Carmen LyraJoaquín García MongeViolence

Repertorio Elmericano SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA 1930. Sábado de Noviembre Tomo XXI San José, Costa Rica Núm. 17 Año XII. No: 513 SUNIARIO La religión de un hombre libre Bertrand Russell mi América india.
Carta alusiva Sulumón de la Selva El escritor Falio Fiallo.
Dos romances.
Sintonión de la Nela Una lección de Bondolle en la Grande Chaumière.
Simón Bolivar (2. irlos Pellicer La vida trista del poeta Isaias Gambos.
De los mercenarios y el daño que le hacen a la patriu. Juan del Camino Ensueños de Nochebuena.
El centenario de Bolivar y la tragedia, venezolana.
Valmore Rodrigues José Francisco Villalobos Gervasio Furent Juros Simón Latino Carmen Lyri La religión de un hombre libre Traducción de SALOMÓN DE LA SELVA, para Repertorio americano llamó a eso Pecado, y cayendo de hinojos le pedía a Dios perdón. Pero dudando de si en justicia podía perdonársele, llegó a inventar un Plan divino por el que la cólera de Dios había de aplacarse.
viendo que el presente era malo, lo empeoró aún más, para que así el futuro resultase mejor. le rindió gracias a Dios por la fortaleza que le capacitaba para negarse a sí mismo hasta aquellas alegrias que podía alcanzar. Dios sonrio; y cuando vió que el Hombre se habia perfeccionado en la renunciación y en la adoración, lanzó otro sol por el espacio que, al chocar con el sol del Hombre, lo hizo añicos resolviéndose todo otra vez cn nebulosa. Si, murmuro, ha sido una buena representación. Veré que se repita. AI Dr. Fausto en su gabinete de estudio le contó Mefistófeles la historia de la creación, diciéndole. Las interminables loas de los coros de los ángeles habian comenzado a aburrirle, porque, al fin de cuentas. acaso no merecía el sus alabanzas. No les habia dado inacabable jubilo. No resultaria más divertido obtener adoración inmerecida, la adoración de seres a quienes torturase?
Se sonrió en sus adentros, y resolvió que diese principio la representación del gran drama. Durante edades incontables la encendida nebulosa giró locamente y sin rumbo en el espacio. Al fin comenzó a cobrar forma. la masa central arrojó de si planetas; los planetas fueron enfriándose; mares hirvientes y candentes montañas se agitaron con titánica violencia; inmensas sábanas de lluvia cayeron en diluvios de las negras masas de nubes sobre la cáscara apenas salida de la tierra. ahora el primer germen de la vida creció en las profundidades del oceáno, y se desarrollo rápidamente en la fructuosa calidez, convirtiéndose luego en vastas selvas ile árboles inmensos: Del limo húmedo brotaron a su impulso gigantescos helechos primi.
tivos, y los mares se poblaron de monstruos feroces que se devoraban los unos a los otros, y que por fin pasaron. de tales monstruos, en desarrollo continuo y a medida que el drama iba desenvolviéndose, nació el Hombre, dotado con la facultad de pensar, y con el conocimiento del bien y del mal, y con la sed cruel de adorar. el Hombre vio que todo es efímero en este mundo monstruoso y loco; que todo es lucha por arrebatar, a cualquier precio, unos pocos momentos breves de vida antes de que se cumpla el inexorable decreto de la Muerte. el Hombre dijo. Hay un oculto propósito, el que, si lo pudiéramos sondear, veriamos que es bueno; porque debemos adorar algo, y en el mundo visible nada hay que sea digno de adoración. el Hombre se hizo a un lado de la lucha, pensando hondamente y. con fe, que el deseo de Dios era que por los esfuerzos humanos surgiese del caos la armonía. cuando el Hombre se entregaba a los instintos que Dios le había trasmitido y que tenian origen en sus ancestrales fieras de presa Bertrand Russell Carta alusiva Mi inuy querido don Joaquín García Monge: Le envio el admirable ensayo de Bertrand Russell, Freeman Il orship, traducido, con el cariño que me merecen los lectores de su revista, especialınenta para Repertorio cimericano. Estos lectores son, para mí, en primer término los maestros de Costa Rica; en segundo, aquella banda de espíritus despiertos, dispersos en pequeños grupos en todos nuestros países pero que sin embargo formamos estrecha falange, unidos por el fuerte lazo que usted, con la paciencia, la tenacidad, la generosidad y el alto don de maestro que Dios le ha dado, ha venido tejiendo en más de once años de labor visible para todos en los volúmenes de Repertorio.
Muchos de esos lectores que digo aún no Bertrand Russell. Hay quienes, coino nuestra admirable Carmen Lyra, han estudiado sus obras de educador de (Pasa a la peigina 2:0)
Tal es, en esbozo, pero aún más carente de propósito, más vacio de significación, el mundo que la Ciencia nos presenta para que creamos en él. En medio de ese mundo así, nuestros ideales han de hallar hogar, o no lo hallarán en parte alguna, Que el Hombre es producto de causas que no tuvieron previsión del fin que iban logrando; que su origen, su desarrollo, sus esperanzas y temores, sus amores y sus creencias no no son más que el resultado de colocaciones accidentales de los átomos; que fuego ninguno suyo, que ningún heroismo, que ningún pensamiento ni sentimiento que tenga, por intensos que sean, pueden conservar la vida individual más allá de la tumba; que toda la labor de las edades, toda la devoción, toda la inspiración, todo el resplandor meridiano del genio humano, están destinados a extinguirse en la vasta muerte del sistema solar, y que el templo de los triunfos del Hombre inevitablemente ha de hun.
dirse por entero bajo las ruinas de un universo destruido. estas cosas, aún cuan.
do no estén por completo fuera de disputa, son, no obstante, tan casi ciertas que no hay filosofia que las rechace y espere sostenerse. Sólo dentro del anda.
miaje de estas verdades, sólo en el suelo firme de una desesperanza irreductible, puede en adelante edificarse sobre seguro la habitación del alma. Cómo, en mundo tan ajeno y tan inhu.
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