Feminism

28 REPERTORIO AMERICANO desde la cual los hombres reclamar sus derechos.
La cudena de la csclavitud se rompió en mil pedazos la libertad fue algo. los errores de la ignorancia y el prejuicio cedieron su puesto a la conciencia radiante y libre.
Oh! Dios, tú purificaste en el sufrimiento cl alma del hombre, carcomida por el mal perdurable.
y tú la hiciste otra vez digna de tu imperio.
Después de la terrible noche estalló este resplandor deslumbrante del Oreb y Dios volvió al seno del Hombre.
On! las pupiluis encendidas de amor.
Oh! los antiguos ritmos de la vida.
Oh! la espada caballerasca de Turena.
Oh! la fina y harunoniosa harpa de Ronsard.
Oh! los brazos desnudos de tus mujeres.
Oh! la belleza deslumbrante de tus reinas.
Oh! las gargantas delgadas de las doncellas. las frentes crguidas de los grandes.
Oh! la blancura y rosa de las carnes jóvenes.
La hambrienta Tempestad abre sus faucas oscuras para diorar todas estas primicias de tus glorias.
Oh! Francia, tú eres la excelsa feminilidad latina y este Ser horripilante y mayestático a la ver, masculino y ágil, ta a puseer tu gracia fecunda, hasta la embriagues.
Antes te fecundó el poder romano te hiso suya el bárbaro joven y robusto.
Esta es la ultima sertidumbre, Francia, que humillará tu alına.
Tú tciidrás que sufrir el contacto, de esta especie de noche ambulante que aulla como una bestia imperativa y dominante.
Tií, que eres digna de Apolo, cl resplandeciente, tienes que dar tu amor a este Calibin jadrante y escandaloso. dei raro connubio nacerá un cosa meva, se llamará Pueblo o se llamará Hombre.
El Hombre moderno, Francia, es hijo tuyo, la ha engendrado en tu vientre este gran dios.
No lo has concebido en los jardines floridos de tus antiguos idilios, sino en una tremenda noche de tortura y de angustia, sobre la sangre de los cadalsos.
El choque ha sido. La Tempestad ha soplado sus impulsos sobre ci Tiempo las cosas. de esta conflagración formidable, y de este naufragio resonante: de las piedras derruidas, de los cúrmenes aplastados por los pies eirsangrentados de la Bestia, de las cabezas tajadas por la cuchilla del verdugo; del derrumbamiento de la Bastilla; de la vejación y del terror de los Reyes, va a surgir a la vida de las edades, el semidiós del porvenir de las naciones jóvenes, ci renovador de las naciones antiguas.
Lafayete levantará su espada pura y piadosa como una estrella orientadora, y Alirabeau, desde una Montaña, dirá al futuro cl verbo anunciatris de un micro orden en la Vida.
Entonces desaparecieron todas las mentiras; la hoz cortó de raíz los árboles que no dan fruto.
Dejaron de ser los privilegios rcpugnantes y los orgullos infames y las diferencias.
Desaparecieron los oraces egoísmos que consumen el pan de los pueblos. os laureles fueron mancillados en el fango; se apagaron las lámparas de las suntuosas fiestas y fueron hechas Irisas las copas sonoras del vino.
Desapareció la mentira del presidio y la tortura, la a jación, la exacción y el martirio; la corona de los reyes y el manto de armio de los monarcas. como la montaña que se derruinba, cayó la sacra cabeza del príncipe en la vulgar canasta de los ajusticiados.
Ya no más la alfombra en donde se humilla el cortesano en solicitud de una dádiva, se levantó en cambio la tribuna Oh! cl Hombre que arrebata el rayo a los cielos; el hombre que aprisiona la luz y da su ley al viento; el hombre que sondea las profundidades del mar conquista las honduras impenetrables del alma; el hombre que pone diques al océano, y abre caminos en el desierto.
y consiruye el Partenón y las Pirámides y levanta cstaruas a la libertad. el hombre que revela nuevos misterios de la vida y le cierra el paso a la muerte.
El hombre que ejerce el sacerdocio del fuego; ci hombre que interpreta la harmonia del Universo; el hombre que se, purifica en el dolor; cl hombre que se engrandece en la heroicidad. Antes tú casi 110 eras nada, zarón.
Se podía ascupir sobre tu frente sin cometer un delito; se podia alarte a un poste y latigueartc como si fueras una fiera indomeñable.
Frente a tu rey eras in despreciable insecto.
Tú, ignorabas tus destinos y tus virtudes.
Tú creías que eras un abismo lleno de sombras, todo el oprobio que sufrías, la vergüenza, ia humillación, las lágrimas, cran la obra nefasta de tus propios hermanos.
Tú eras menos que la inmundicia y el lodo; la bestia era más digna de honores que li.
Pero ahora te llamas Pasteur y eres humilde; ya no necesitas ser un príncipe para conquistar los rosas del triunfo para tu patria.
Tus únicos títulos los llevas en 111 propia esencia.
Para ser digno de la vida basla que te llames Hombre.
Tu exaltación perfecciona el universo moral: Dios es el legislador; tú eres el que admira; el astro es el que alumbra.
Ahora la Vida va a tener nuevas formas; la Subiduría va a tener definitivamente su templo.
La Sabiduría, vh! hombre, habla por tus voces.
Oh! Francia insigne, tú que posees el poder cterno de renovarte, eres la madre de las edades que comicucan: Tu catorce de Julio e un germen de días supremos, iluminados y heroicos.
Napolcón. Hugo, el Marne y Verdun son las afirmaciones de tu grandesa imortal.
Tus alas vibrantes llenan el infinito de alentadores cantos.
Tul alma gentil es el pájaro de todos los mares; de las mares líricos y de las tormcntas.
Tú, con tus gestas has dado al Hombre los secrelos de su espíritu.
La Historio será en adelante el proceso de la conciencia e Hombre será la perenne zverdad de Dios.
El Hombre ya 110 será una Sombra sino un resplandor.
Rómulo Tovar San José, Costa Rica. Julio del Cuando una vez Gandhi la reprochó en público desde las columnas de La Joven India porque se mantenía a la zaga o porque no se mezclaba en algo, se dejó oír la protesta de las mujeres, muy distinta de lo que las occidentales habrían dicho. Qué bien dicho de Ghandi, qué honrado. Sino. Qué mal hecho de Ghandi, parece que no tuviera respeto por el prestigio de su esposa. So pusieron enojadísimas.
Las mujeres hindús. las mujeres hindús no son, bajo ningún (l iene de la pug. 24. concepto, simples y sumisos juguetes.
La estructura tradicional de la vida soPor más interesantes que parezcan cial en la India, las obliga a vivir hasestas mujeres, no son, sin embargo, las ta cierto punto, en un mundo lejano del verdaderas líderes del feminismo. Muy do los hombres; y aunque los que no al contrario de la impresión general en pertenecen a la familia no pueden petre las mujeres europeas, quienes sola netrar a las estancias de las mujeres mente ven a sus hermanas hindús en (estos departamentos se llaman zenanax. las grandes ocasiones donde la etiqueta la casa está hecha de tal modo que las exige mucha reserva y hasta silencio, mujeres pueden observar y oír casi todo Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica