1Repertorio Americano SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA 1930 Tomo XX San José, Costa Rica Sábado 21 de Junio Núm. 23 Año XI. No. 495 SUMARIO Hernan Zamora Elizondo Salomon de la Selva La herencia de Franklin Testimonios.
Pescador.
El Centenario de Bolivar en México.
Marginaciones bibliográficas.
No bay derecho.
Cosas que no debería decir Recordando a don Mauro.
Párrafos sugestivos del Informe presentado al Sr. Ministro de Instrucción Pública Gabriel Alomar Sarmiento, José Marli y redro Pérez Zeledón Fausto Burgos Rafael Heliodoro Valle Castaneda Aragón German Arciniegas Armando Zegri Pedro Pérez Zeledón Canto a los Padres de la Patria Fin de verano Bibliografla titular.
En los EE. UU. no quieren tampoco a los agentes del capital que moldei leyes, o las pudre para evitar su regencia.
De las empresas y, consorcios. creados por favor del Estndo.
Poemas.
Tablero (1930. Juan del Camino Asorun Jorge Carrera Andrade Tedro Pérez Zeledon La herencia de Franklin De Social. Habana Franklin, como producto de un medio y como instrumento de una acción, tiene una clara psicologia: Su estirpe puritana, obligando a expatriarse huyendo de la corrupción: estuarda, reaccionó sobre Europa cuando ésta fué capaz de recibir la nueva semilla. Franklin es el entron que entre las dos revoluciones: la inglesa y la francesa.
El puritanismo y sus derivados tuvieron mucho más valor ético que ideológico. Hay en ellos más de ascetismo que de misticismo. Son derivaciones. lejanas de la escuela estoica; depuraciones de la volun tad, aunque dirigidas al cultivo de la acción, y no, como los estoicos, a un fortalecimiento interior unido al pesimismo quietista.
Franklin, cuya actividad empezó en Pennsylvania, era una alma nativamente fraterna de la de Guillermo Penn. Pero había en él también el impetu lejano de Milton. Educado en un medio de lucha, er una sociedad que iba saliendo rudamente de la mano de todos sus conciudadanos, Franklin sintió el valor de eficacia y de práctica con mucha más intensidad que el puro y desinteresadamente especulativo. No hablo ahora de su conocida personalidad científica, sino de su naturaleza filosófica. Leamos su cuadro de preceptos: la idea de bien es inseparable, para él, de la de utilidad. Ocupaos siempre en algún objeto útil. No perdáis el tiempo. No hagáis nada que no sea necesario.
No habléis sino de lo que pueda seros útil a voso a los vuestros.
Ęvitad los extremos. He aquí una Ética que no parece predestinada al heroísmo, a las exaltaciones arrojadas o irreflexivas, ni a aquellos abismos de contemplación que llamó el Mesías la mejor parte. No hay que olvidar, con todo, que el siglo de Franklin no dió a la palabra útil el sentido desoladamente material que le damos hoy. Fran.
klin, a causa de su naturaleza fundamentalmente religiosa, es un alma distinta de sus consanguíneos Bentham, Locke y Hume, aunque todos pertenezcan a una misma modalidad espíritual, renovadora del mundo. Refiriéndose a «la ciencia del buen. Ricardo. dice ya Mignet. La moral está en esa obra predicada en nombre del interés. más adelante, refiriéndose a la invención del pararrayos, escribe. De igual inodo que la observación conducía a Franklin ordinariamente a uma teoría, ésta le llevaba siempre a obtener de ella una aplicación útil. Otro de los elementos formativos del temperamento de Franklin podría llamarse romanismo. Franklin, crecido en una sociedad en devenir, formada por la existencia de un fondo numeroso de inmigrantes y una minoría de funcionarios metropolitanos, no siempre capaces y. probos, encontrábase en la misma posición de espíritu de un plebeyo consciente de la Roma republicana. En el interior de aquellos ciudadanos despertábase con nueva vitalidad el alma de los tribunos; volvía a sonar en su boca el acento plebiscitario de los Gracos. Esta semilla clásica, asociada a la semilla cristiana del ascetismo protestante, caracterizó la fisonomía de aquellos fuudadores, que debieron imprimir su semejanza al mundo que crearon. así como el puritanismo, o lo que llama Taine Renacimiento cristiano, fué una fuerza diversa y enemiga de las modalidades vulgares del cristianismo, también el tribunismo romano fué cosa muy diversa de la sociedad neoclásica que vino a destruir.
Aquellos dos elementos, recibidos de Europa, unidos algo paradójicamente, como ya lo estuvieron en el alma de Milton, reactuaron luego sobre Europa con fecunda trascendencia. así como Locke, hijo del pensarniento de Bacon, había suscitado la Enciclopedia, y Swift, hijo de la influenza lejana de Rabelais, había adoctrinado a Voltaire, Franklin, hijo espiritual de los Gracos y de Milton, difundió en París la semilla de libertad que Franklin Mi santo Patrono. Frunklin, que se elcró a las más altas regiones del pensamiento sin mids capacidad que la de leer, leer y más leer.
Sarmiento.
Alli (en sus obras completas) se ve a Franklin como fue, sin que los defectos que tuvo, que no fueron pocos, basten a deslucir la majestad de su intelecto o la ternura puresa con que amo a su patria, José Marti.
La Liga (Liga Francesa de la Educación) participa de lax ideas de Franklin, quien en vez de una campana que se le habia dado entender que gustaría mucho como regalo dana nueva poblución que se fundo bajo su patronato, envió a ella una biblioteca popular, diciendo que al tratarse de seres racionales, era natural pensar en que más exlimasen lo que tenia mds sentido prodlucia me nos ruido.
Participa igualmente de las ideas de Horacio Mann, quien pedia ver sembrados Ins campos de libror, como se siembran de trigo.
Pedro Pérez Zeledón (Del Informe 1887. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica