REPERTORIO AMERICANO 37.
Dacho, de cimera, de oriflama, que, pletórica de sangre, de fuego, de fantasía, surge como una hoguera de romance, alumbrando con sus llamaradas una visión teatral de la España legendaria y caballeresca. Eran entonces las dramaturgias encendidas del Duque de Rivas, de García Gutiérrez, de Hartzenbusch, de Zorrilla, las que triunfaban sobre los tablados exaltando el valor heroico, el desprecio a la vida, el sentimiento del honor y todos los grandes gestos, en fin, de nuestra raza. son las mágicas leyendas zorrillescas; las arrogantes. sonoras y gallardas estrofas de Espronceda; las frági.
les, breves, acerbas y dolorosas rimas de Becquer las que agitan con el sagrado temblor de la emoción el alma popular. El Romanticismo fué en España esencialmente dramático y lírico.
El genio de la novela, arrullado por la guzla romántica, seguía durmiendo su sueño secular y apenas si se despertó unos momentos, al llamado de Larra, Patricio de la Escosura, Martínez de la Rosa, Enrique Gil, Gertrudis de Avellaneda, Pastor Díaz, Miguel de los Santos Alvarez, y otros pucos ingenios. Difunto ya en su hornacina de alabastro, el Romanticismo, triunfa sobre el pavés del pensamiento el Realisino, que surge como una leacción natural, después del desbordamiento de la fantasía que significaba el movimiento anterior.
El Realismo encarna principalmente en el género literario más amplio y universal: el novelesco.
Pálidos son los comienzos de la nueva escuela: sus primeros lepresentantes como Fernán Caballero, en medio de aciertos y atisbos maestros, apenas si se atreven a reflejar en sus obras la vida con todas sus tremendas realidades.
Vienen luego, don Juan Valera, Clarín, Alarcón, el Padre Coloma, artistas admirables; la Pardo Bazán, gloriosa introductora del naturalismo en España; don José María de Pereda, novelista fuerte, de pura cepa, pero circunscrito, regional. Aparece Palacio Valdés, el insigne novelista. La época mo.
derna y la raza española reclama.
ban para expresar la totalidad de su sér; la aparición de un genio que fije de manera definitiva sus características y sintetice en su obra la psicología y la civilización hispánicas en todo lo que tienen de sustantivas y eternas.
Tenía la virtud creadora que étnica, histórica y lingüística. En hace a los hombres como dioses, este sentido, Galdós, que nunca porque dan vida a seres inmorta fué a América, que en sus innules; y para vaciar sus concepcio merables libros no trato casi de nes se valió, principalmente, del asuntos americanos, ha hecho por género literario más complejo y la unión hispanoamericana más vasto: la novela, que, muerta la que una generación de diplomátiepopeya, es, como dice Rodo. la cos. Esta trascendencia no es sino épica inexhausta de nuestro tiempo, una resultante de la obra del gedonde cabe todo lo infinito de la nio que en su alcance llega a con.
imaginación y todo lo infinito de seguir aún objetivos que nunca se la realidad. En el monumento lipropuso.
terario levantado por la pluma Si la entraña de esa obra gicreadora de Galdós se contiene ingante es la entraña de la raza, su tegramente la España del pasado forma que le es consubstancial es siglo con todas sus grandezas, con la condensación plena del idioma todas sus pequeñeces, con todas castellano de nuestros días: allí sus virtudes, con todos sus defectos. El público de España y Améestá nuestra gran lengua en todo rica devoró los libros de Galdós su esplendor, caudalosa, rica, saencontrando en ellos un fiel rezonada y perfecta después de diez trato de su alma, infundida de un siglos de evolución.
anhelo de regeneración, de un afán Se ha dicho qine Galdós no es de progreso, de un impetu de as un estilista. Claro que no lo es censión. El espíritu liberal vi en la significación estrecha que se brante en los libros del maestro, ha dado en los últimos tiempos a y la vida española desde Trafal. esta palabra, aplicándola sólo a gar hasta el 98, rediviva en ellos, aquellos escritores que trabajan plena de calor humano, contribu el idioma como con cincel, cual si yeron sin duda, a desvanecer la de un metal precioso se tratara, y leyenda negra y a reconciliar de con la sola finalidad de labrar una finitivamente a la América Espa joya; a aquellos que, de los más ñola con la Madre Patria, a las ocultos meandros del idioma van a que en realidad lo que separaba extraer como con pinzas las palaera una diferencia ideológica, que bras yacentes para ajustarlas a persistía a despecho de la unidad mazo a mosaicos preciosistas; o a los que imprimeu a tórculo, en pergamino, con tintas ya no usadas en el idioma, para obtener págidas como esmaltes. Para estos exquisitos señores, el sentido es «upa derivación viciosa de la palabra. El vocablo tiene un valor por sí inismo, como elemento puramente rítmico. Pero si el estilo es lo que debe ser, el dominio del.
idioma, encontrando para cada asunto la expresión insuperable pocos, muy pocos, más estilistas que el narrador emocionante de Zaragoza y de Gerona, que el poeta de Marianela, que el mistico de Angel Guerra, que el psicólogo de Realidad, que el animador de Santa Juana, que el apóstol de Nazarin, que el magno creador de El Abuelo.
Galdós toca todos los registros del idioma como si de un órgano maravilloso se tratara. Sabe, de acentos épicos y de coplas populares, de altas disquisiciones ideológicas y de picantes chascarrillos.
Hace hablar con asombroso verisa los personajes más dispares de su hirviente mundo: la Reina habla en Galdós como Reina y el rufián como rufián. Sabe de la solemnidad cardenalicia y de la picardín yolfesca. Escala a veces el séptimo cielo de la mistica y se zambulle, en otras, en el légsmo de los más bajos fondos para pescar la perla preciosa de la picaresca. Pródigo sin tasa escribió él mismo. el lenguaje popular salpicado de idiotismos, elipsis solecismos tan donosos como pintorescos. Yo mismo ignore el sentir de algunos decires que de continuo inrentan ponen en cir ción las bocas madrileñas, no sólo tocante a Madrid es perfecto el folklore. El gigante de Canarias sabe de las tonalidades, acentos, variaciones y matices que ha tomado la lengua cunbre al extenderse por anchas zonas del planeta. Manejr lo mismo el castellano pinturero del Andaluz que el castellano mimoso de los gallegos; el castellano puro de los burgaleses que el castellano catalanizado de los barceloneses; el castellano soleailo de los levantinos que el castellano estropeado de los viskaitarras. Se sale de la pevínsula su genio idiomático, va al Noievo Mundo y caza como a pájaros a todos los aniericanismos.
Salta a Africa y nos trae vivito y colcando el castellano aljamiado de los agarenos. Del cercuno Orien; te trae como un tapiz decrépito el castellano urcaico de los sefarditas. Se lanza a la Oceanía y arranca como in plumajín el cas tellano de los tágalos. El lenguaje de Galdús es la orquesta suprema del idioma.
César Arroyo (Seguirci. El traje hace al caballero y lo caracteriza La Sastreria La Colombiana de Francisco Gómez le hace el vestido en pagos semanales, mensuales o al contado.
Hay un inmenso surtido de casimires ingleses. Operarios competentes para la confección de trajes.
Haga una visita y se convencerá Galdós genio radical. Este genio de España, de la raza, fué don Benito Pérez Galdós que nació en la capital de las Islas Afortunadas, y nunca más afortunadas que por esto, el 10 de inarzo de 1813; y murió en Madrid el de enero de 1920.
Calle del Tranvía 50 varas al Este de El Cometa. frente a Luis Vann!
San José. Teléfono 3283 Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica