12 REPERTORIO AMERICANO Recurso de la envidia: restar mérito al mérito, hijos de la perfidia, doctores del descrédito.
Guardáis en vez de alma veneno en las entrañas; os turba quien en calma desprecia vuestras mañas y sin hacer alardes os dice a voz en cuello: cobardes.
Del dolor allá en los palacios señoriales, en donde habitan las herencias reales, de lujo vestido se llegó el dolor; nada pudo la sangre, nada el amor. a las casas lujosas de los poderosos, del dinero dueños y de campos lujosos, de oro vestido se llegó el dolor; impotente fué el dinero de todo gran señor. en la pobre casa del valle y la montaña donde el trabajo brinda lo que la tierra de harapos vestido habitó el dolor; entraña, inútil la humildad del Santo Labrador.
Fué a palacios reales; descendió a los valles, repartió sus males, por toda la vida, el dolor.
Manos Poesías de Max Jiménez. De la obra Gleba. Editorial Le Livre Libre. Paris. MCMXXIX Paño de lágrimas ¡Ah, si él hubiera vistol Se hace paño de lágrimas el suelo. Ah, si él hubiéra visto manos que acopian de la lluvia el duelo los ojos ericarnados en que hoy parece desahogarse el cielo.
que lo han llorado tanto!
Una ave entre la lluvia deja. Si él hubiese oido cual eco de una queja.
las tantas objeciones el ritmo en que se aleja.
empapadas de llauto!
Si sólo él supiera Ojos de cara rubia, el vacio que ha dejado que el llanto enturbia: la ausencia que da espanto.
cuelga en el paisaje velos la lluvia.
Si lo hubiese él sabido.
No es en lluvia, es en llanto que los cielos al valle están regando.
Un rayo de ilusión Al hombro fardo Mi isla de esperanzas lleno; Ya el fastidio de cálculos ine agobia. botón promesa, henchir mis velas, dejar quiero a la suerte.
que no cuaja en flor; Tal vez reclinándome en mi suerte mas. trazos vai quedando encontrará esperaliza su alba novia.
al margen del camino, No me importa la tierra a que el azar me que va dejando impresos un hijo del destino. lleve, la isla a donde llegue será la isla Fortuna.
La carga se aligera Sin esperar natura que prenderme en las al fulgor de una estrella (sienes, que irradia en promisión, un árbol y una fuente: a mi ambición rehenes.
y enciende en el agobio brújula de suerte, hará el camino breve, un rayo de ilusión.
a la paz y al contento de mi isla Fortuna.
Oidos del mundo (Ya que el fastidio de cálculos me agobia.
Oidos del mundo, henchir mis velas dejar quiero a la suerte, esqueletos del ruido; tal vez reclinándome en mi suerte torres, hospitalidad encontrará esperanza su alba novia. de vibraciones.
De otoño ¡Torres, estación de ondas peregrinas, El jaular se ha vestido de otoño, unióu de continentes, sus hojas marchitas se van con los rios, portavoz de los mares!
vestigios de alguna ascendencia, que trasmite a los jaules, Hombres de cien metros, en su savia, herencia para soporte de la eterna de hermanos lejanos tragedia de la tierra, hechos sin entrañas.
que azotan los frios.
Torres solitarias. Acaso es orgullo de árboles, auxilio de los náufragos, y de oro se visten sostén de los guerreros.
al quedar desnudos los altivos jaules. Torpes de ondas y de chispas.
oidos del mundo. Tal vez de sus hojas esqueletos del ruido.
simula hacer llamag que ofrenda a los ríos Dolía el perfume de algunas flores en pago a sus aguas. El. dolor hizu presa en la pobre chiquilla, El jaular en su túnica de oro pequeña para tanta pena.
desprende a las aguas El dolor es más triste en los tristes, mensajes de otoño, lloraba en presente, el pasado y futuro.
aquí en esta tiërra El dolor estaba entre cuatro paredes, que se baſa en sol.
y colgaban miradas enrojecidas. Mis esperanzas?
dolía el perfume de algunas flores.
Era de ojos azules, Hizo alto la desgracia en un infeliz.
profundo azul del mar.
Más duele el dolor dę. Jos humildes.
Diez años han pasado Se seinbró el vació, por el mismo lugar: se quedó sin nadie, El mismo viejo árbol, con sólo su pena, el mismo viejo mar.
entre cuatro paredes, El pueblo ha progresado.
y en forma de coronas (La vista, se me pierde.
dolían unas flores. en el azul del mar. Diez años han pasado; Trabajo de serviles no anidó mi esperanza, Trabajo de serviles, errante aun está.
obstáculos de marcha, Ojos grandes azules, agazapados, viles, ya no azul del mar.
dil mundo negra mancha.
Mános toscas de trabajo, manos de pobre salario, manos que han sido estropajo, deuda del progreso diario.
Manos de ojos marchitos, manos de humildes quehaceres, manos de hilo y de aguja, manos de pobres mujeres.
Manos caritativas, manos de santa hermandad, manos puras, sensitivas, manos de la caridad.
Manos que bucles enredan, manos que frentes despejan, manos de padres queridos, manos que solos nos dejan.
Manos hechas de caricias inanos largas y sensuales, pálidas manos enfermas por los placeres carnales.
Manos que el destino guía manos de amor y placer, no se escapa vuestra vida del dolor de padecer.
Llanto de estrellas Simple, la historia: dos hombres llevan iun ataud.
Simple la historia: en la casucha vivió diez años, palideció y palideció, ajitó los bracitos y. de la muerte se abrazo. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica