REPERTORIO AMERICANO 293 La jangada (Envio de Coto. En la isla flotante bajo el alma del Norte.
Sobre el lomo del río que orgulloso camina van los troncos. Los débiles aun muestran en el corte lágrimas de resina.
Sobre el lomo del río, del «camino que anda. bajo un sol astringente como un terrón de alumbre van los troncos. Los débiles, los de madera blanda soportan de los otros la inerte pesadumbre.
Una fungada en el Alto Parand Un lanchón los dirige con prolongado esfuerzo; caza en ellos la inquieta lagartija insectívora, y tras el comprimido resorte del escuerzo avanza la insidiosa cautela de víbora.
Vencidos, se abandonan como un dolor inmenso, pero en sus almas rudas de oscuros soberanos fermentan odios agrios, y envidian a un incienso que hizo al desplomarse crujir huesos humanos.
Caobas, palos santos, inciensos y quebrachos en el agua reposan humillantes fatigas.
Ya no son nobles árboles, ya no son troncos machos: la sierra afeminólos en impotentes vigas.
Prosigue la jangada, y el agua que la asedia hallándola sin bordas asalta su gran cuadro; al ir a desunirla comprende la tragedia y lame las heridas del hacha y del taladro.
Ya los ojos, no advierten en los toscos poliedros a los dueños magníficos de las selvas lejanas.
Príncipes orientales, sucumbían los cedros vencidos por las sabias lujurias de las lianas.
En tanto en las orillas de inexploradas frondas se suspende el vibrátil picaflor microscópico; digieren, indolentes, las regias anacondas y el yacaré leñoso dormita al sol del trópico. Y erguidos entre un fárrago de malezas y arbustos con su purpúreo aspecto de gigantescas flores reinaban, formidables, los lapachos vetustos que chuparon la sangre de los conquistadores.
Jorge obligado (La Prensa. Buenos Aires. los pocos europeos que llegaban a la Asunción solía decirles. Haced aquí lo que gustéis, profesad la religión que os acomode, nadie os inquietará; pero estad prevenidos, que os va el pellejo si os mezcláis en las cosas del gobierno. efectivamente, envió a la eternidad a no pocos de esos aventureros que se meten a patriotas en patria ajena. Sólo por esto querría yo un Francia en el Perú, harto como estoy de ver a gente de extranjis tomar cartas y doblar baza en juego en que debieran hacer, a lo sumo, papel de mirones. Esto de que un hereje quiera ser más papista que el Papa. no está en mi mano. Vamos. Me carga, se me estomaga y me hace vomitar bilis.
Como los cuáqueros, el doctor Francia daba a todos el tratamiento de tú; pero idesgraciado de aquel que, por distracción, dejaso de decirle excelentisimo señor!
Por fin, para dar una idea del terrorífico respeto que inspiró a su pueblo, bástenos copiar las palabras que dirigió un día a un centinela que había tolerado a una mujer que mirase por una ventana los muebles de una de las habitaciones de palacio. Si alguno de los que pasen por la calle se detuviere fijándose en la fachada de mi casa, haz fuego solire él; si le yerras, haz otro tiro, y si todavía le yerras, ten por seguro que mi pistola no ha de errarte. Así, cuantos pasaban por el fatídico antro de la fiera lo hacían bajando los ojos al suelo.
El 20 de septiembre de 1840, a la edad más original, empezando por el título de de ochenta y seis años, terminó la exis patricio que da al general Bolívar. Hela tencia de ese déspota verdaderamente aquí, tal como apareció en un periódico fenomenal.
del año 1826: los que deseen conocer con inás amplitud el tipo caracterizado por el Patricio: Los portugueses, porteños, ingleses, doctor Francia les recomendamos le lec chilenos, brasileros y peruanos han manifestura del libro recientemente escrito por tado a este gobierno iguales deseos a los de el ilustrado médico bonaerense Ramos Colombia, sin otro resultado que la confirmaMejía, titulado Las neurosis célebres. ción del principio sobre que gira el feliz régimen que ha libertado de la rapiña y de otros males a esta provincia, y que seguirá consLa nota del Libertador Bolívar al titante hasta que se restituya al Nuevo Mundo rano Francia se limitaba a proponerle la tranquilidad que disfrutaba antes que en él apareciesen a póstoles revolucionarios, cu. que sacase al Paraguay del aislamiento con el resto del mundo civilizado, en. brienilo cor el ramo de oliva el perfido pujal viando y recibiendo agentes diplomáticos para regar con sangre la libertad que los amy consulares. La contestación de que fué biciosos pregonan. Pero el Paraguay los coconductor el capitán Ruiz, no puede ser noce, y en cuanto pueda no abandonará su sistema, al menos mientras yo me halle al frente de su gobierno, aunque sea preciso einRicardo Palm a puñar la espada de la justicia para hacer res.
petar tan santos fines. si Colombia me ayndase, me daría un día de placer y reparDR. HERDOCIA tiría con el mayor agrado mis esfuerzos entre sus buenas hijos, cuya vida deseo que Dios Enfermedades de los ojos, Nuestro Señor guarde por muchos años. Astinwidos, nariz y garganta ción, 23 de agosto de 1825. Gaspar Rodrlguez de Francia.
Horas de oficina: 10 a 12 de la mañana y de a de la tarde Bolívar leyó y releyó para sí, sonrióse al ver que el suscriptor lo desbautizaba llamándole Patricio en vez de Simón: y pasando la carta a su secretario Estenos, murmuro. La pim. pinela. Haga usted patria con esta gente!
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