Violence

24 REPERTORIO AMERICANO Clemenceau ante la historia (Envio del autor)
Clemenceau Caricatura de Jassuguer XTE los ojos del mundo sepultado en las trincheras de 1914, Clemenceau fué un apóstol, un Mesías, un Salvador.
Zolá decía de él. Es un espíritu científico, de efectivo valor, Avanza con el siglo. Yo lo coloco en el primer rango de los hombres nuevos. En el Parlamento es uno de los que hablan la verdadera lengua del orador inoderno, una lengua de claridad, de precisión y de lógica.
Yo creo que sus discursos son superiores a los de Gambetta, justamente porque son sencillos y no se ahogan en ninguna retórica. Anatole France. Flexible y diverso de espíritu. Vivaz einperioso de carácter. No he de enojarle si digo que hay muchas cosas que él preferiría al poder. Posee el sentido de la acción y se puede asegurar que vivir, en su concepto, es obrar.
Pero, al propio tiempo, es un filósofo que tiende a la acción intelectual, más de lo que sería menester a un Jefe de Gobierno y a un jefe de partido. Estas tendencias filosóficas las ha mostrado en su rol de Ministro del Interior, cuando, antes de ser Presidente del Consejo, dio carácter fisonomía a todo el Gabinete. Es entonces que ha opuesto a los socialistas la doctrina de un agnosticisino social, sin duda grave y melancólico, pero extraño, seguramente, a todos los Jefus de Gabinete que. se han sucedido en Francia, desde el establecimiento del régimen parlamentario. No hace mucho, precisamente, en su discurso de Cogolin, ha mostrado más pyrrhonismo que todos aquellos que sufren del actual estado social. Clemenceau no tiene igual en talento y energía. No es esto, en verdad, lo que mantiene en las alturas del Estado a los Jefes del Gobierno. Aunque no ha variado nunca sus doctrinas y es siempre, como en 1870, republicano liberal y patriota, sorprende por lo imprevisto de sus ideas. Inmutable en sus principios, demuestra en su aplicación una agilidad desconcertante. La unidad profunda. de su espíritu está llena de contrastes aparen: tes. Liberal de nacimiento, liberal aún antes de nacer (puesto que viene de una línea heroica de azules. es por carácter y por espíritu hombre de autoridad. Es revolucionario y execra la demagogia. Humano, generoso. sencillo, es, al mismo tiempo, implacable e indómito. Filósofo generalizador, presta al detalle de las cosas una actividad minuciosa. Es terrible y encantador. Atrao y asusta. Es el más nervioso orador de su tiempo. El Presidente Poincaré. Clemenceau salvó a Francia. El propio Jaurés. Conozco sus calidades de carácter y de espíritu: su viva inteligencia, la energía de su voluntad y el impulso obstinado con el cual ha vuelto ha erguirse, tras un momento de mala fortuna y de calumnia. El heroísmo de trabajo, que le ha pormitido vencer la injusticia de los hombres, cons. tituye un hermoso ejemplo a seguir, sobre todo, para los hombres de combate, entregados a las borrascas y sorpresas del destino, a la violencia de las ciegas pasiones y a la traición y odio de los partidos. El Presidente Wilson. Admiramos la potencia de su dirección y la fuerza y el sentido de su acción. Quienes le han visto trabajar en los últimos tiempos, saben hasta qué punto está unido a nosotros y con qué ardor trabaja por lo mismo que trabajamos todos: por liberar a la humanidad de la espantosa carga que pesa sobre ella. Bismarck. Ese. Ese es un hombre al que hay que vigilar.
Octave Mirbeau. Artista, filósofo, nutrido de una fuerte cultura científica, apasionado de la vida, dotado de un sentido crítico muy seguro y de un entusiasmo generoso, habiendo pasado su existencia en la compañía espiritual de los más grandes pensadores de la época e instruido por largos viajes en que la observación personaliza, desenvolviéndolos, los conocimientos atesorados, nadie mejor que Clemenceau estaba preparado para ser el escritor de la refriega social, de Los mus fuertes, de Las acechanzas de la vila y de El Gran Pan. Conoce la significación de las cosas y su fatalismo en la naturaleza terrible y bella, el destino de los seres, víctimas, del mal universal. Sabe que la.
yerba que pisa y la flor que aspira, están hechas de millones de muertos acumulados y sabe también de cuántas injusticias y violencias está amasado el dolor humano, que no cesara jay!
sino cuando cese el universo El Kronprinz. El más grande enemigo de Aleinania no ha sido Francia ni la Gran Bretaña ni los Estados Unidos ni todos los Aliados juntos. No ha sido el número de los ejércitos aliados ni los millares norteamericanos ni el mundo entero. El más grande enemigo de Alemania, causa única de nuestra derrota, ha sido ese viejocito rabioso, rudo. violento y testarudo, que dirigía desde su escritorio, de Ministco de la Guerra francés, el destino del más grande acontecimiento de la historia. Todo esto fué Clemenceau para Georges Clemenceau se muere (Envio del autor. Policia. por qué no se puede pasar por esa calle. orque Georges Clemenceau está grave y probablemente se morirá esta noche.
Yo no sabia que vivia a la vuelta de la esquina ilel gran Clemenceau, del amigo de la querra, de luchador vencible solamente por la muerte. cien varas de este mi cuarto se revuelca el Tigre con la muerte corporal. Policia, por qué dejan ya pasar por esa calle, es que ya estri bien NI, Clemenceau. No señor, es que ya ha muerto.
y fué su última voluntad que lo enterraran de pie, como lo hicieron con su pallre; fué su última orden sobre los hombres, la de estar siempre de pie, de pie aun en la muerte. los pies de su cama, dice el periódico, están inconsolables la hermana Theonest, la enfermera que no ha cesado de rezar por él, lberto su criado y Brabant su chauffeur.
llan venido a visitarlo todas las personalidades de Francia; cada una ha tenido oportunidad ile decir alyjo oportuno. Estas grandes muertes, es duro decirlo, pero tienen un no sé qué de fiesta nacional.
Clemenceau, el discípulo de Demóstenes, ya no cultivará sus rosas en la quinta de recreo; las llamaba con los nombres de los floricultores apagados en la guerra. Policía, se ven unos pétalos y unas hojas maltratadas por los autos en esa calle. Fué que de aquel pequeño apartamento lleraron al cementerio al hombre más grande de la Francia. esta llovizna gris desde hace tres dias!
Max Jiménez Paris, Nou, 1999. Pusat a la página 92. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica