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REPERTORIO AMERICANO 89 nos como LA caída del gabinete que presi León Blum y la posteridad de la sequedad analítica con que día monsieur Briand permitió lo exponia para llegar a su tesis. De Caras y Caretas. Buenos Aires.
suponer por un momento que León mezclaba a su demostración eleBlum colaboraría en la formación del mentos de gracia imprevista, de ironía nuevo ministerio. Blum, que ejerce desdiscreta, de burla eficaz, de raudas inde hace años la jefatura del socialismo flexiones de pensador y de estadista. Si; ortodoxo de Francia, después de haber los rancios colegas del conde de Mun, afirmado que se animaba a gobernar, el desaforado y genial Daudet, los jóveencontró la manera de rehuir el pelines y agresivos correligionarios de Hegroso compromiso. Lo ha hecho con esa rriot, acababan de advertir que allá elegancia sinuosa con que sabe escuarriba, en el sitio de los peroradores, rrirse de la responsabilidad en las ocaemergía el sucesor de Jaurés. En París siones difíciles. Si es cierto que el arte se puede tener hostilidad a un político; de los grandes capitanes consiste en reno se siente hostilidad hacia el talento.
tirarse. a tiempo, hay que convenir en al otro día, desde las columnas del que León Blum es uno de los capitanes Quotidien hasta las columnas de Action más insignes. Pero convengamos tamFrançaise, los, comentaristas sancionaban bién en que ese capitán que se evade la elocuencia vigorosa y persuasiva de oportunamente del riesgo ha librado en León Blum. París, todo París, sabía su vida batallas estruendosas. Os son que el Blum del discurso de la víspera familiares los rasgos de León Blum. era el Blum del libro en que se evoUna mañana en que me metí en el cuarto caba a Eckermann, el que disertaba sode trabajo de Jean Jaurés, en su desbriamente sobre arte, sobre versos, sobre nuda y triste casita de Auteil, atestada filosofía. Los cronistas se complacieron de libros deslomados y de sillones de Caricatura de Blum, por Alvarez.
en referirnos su exigua biografia de raída vaqueta, vislumbré en un rincór.
erudito, de curioso de las ideas. Nacido penumbroso a un individuo de frente en la Narbona de las viñas y del sol, redonda, de lentes oblicuos que cabalga dores de aquella etapa opulentà en que Blum la riqueza lírica de los predica frecuentó el liceo, los sólidos programas kan sobre una nariz ligeramente curva, de la Escuela Normal y no le faltaba, el socialismo, además de presentarsebajo la cual se ensanchaba, grueso y una escuela económica, se naturalmente, para entretener sus ocios rotundo, ese bigote que preconiza Maunos ofrecía bajo el aspecto de un movilujosos, el aprovisionamiento, bien eurorice de Waleffe como signo distintivo peo, de las letras clásicas. Durante la de los franceses. Era León Blum, a quien xiano, confía en la evolución lenta de miento religioso. Blum, rígidamente marguerra, perteneció, como el áspero Jules veía después regularmente en las preGuesde y como el irreducible Jean Allecarias oficinas de Humanitė. Acompalas cosas, en la paulatina modificación de la historia. Mas el ideólogo, enju cialismo, a la Unión Sagrada, y en más magne, de la guardia veterana del soñaba al maestro, seguía al maestro, admiraba al maestro. Hablaba de Jaurés to, apretado, que aísla los fenómenos de una oportunidad, el partidario de la momentáneos con con fervor. de discípulo, con la ternura una precisión abrupaz, de la fraternidad mundial y de la madora y con una destreza brutal, es, de un hijo espiritual, y repetía, en los equidad de clases, se reveló patriota, cafés de Montparnasse, en las reuniones en el fondo, un artista que huye de los como se reveló, con tino sutil y con do propaganda, las frases del artículo combates políticos para sefugiarse, lejos dicacidad vivaz, en el memorable conpublicado en el periódico, las conclusiode los camarillas, en la delectación del greso de Tours, enemigo concluyente de nes de sus discursos de la cámara, sabía buen libro, del buen cuadro, de la con la Tercera Internacional. Queréis dijo de memoria sus anatemas, citaba sin versación placentera, serena y alegre, a Cachin y a Vaillant Couturier, repreequivocarse, con una fidelidad de fonó con amigos escogidos. Es lo que descusentantes de la táctica soviética. somegrafo, sus períodos amplios, abovedados brieron sus propios camaradas y sus ternos a la vigilancia sigilosa de orgade imágenes rutilantes, en que el viejo adversarios la tarde en que apareció por nismos jerarquizados, cuya dirección apóstol prometía al mundo la existencia primera vez en la tribuna del parlamento, permanece oculta y que aplica una disLibre y feliz. Ese entusiasmo por Jean en 1919, al discutir un problema inadeciplina secreta y la fórmula del peJaurés nos había aproximado un poco, cuado para que un conocedor de Goe rinde ac cadaver. Nosotros queremos la lo poco que puede aproximarse en Pathe y un ininucioso lector de Platón libertad para cada uno, y seguiremos rís un escritor desconocido y sin fortu pudiera lucirse con facilidad. Venido siendo hombres libres. La controversia na a alguien cuyos libros están en los con la renovación legislativa, permane de Tours agrandó su personalidad, exescaparates de las librerías y de quien ció ignorado en el recinto y en los co tendió su nombre, aumentó su se ocupan las crónicas, los autores, la rrillos, siempre al lado de Marcel Sem diente de jefe. Sería extraño que acgente que teje la anécdota y elabora el bat, como si pidiera que advirtiesen su tualmente participara en las tareas de prestigio local y universal de sus con presencia, con su mirada viva y con su gobierno como sus cofrades do Berlín y temporáneos. Se dice que León Blum sonrisa picante que se escapaba a tra de Londres? Este León Blum es ingeposee bastante dinero para combatir al vés de la masa del compacto mostacho. nioso y astuto. No en vano domina las capital. Es millonario. No se lo reproHizo tímidamente una moción de apla ciencias históricas y conoce los experichemos demasiado. La creencia pinto zamiento del debate sobre tarifas ferro inentos de sus compañeros. Qué podría resca de que el socialismo debe reyes viarias. pasó inadvertido. Nadie re llevar a cabo en el ministerio fataltirse con los hábitos de la pobreza, ese paró en su voz vacilante, en su ademán mente efímero? se quedaría en los concepto franciscanista de los héroes de tembloroso de orador que se inicia y que pasillos, urdiendo combinaciones de mila transformación de la sociedad, perte cree que el universo se balancea en su pala norías, coino Briand y como Millerand, nece, sin duda, a la época romántica, al bra. Sin embargo, la multitud de legis que olvidaron en las alturas mareantes ciclo de Benoit Malón, que fué algo así ladores tuvo que persuadirse de que allá, el credo que propagaban con tanta vecomo un santo laico del siglo xix. Para en el estrado, se hallaba un hombre con hemencia, o fracasaría tristemente, peLeón Blum, la necesidad de impulsar quien habría que contar en adelante, nosamente, como fracasan, con regulalos cambios sociales no proviene de un para aplaudirlo, para resistirlo, para ata ridad invariable, los que quieren conciliar estado emocional, de un arrebato de la carlo. Su acento inseguro minutos antes la pureza de sus principios con la reasensibilidad, como lo fué la macilenta había cobrado sonoridad filosa y meta lidad de gobierno que no emana de su rebeldía de la Severine, sino de la con lica, amplitud de resonancia y de vuelo, victoria definitiva, que de llegar a ser vicción severa, de la lógica doctrinaria, daba cifras, manejaba hechos, comparaba tal se despojaria del carácter de un de los tres grados sucesivos de Hegel, datos y asombraba a los técnicos con su acontecimiento político para transforen que reposa la maquinaria dialéctica conocimiento. prolijo de la cuestión, con marse en un vuelco histórico, en de Carlos Marx. Por eso no encontramos su sentido estricto de cada matiz del reversión de la estructura jurídica y en los escritos y en las conferencias de tópico. a pesar de la aridez del tema, económica del país. León Blum, crítico asceiluna Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica