: os hablaré de sus soberbios días consulos cielos lejanos y las aguas tranquilas, lares de brillo y voluptuosidad, sino de infundiendo en el alma una dulce mealgo que debe resonar en este recinto lancolía.
Meditaciones.
para el cual parece adivinado el ademán Las pisadas de los recién llegados (Viene de la puy, 912)
melancólico que imprimió al bronce el.
resonaron bien pronto en las baldosas de los corredores y de las salas, y enel Elogio de Maria, la de Nazareth, me experto pulgar de Tenerani, de algo ditación hermosa, originalniente sentida que podrá distraer la pena que ahora tonces empezó un movimiento general y que deja en el alma un sedimento de nos causa el recuerdo de las postreras en toda la casa por parte de los amos tristeza.
amarguras del Caudillo.
y servidumbre que ansiaban llenar cum Jesús, duro como los creadores, no Cuando la muerte nos priva de aqueplidamente los deberes de una respetuosa sintió una profunda ternura por María.
llos seres que nos fueron más queridos, hospitalidad.
se mezcla siempre al dolor de su pérEl hombre de la berlina era el LiMax Grillo dida un indecible remordimiento al penbertador. Luego que hubo tomado asienDel tomo de las Meditaciones ir Omnr Den sar que, en vida, quizá no correspondito en el corredor, se puso a suspirar ko, huy ejemplares disponibles. A2 el ejemplar.
Dirijase al ådr. del Rep.
inos debidamente a los beneficios que o Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica