Violence

REPERTORIO AMERICANO 47 VIA Vidas opacas nombre. Entonces, en un arpegio falso, taciones de la casa contigua, una fade vehemencias oratorias, se adivinaba milia de mujeres pequeñas, sonrosadas y Capitulo del cualerno biográfico La educación apoyada en la suya, tímida, la mano, exadulces, unidas como las cerezas geme sentimental, de JAIME TORRES BODET. Espasa. gerada de retóricos rubíes, de ChateuCalpe. El capitulo que trascribimos da las de una compota, por la miel, cada briand. Cuando la conoci, Atala había una idea de la novela y del bello estilo el vez más espesa, de una devoción a punto cuaderno. Es obrito de los que hay que re cumplido, apenas, catorce años. Pero yo, de volverse sensual. Eran, según pudileer para tomarle el gusto, que es delicioso que tenía quince, representaba dieciocho.
mos averiguarlo, cuatro hermanas sol¿Cómo sorprenderme de aquella precociteras que, no habiendo hallado, durante dad?
su juventud, un esposo al que unirse, deAconsejadas por nuestras familias, Atadicaban su inadurez a la educación, exla y Elena se hicieron inmediatainente cesivamente meticulosa, de una sobrina inseparables. Más, sin embargo, que la abandonada.
obediencia las reunió esa comodidad denvestían siempre de negro, con una tro de la malicia que, desde niños, me sencillez sin gracias, pero no sin coquehabía irritado en el temperamento de tería y se parecían tanto unas a otras Elena, Juntas iban a los baños de Al y la sobrina, a su vez, se parecía tanto mehar. Juntas leian novelas de Eugenio a ellas. que mi padre, para designarlas Sue. Juntas bordaban de noche, a la luz.
a todas en la conversación, había acade esa lámpara amarillenta que, entre bado por llamarlas alas cinco vocales. sus dedos, acariciaba ya los encajes con Tenían, en efecto, no sé qué sugestión el color, delberadainente envejecido, de alfabética en la manera de reunirse y un prestigioso velo de Malinas.
de dispersarse que daba a aquella deA los catorce años, Atala comentaba signación, de otro modo burlesca, un senlos sucesos más íntimos de algunas fatido profundo, exento de ironía. Como milias con la erudición abundante y la la de las vocales, su presencia, de grata retórica sobria que, en la conversación.
sonoridad, se hacía pronto indispensable de sus tías, atenuaba la curiosidad de al recién llegado, para deletrear el resto las vidas ajenas. Nunca se equivocaba de la población, taciturno y difícil a la en las apreciaciones esenciales que los Jaime Torres Bodet lectura como un párrafo de consonantes niños y los viejos sorprenden por intuimal avenidas.
Dibujo de Tania yo ción pero que, más imaginativos, Así, por ejemplo, la o redonda los adolescentes desaprovechan y ágil de Susana, la hermana por entusiasıno. ese talento mayor, hacía especialmente ráEl poeta mejicano Jaime Torres Boilet, autor afortunado daba a sus pláticas un timbre pido el movimienio de la ele un de una docena dle libros los mcis de zerso. publica ahora sordo, matemático y nimio como poco lánguida de la señora Gósu segundo rolumen novelistico. La educación sentimental (Esel latido de un cronómetro.
mez, la elusiva y esbelta consorte pasa Calpe, Madril. Del primero, Margarita de Niebla, Otra de las nociones que la del propietario del Hotel Espaasí como de sus últimos libros de poemas, ya conocer la execonomía de sus tutoras había ñol. Y, privada de la u acentuacelencia muchos buenos lectores españoles, who faltaron codesarrollado en Atala era la de da de Luisa, la más joven, iqué mentarios oportunos de la prensa española a raiz, sobre todo, la dimensión y las posibilidades guturales hubiesen sonado el acende la publicación de la norela. Acaso mois por aquel libro que útiles del tiempo. Sabía exactato y la cordialidad exóticos, de por los de poemas, algo menos conocidos, afirmó entre nosotros mente el lapso que cada uno de aquella germánica de la señoel autor su acento personal.
nosotros empleaba en recorrer, rita Baumgarten, la solterona proAcento voluntariamente grave. Esquivando siempre esas para ir al Mercado, el perímetro fesional que, desde hacía diez anılacias que afilan la palabra, la imagenl, que la ponen en de la Plaza mayor. O, sin equianos, había venido a refugiar, pie, proa a la arentura, con todos los peligros de oscilación, vocarse, nos decía en qué minuto entre las palmeras de Cuautla, su de inexactitud, de malabarismo agudo. Las palabras, en la preciso se hacía necesario salir melancolía de paisaje tirolés, lleprosa de Jaime Torres Bodet, se sitúan como lóciles abejas en para llegar a tiempo al río a no do constipados y de valses. su celda respectira, sin permitirse tumultos fuera de su prepresenciar la puesta del sol. El valor indiscreto de clave ciso hueco. ara comprenler gozar luego la prosa de Jai no acertaba nunca en estas in de que las vocales disponen me Torres Boilet, hay que esperar el panal entero, a que el dicaciones con la perfección esen servicio de las consonantespensamiento se distribuya armoniosamente por toila la estrucpontánea de las gentes del campo, caracterizaba inmediatamente a tura. No se ha precipitado el autor, tampoco nosotros debemos sino con la puntualidad experinuestras vecinas. Sin ellas, igprecipitarnos. La prosa de Jaime Torres. Bodet produce ma mentada de los chicos de la ciuworaríamos aún lo que signifiimpresión de madurez poco frecuente en autores, como él, tan dad.
cnba, cada domingo, el regreso a jórenes. Sus frases como sus mirailas 10 son de las que brin los doce años siempre preMéxico del hermano de la secan retozonas a nuestro encuentro, sino de las yue aguardan, sere cisa Atala había obtenido, con ñora Esparza, que estaba próxinas, nuestra llegada. Sin perder munca su marco refle. ciro. Ni unas una medalla de oro, el diploma mo a contraer matrimonio con ni otras he risto desencajadas, fuera de quicio y tino. El arte de su educación primaria supeuna señorita de la capital, y no de escribir del porta Jaime Torres Bouet profesa culto hoy rior. Esta rapidez, comparada con hubiésemos logrado nunca esclamuy poco frecuente: el culto a su propia órbita.
mi lentitud, avergonzaba a mi ecer ninguno de los misterios Estimo que la molestia es una condición esencial de madre. me henchía a mí. por de aquellas vidas opacas, inso. la obra de arte. dice el autor de esta nuera Educación senmomentos, de verdaderas tormenlubles en su aparente facilidad, timental. De modo es que aquel acento grave de su prosa tas de cólera, sólo contenidas por como, en el aprendizaje de un no era sino legitimo corolario de su concepto muli mailuro del el pudor de mostrar la violencia idioma, el problema de una mala arte de escribir. Iuin de la extrema vibración, de la roja ca de mi carácter frente a la frapronunciación.
peruza, del grito y del silbido; prefería las ondas silenciosas, gilidad, demasiado peligrosa, ilo La sobrina de aquellas cuatro innumerables, que suscita mr aleteo interior. Por qué contilas mujeres.
vocales fuertes del alfabeto de núa me ha parecido, entonces, en la vida de los demás una Mujer, Atala parecía serlo muy Cuautla era una muchachilla irópostura incómoila y, hasla cierto punto, increible? La de Ale escasamente, gracias a los vesnica, menuda y penetrante como jandro no estaba manchala, es cierto, por ningún artificio. Protidos con que la modestia devota una La llamaban Atala y ella fuula y fresca, parecia brotar pil el como el agua cale una de sus tías disimulaba las curvas, respondía al anacronismo con una delicarla hendedura del temperamento. Pero la vibración del apenas núbiles. de su femenidad majestuosa resignación. Sólo en manantial, clemasiado próximo, onduluba la s11 perficie con en crepúsculo. Con el cabello laciertos instantes, al tocar en el circulos tan perfectos que me hubiese halagado ver, en la pe cio, cortado hasta las mejillas, y piano algún moroso nocturno de riodicidad de su ritmo, la consecuencia de un estudio y la pers.
las piernecitas, náufragas, dentro Villanueva, se le subía a la caDectiva, geométrica, de una preparación.
del mar de una gruesa falda gris, beza el veneno romántico del (Paga a la pág. 236. Pasu a la páglya 958. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica