126 REPERTORIO AMERICANO flor de audacia y de genio, si el macho tiene a la hembra algo mas que hombres, nuestros hombres tendrán que ser. Pequeña y grande Patria. fué primero una estrella que Dios miniaba, y tuvo que dejarla caer de sus manos cansadas! iy hoy estamos con Ella trabajando el diamante que es la estrella de ayer. Patria que ya en presente conjuga su futuro!
juosotros la tallamos su grande pequenez, para que su brillante del oriente más puro engarce en bellas albas que aún están en niñez!
Trabajamos. Es allá donde puede trabajarse cantando, pues la siembra es cosecha de un día para dos.
y hasta el mismo silenci tiene sonoro mando bajo los claros aires empapados de Dios. Ya cumple su milagro la Pampa de Granito del Maestro, y se pone bajo el ala de Ariel, porque el Sol apiadado del Sembrador proscrito hace que el mar y el viento puedan llorar por él!
Limo de razas dejan las mareas del Mundo en nuestras playas; ilimo de odio en tierra de amor. todo lo purifica la Patria en su profundo corazón, que la misma piedra le hace dar flor. De roca viva es hecho nuestro indemne terruño! jarenas de alma es todo lo que nos trae el Mar, que en oro se convierte, donde imprime su cuno la Patria, con su imagen de luz plenisolar. Tanto arraigo, que apenas si siente el forastero cuando el alma le gana la Patria y en gar transforma su hospedaje. isi hasta en nombre extranjero jura por nuestro Artigas, que ya es mucho jurar. Tanta atracción, que al modo de las azules naves que navegan en cuentos, las que a la Patria van pierden la luz y el hierro de abordo, con las llaves de la Esperanza mientras las acerca el Imán!
Sin altos y sin saltos, las mareas de gentes nuestras, suben y avanzan; en ellas tal fulgor hay, como semilleros de estrellas y de Orientes.
inuestras mareas de almas que hincha un continuo albor. Sin altos y sin saltos, se anda siempre en la Vida, que al fin es cosa seria y ardua entre las demás. Allà en la Patria, todos los senderos son de ida, y en piedra se convierte quien quiere echarse atrás!
Hablamos.
Cuando habla nuestro Oriente, con su voz se concierta el unánime coro: la argentina canción que es de casa; el hermano guaraní siempre alerta, y el Gigante del Trópico oyo en su corazón!
Las nieblas magallánicas que hacen poncho a los cielos del austro; el antillano del alto nombre en Dios, donde saltando cumbres vino a frenar sus vuelos el corcel de Bolívar. bien conocen la Voz!
Pasa los Andes como los Capitanes nuestros fueron, Garzón y Alegre, con el Gran Capitán del Sur; y Arauco indómito hace junta de ancestros, iy Zapicán se pone junto a Caupolicán!
Pasa la Voz a tierra sagrada de Incas, y halla sus ecos, como el grito de Tupac Amarú lo recogió el Pampero, sacudiendo en su valla de rocas, los oleajes del Paraná Guazú. Era el primer albazo del Inca Sol, cautivo en las garras de España, que ya podía alzar las mareas de América al Futuro, en el vivo. corazón de la Estirpe, que es nuestro Río Mar. Qué más dá si a Castilla la nueva voz no alcanza, o no entiende por vieja y sorda. qué más dá?
iCastilla es el Recuerdo, pero no la Esperanza, que la Esperanza es nuestra y en nuestra mano está. Hablamos lengua que hablan nuestras cosas en fiesta. que esto no es castellano, del puro. bueno. y qué?. jel castellano duerme con Cervantes su siesta!
de tres siglos. nosotros, somos la Raza en pie. Nos nacieron de entonces mil estrellas, que España no vé, ni sabe como las nombramos; por ser nuestros, los nombres suenan a Pampa y a montaña, y a Mar Grande, y no «como decíamos ayer. Hablamos lengua muestra, con la que nos saluda y dá los buenos días, a uso gaucho, el zorza. ino hay Mancha en nuestros pagos, donde se siembra y suda y canta al Sol. Las sombras no pasan el umbral!
Cada quién a lo suyo, que la querencia es ancho nido, y nos sobran alas, y si vamos a ver más dice una versada de las del viejo Pancho, que todo ese castizo ceceo, en gay saber!
Si en el fraterno pacto nos entendemos, basta; y sobre aquel quede fuera, con los demás. Si para tanto orgullo, Castilla nos dio el asta, la bandera la izamos nosotros. nadie más. Ni España, ni otra sombra que nos ponga tutela. Si al Norte, afila el Lobo fulvo que aulla inglés dientes de hierro y oro, ya forja el Sur en vela el arma que le roinpa las fauces de una vez. Ningún poder humano, ni sobrehumano, lleva a remolque en el Tiempo, nuestra continental constelación de auroras! isomos la Buena Nueva, un mundo que mañana será el Mundo integral!
Realizamos. Allá en el Sur, el Tiompo trabaja bien y aprisa. con nosotros; martillo, libertaria segur.
y en el dar a las gentes la visión más precisa; ino hay vendas de leyendas sin Sol. allá en el Sur. Allà en el Sur, a todo tiempo y hora, es aurora!
ilas Pampas como el Río y el Mar, saben su rol, que es el de hacer estrellas para la errante prora, y ser de tanta alquimia de razas, el crisol. Se oye el pulso del mundo nuevo, por día y noche!
ise empapa de olor de albas, el aire tornasol!
ipara exaltar la gloria de vivir sin reproche, alla todas las alas son alondras del Sol. Allá en el Sur, la Vida gana todas las sendas, y se anda siempre y nadie queda en rezago, allá!
japenas, tienen tiempo de cuajar las leyendas que las flores del día son del Recuerdo, ya!
Dicen que es nuestra tierra la que cuajó primero en vida, de la informe nebulosa inicial.
italvez por eso acendra tanta luz el Crucero sobre sus horizontes del azul sin igual. Nuestro Uruguay mantiene su iguala con la Gloria!
icon mil voces distintas nombra al Amanecer!
iya tiene mayorazgo sobre la nueva Historia, y las cosas más grandes ya se están por hacer. Le hicimos puerto al Tiempo sin ruta; armamos tienda en el confín del mundo, y el mundo tuvo que rehacer los viejos mapas. jsi se alarga la senda.
es que el Faro es seguro, y a bordo hay buena fe!
Nos puso el Azar, lejos de las vías maestras trilladas por los siglos en las rutas del Mar, y hemos desviado rumbos hacia las playas nuestras hasta hacer que el Destino nos viviese a buscar. Nó a la Suerte debemos privilegiada plaza!
isi hacia el Sur pone proa la Vida, es porque allá encuentra el reservorio de nuestra púgil raza, y el mundo sin nosotros, no se concibe ya!
Fuimos Colonia, apenas por un siglo, y no pudo marcarnos con sus hierros de infamia; nuestro albur es todo de la Aurora, porque el Sol hace escudo al Milagro que cumple la Estirpe. Allá en el Sur. Tanto es la Patria Chica de generosa y grande!
ipero si así no fuera, como es y debe ser, culpa nuestra sería. Que el Sol nos lo demande con las gentes del otro más rojo amanecer!
Angel Falco (Publicadlo on ocasión del Centenario. Julio de 1930.
México, 1928 Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica