REPERTORIO AMERICANO 125 fué que en una media luna do su lanza tacuara ya venía ensartado el corazón del Sol. Así el amor del Gaucho con la Patria, enancada en su bagual de guerra! y al fin frenó el tropol, para entregarla libre, y un poco lastimada de tanto andar a monte y a epopeya con él. No tuvo tiempo acaso con el diario entrevero, de amarla suavemente como se debe amar; ila tuvo a furia y garras su Patria Gaucha, pero en todo campo le hizo prez de noble solar!
Sólo en las noches nuestras que dan sopor de nidos, la guitarra decía su alma junto al fogón sus floridas tristezas decires floridos.
ila guitarra que es gaucha, cuerdas de corazón!
Cuando era tregua de odios cantaba su ternura de patria, con donaires al uso payador, como de día el hierro de su lanza segura le cantaba otro canto de otro mas rojo ainor!
Disputando el terruño, lusos y castellanos confundieron su sangre casi en un rojo igual, sangre que hoy canta en nuestros corazones hermanos; ila initad fué de España, la otra de Portugal!
La buena sombra dieron al solar uruguayo, cuatro ramas latinas del gran árbol racial, y fué la Patria Chica como un primer ensayo de la unánime y vasta Patria Continental!
Cuatro hermanas gloriosas eran Hadas madrinas, del Prodigio; las cuatro para la advocación en nuestra cuna hicieron ofrendas peregrinas.
ilo mejor de su espíritu y de su corazón!
Dió el nombre augusto, España; Francia insigne hechizo del Genio; Lusitania su osadía mayor; Italia, esfuerzo y Arte; iy así fué que se hizo una Patria, resumen del Universo en flor. no por eso somos menos americanos. Si América es la sombra que llevamos en pos, el cayado latino florece en nuestras manos como el del peregrino que había visto a Dios!
Aquí empieza la historia nueva: Jel tiempo oscuro viene la estirpe; plasma toda en amanecer, y hoy como un himno en marcha se adentra en el futuro ¡Nuestro Pasado apenas puede llamarse Ayer!
Pasado. El Gaucho. hierro y sangre! isumbra y luz. Pampa en guerra ¿El Indio. piedra y fuego. rabia de Libertad!
imontó a caballo, anduvo, y al fin echó pie a tierra cuan lo acainpó en la Muerte, junto a la Eternidad. El Indio. selva! jcerro de piedra en inarcha! tuvo ferocidad de patria; imientras lanzó su ¡Ahú!
la formidable tribu de los silencios, no hubo más que noche en espanto, a orillas del Guazú!
Si se libró el terruño del duro Coloniaje, fue porque en él, el cuerpo del Indio abierto en cruz le hizo valla; jen nosotros, ese instinto salvaje y sagrado de patria, vive siempre hecho luz!
Al Indio abuelo hicimos monumento, y guardianes de su tumba, montamos vola de armas tenaz, a un tiempo para honrarlo y evitar que sus manes resuciten. los muertos, que descansen en paz!
Homenaje, y. pesada lápida, por si acaso las viejas sombras quieren surgir a nuevo rol con el pasado insomne, para cerrarle el paso a la estirpe que lleva los hachoves del Sol. Ya nó el alma implacada del Indio, a campo abierto vaga en pena de sangre, pues con nosotros va por más claros caminos. pero el ancestro ha muerto definitivamente, y está bien donde está!
La patria en ancas.
Vino el Gaucho, Centauro sin miedo a Dios ni al hombre; amotinada Pampa contra el León español; de las manos del Indio, que apenas tuvo un nombre, armó las boleadoras y le echó lazo al Sol. Es el Gaucho que trajo la Libertad, en ancas de sus baguales épicos, pues la Revolución tuyo en las montoneras sus visiones más francas, y al fin sus lanzas fueron que armaron pabellón!
Nubes de polvo, al alba, trajo la Nontonera que era selva de lanzas en el viento veloz; ila selva es taciturna, pero cuando habla, altera el ritino de los tiempos con su tremenda voz!
Raptó a la Patria el Gaucho, amador de romances, arrancándola al lujo del patrón portugués, inglés y castellano. y en homéricos lances con ella anduvo en aucas, hasta un siglo después!
Se abrió cancha en la Gloria la chusma tupamara, y cuando se detuvo, nube en el arrebol, Nosotros. iy nosotros curamos sus heridas; pusimos astros sobre sus trenzas; adornamos su hogar.
ipero las lanzas quedan. y los viejos racimos de sangre, siguen dando vino en nuestro lagar. Las lanzas no enmohecen! jen luz las afilamos, y son las astas que izan nuestro pendón de paz, o pararrayos de odios. y es con ellas que estamos junto al bronce de Artigas agrupados en haz!
En nuestro cuerpo a cuerpo con la Vida y la Muerte, ninguna lanza gaucha pierde el brillo oriental; iporque no cansa el hierro cuando la mano es fuerte, y aún la que rota queda, nos sirve de puñal. Hoy estamos nosotros para enflorar el rudo. romance de la Patria sin sombra, al grande rol!
iy hemos jurado el himno sobre el sangrante escudo para que nadie insulte a la imagen del Sol!
Llevamos en la sangre la divisa de Artigas. Con libertad, ni ofendo ni temo. dónde está un mas preclaro lema? inos costó las fatigas de un siglo, pero vence y es juramento ya!
La gentileza gaucha no pregunta al que viene, a qué viene, y de dónde; siempre el pueblo feliz es generoso, y presta patria a quien no la tiene, y tierra al sueño nómade que quiera echar raíz. Somos de Europa tanto como es del Asia, Europa; la simiente es lo menos; lo que vale es la flor que dá fruto en el árbol; inuestro el vino y la copa!
iy si la cepa es buena, el injerto es mejor!
Somos, y a mucha honra, los hijos de emigrantes, los que su sangre echaron al surco que abrió en cruz la vieja espada; sobre las rojas huellas de antes nace ahora el buen trigo que dá su pan de luz!
Del Oriente venimos y ya somos Oriente, y no hay alba en el mundo que no nos toquo ver los primeros; el alma de toda nuestra gente como el mármol del Mito, vibra de amanecer!
Venimos de mil razas, para pelear parejo mano a mano, con toda la rabia de vivir, en la pugna de gentes; iya se ve en nuestro espejo que hace luz de sus mismas sombras, el Porvenir. Prole que dió la insigno Loba de las mil vidas al León que es de España, la buena, y al jaguar que es de América. estamos en las sendas floridas, y el Sol, el Inca abuelo, nos aviva el hogar. Alla en la Patria tiene la Libertad un nombre preciso, y en nosotros su voz suena cabal, y no habla nunca en vano, porque a memoria de hombre siempre en carne de déspota hizo vaina el puñal!
Allá en la Patria justa se vive para siembra, y en la siembra se muere. siendo nuestra mujer Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica