a Carios REPERTORIO AMERICANO 275 miento del poeta asciende cada vez más man almas temerosas de la edad media solicitaban ral renaciente. El pastor, niño y cíclope. teniéndose melancolico en la visión del bien: visiones del porvenir?
patriarca del Viejo Testamento, Monarca, Su palabra sonora, que surge desde los secretos Hace varios años, en un ocaso de otoño, re fundador y dios grecolatino, es, ante todo, más intimos del espiritu, produce una influencia corría yo esta llanura mantuana. Brillaban las predilecto del amor y la muerte, garzón de profunda en las almas; tiene un suave acento mieses en la alegria del estio; en la verdura Venus o Cibeles, esposo del cantar de cantape piedad para todos los dolores, para todas las ondeante cumo un mar, por los senderos pol res, precursor Bautista en el Jordán y Divino desventuras, para las iniserias todas. meutem vorientos, llenos de quienes de los mercados entre todos, Cristo, Buen Pastor que tiene por mortalia tangunt. él, el poeta romano, siente ho.
retornaban, surgian los rumores de la vida y a Romanos Pastores. Toda ilusión de rror por la guerra. scelerata insania belli. Un futuro necesita del trabajo; blanqueaban las casitas felices entre una pastoral y una sentido superior de la vida, una conciencia pu los altos y rectos árboles; el crepúsculo todo epopeya: un pastor Pedro, y, junto a él, un risima de lo bueno y de lo bello, una delicada lo envolvia en un rojo sopor vaporoso. Llegué paladin Pablo, con las dos manos apoyadas y conmovedora humanidad, anima aquella divi.
sobre la empuñadura de la espada. Pastoral del a Castel Ario; y en escuelas ventiladas y nina poesia que parece traer a la realidad los aldeano de Alemania, Lutero, o del berger de tidas vi caras serenas de niños y de niñas floensueños juveniles cantados en la orilla del Suiza, Rousseau, y en seguida epopeya de las recientes, y escuché de aquellas bocas inocentes Mincio: guerras de Religión o de las guerras de Revoascender cantos de gloria y de virtud. Las nia lución. Allá lejos, en Ultramar, de la pastoral Magnus ab integro saeclorum nascitur ordo. dres sonreían en los umbrales, los varones se sudorosi otra vez virgiliana de los colonos, sin embargo, en el imperio del mundo se su. paraban a los bueyes de los carros, y desde nacían mayos nuevos de paz y libertad. El cedieron severos y sangrientos, Tibcrio y Cali los establos mugian las vacas. Un castillo de viento antiguo neocristiano y neoclásico soplagula. Pero nació, también, Jesucristo. Desde la edad media, cuyas hendiduras velaba la hiedra ba en las banderas de Washington y de Bolivar.
entonces los siglos todos admiraron al poeta eterna, enrojecido por los resplandores del ocaso mantuano quien, como un cisne, abandonó la parecia avergonzarse de su inútil y cruel eleEl Imperio ha podido consolar a los homtierra siguiendo a las estrellas con su canto: gancia enmedio de los triunfos de la industria bres como una idea eterna. Ha combatido a los pacífica y del trabajo humano. En agnellos canLinqucntem terras et sidera voce sequentem.
cartagineses, a los escitas, a los turcos, a los tos de niños, entre aquellos mugidos de vacas Conciliador entre dos mundos, pasa, cual Heragarenos, a los luteranos como los griegos han y de bueyes, en aquellas manifestaciones de mes entre las sombras del infierno, rompiendo batido a los persas. El viento de Lepanto es el belleza, de fuerza, de tranquilidad, dentro de mismo de Salamina. Pero es Virgilio, el poeta las tinieblas de la edad media con el áureo mi corazón, me pareció sentir el espíritu de de Augusto, quien al venir a la tierra de Sicilátigo de su canto: pasa, y Dante, apenas lo Virgilio. decía: Oh italianos, dad vigor e lia inventa el equilibrio de la pastoral y la epodivisa en el límite de la selva salvaje, le tiende independencia a la agricultura, llevad la paz a peya, el Imperio Piadoso, invocando a las mulos brazos y ante él se arrodilla; y él, en Dante, las campiñas! Desterrad, de los surcos, el ham sas sicilianas. No en vano Goethe ha llamado limpia, a Italia y a Europa, de la pátina de la barbarie, y manda su espiritu, por entre diver. bre; de los cuerpos, la enfermedad; de las ala Sicilia isla reveladora. Desde este balcón mas, la torpe ignorancia. Dad la paz a los camsobre Grecia, Virgilio aprenderá mirando sas gentes, a Camoens, a Racine, a Schiller, pos y a los labradores. el águila romana verá Grecia mirando sin querer, también hacia Tal es en la historia del pensamiento humano vuestro conterráneo, o mantuanos de Piétole.
crecer de nuevo sus plumas y guiará, por enBelén. Las pastorales de aire divino que reconciliaran al mundo cristiano con el mundo cláciina de los montes y por encima de los inares, Pero, no tendrá hoy que dar a Italia un sico y citaran los Papas y Doctores como pronuestro derecho y, con él, las victoriosas arfecías. Las sibilas por virgilianas, más que por consejo o una admonición, el poeta, al cual las mas de Italia. Victorisque arma Quirinin.
sibilas ultima Cumaei estarán en el techo de la Sixtina mezcladas a todas nuestras gran Giosué Carducci des, cristianas y católicas alegorías. Desde Sici. Discorsi Letterari e Storici, volumen primero lia, mirando a Grecia, Virgilio imitará la cpode las Obras de Giosuè Carducci, paginas 189 a peya homérica y la Eneida será el puente latino 202. Nicola Zanichelli, editor. Bolonia, Italia. Traducción y envio de José Fabio GARNIER.
tendido entre la antigüedad y La Divina Comedia, de Dante, el sumo poema cristiano. Virgilio y la tierra siciliana van servir de intermediarios de universalidad a todos los imperios futuros. De B Mudria a nosotros también. Ahí están nuestros escudos españoles de Sicilia. Con ellos rezaVirgilio se diferencia, sobre todo, de Ho agraria. Volver a la tierra y a los héroes y voldo alguna vez como un rosario de coronas y mero en llevar, además, el peso de una grave ver a los dioses también. He aqui Virgilio. de cuarteles españoles en la alegría y la trageconciencia política, y en no poder nos ya pa través de Virgilio toda la Historia se nos apadia de las dos Sicilias. Con ellos, bajo el cielo recer, a causa de esto, tan poeta. Inmediata rece como una aspiración al equilibrio entre las caritativo de la magna Grecia, he rememorado niente, cuando se le despoja de sus máquinas pastorales y la epopeya.
una epopeya castellana la del Mio Cid hasta de portento y de sus maravillas melodiosas, el Lepanto y hasta Rocroy junto a una pastoral Virgilio político no deja de parecerse, por ejem Es frente a la tierra de Sicilia, llena de pascastellana: la de Berceo, la del Arcipreste, la plo, a Mauricio Barrés: La tierra y los muer torales griegas, donde acaso Cervantes imaginó de Montemayor, la de Garcilaso, la de Cervantos. La tierra, que son las Geórgicas, y los por la primera vez que Don Quijote, el épico, ellos escudos españoles de Sicilia he visto tes, la de fray Luis, la de Juan de la Cruz. Con muertos, con su inmortalidad, que son la Enei en último ejercicio de perfección, querría proda. Entre la tierra y los muertos, las Eglogas, fesar desarmado el ministerio pastoril, porque mezclarse sobre la tierra siciliana, como que son, ante todo, un lazo espiritual, un poé entonces sería, como nunca, hombre de Euroninguna tierra del orbe, las lecciones más equitico puente entre el oficio sencillo y la divini pa, cuyo espíritu ve incesantemente su ideal.
libradas y, puras de la conciencia clásica con dad fabulosa. El ideal patriótico de Virgilio es perdido soñado en el retorno a la felicidad, las catástrofes y los desórdenes más violentos una Roma rica de cosechas y de héroes. bajo el báculo arcaico. De Virgilio a las paso fatales del tiempo y de la Naturaleza.
Como Barrés, cuando mira hacia atrás antes corales del siglo XVIII de Virgilio, que es del victorioso golpe de César, ve un turbio orden, a Rousseau, que es demencia paradisíaca casi derruida de Castellamare, en período republicano y demagógico, con y delirante, la lirica pastoril desenvuelve. Palermo, una fina puerta de arco rebajado, charlatanes, traidores, agiotiscas, asesinos y me hasta deformarlos todos los notivos esenciales hermana de las de Toledo y Alcalá, sostiene las retrices, entre quienes se jucgan y malbaratan a la unidad moral de Europa. La égloga donde armas reales. El sol de mediodía da como en el los destinos ilustres de Roma y se vive con ponen los gentiles el último recuerdo de la rostro de un cuadrante solar en el viejo escudo fiadamente entre desastres coloniales de gue Edad de Oro, viene a fundirse en los albores de España. Al fondo, sobre el intenso mar azul, rra, bancarrotas económicas, diversiones, ver de la pocsia cristiana con la nostalgia milena aquietado en el cerco de oro de los montes, güenzas, cohechos, Bancas ávidas, Sociedades ria del paraíso, con el Cristo Orfco y pastor flotan, como pétalos en una copa, las embaranónimas y casas de ocho y dicz pisos, cuya de las Catacumbas y las visiones del Pastor caciones pintadas a la antigua, de colores claaltura tendrá que reducir Augusto a treinta de Erma. Tras la caballería de los cruzados sur ros. Bajo las nubes blancas, que deshacen ya metros. Se han desertado cl campo y la virtud. ge la pastoral franciscana, donde la cortesía se su cortejo matinal de bodas, el escudo del Rey Las Geórgicas tienen una fuente prosaica, ofi hace popular y divina y es una flor de prima Fernando y la Reina Isabel casi brilla cn cl ciosa, nobilisima, de contribución a una pro vera que perfuma el mundo. En seguida, mármol donde fue sobriamente inciso sin es paganda administrativa y estatal de politica con Dante y Petrarca, se abre la pastocarolados follajes. los lados, bajo dos angéliEspaña y el ideal virgiliano cn En la tori sus Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica