306 REPERTORIO AMERICANO DR. HERDOCIA. bre del campo, se puede ser y casi sieminsigne hermano, que, acaso conmovido pre se es un ignorante. siendo un por la ternura de mi afecto intelectual doctor con diplomas y grados, se puede hacia su familia de sabios, invitóme a ser también del mismo modo ignorante.
pasar un mes en su retiro campestre, sito Es decir, del mismo modo, no. Montaigne Enfermedades de los ojos, cerca de Burdeos. Ofrecióme, entre otras disculpa más la ignorancia abecedaria oídos, nariz y garganta cosas, el único ejemplar de una de sus que la ignorancia doctoral. La pedanteobras. Nunca concebí pudiera existir ría, lo radical, y enfático, y solemne. de Horas de oficina: tanta modestia junto a tanta generosidad.
la ignorancia doctoral es lo que más le y saber profundo. desazona y a veces le encoleriza.
10 a 12 de la mañana Evocado para mí, Reclus Eliseo, entre No se trata dice él de saber quién la ferviente admiración de sus discípulos y de a de la tarde es más sabio, sino quién es mejor sabio.
y el amor de sus lectores, surge con su Prendado del espíritu helénico, tan senvenerable cabeza de apóstol bondadoso, cillo, tan límpido, la pedantería doctoral Contiguo al Teatro Variedades balbuceando durante los estertores de la ha de molestarle por todo extremo. La muerte las fecundas palabras del nuevo erudición, ni las lenguas, ni la filosofía, Evangelio, que exige justicia, amor y etc. etc. no dan inteligencia. La inteli Cuando se abre, por ejemplo, un libro ciencia para la vida colectiva. Muere el gencia es independiente de la erudición.
del siglo xv111 y ese siglo, digámoslo sabio en tálamo humilde, expatriado, un rústico, un labriego, puede ser más. de paso, ha sido en España uno de los lejos del país de su cuna y. rodeado, como inteligente, sin saber nada, que un famo períodos más brillantes de nuestra histo Sócrates, de los que seguirán su doctrina.
sísimo y elocuente doctor.
ria intelectual. cuando se abre un libro Expira en una noble edad, cuando ha Somos sabios dice también Montaig.
del siglo Xvii, causa extrañeza el ver dado de sí toda la energía, el vigor y la ne de la ciencia presente; pero no lo cómo tantos autores, que los eruditos, entereza de carácter, toda la luz de su somos ni de la pasada ni de la futura.
para ser eruditos; para tener prepara cerebro, luz misteriosa, y tan radiante, En la ciencia, en el saber, existe siemción. necesitaban saber, conocer, han que espanta y deslumbra todo el amor y pre una parte aleatoria y fugaz: teorías, pasado totalmente y no merecerían acla indignación de su corazón.
hipótesis; concepciones relativas a la tualmente ni la más ligera atención. Pero el querido maestro, con el último historia, a la moral, a la estética, están nada más significativo, para corroborar suspiro, con el postrer ritmo de vida ha sujetas a la moda, como lo están el traje y las costumbres. Un erudito, un hombre lo dicho, que ver en el Semanario Erudito, creído pasar para siempre del reino hu.
de Valladares, el catálogo de una bibliomano. Para él, dicha y dolor terminaban docto, preparado. como ahora se dice, conoce y está al tanto de toda esa eruditeca ideal, la biblioteca de un hombre en este misero mundo; el más allá consción pasajera, de todas esas teorías sobre docto que el gran erudito, hombre sabio tituía un sueño hipotético, esperaba sela historia, la estética, etcétera, etc. Cada de veras, cuerdo de veras, el padre Mar. guir viviendo en sus obras, en sus acciodiez, quince, veinte años, el acervo de la tín Sarmiento, imagina y ofrece al lector.
nes nobles y buenas. tradición se renueva; la antigua sabidu ¿Erudición. Preparación? RepitaTengo para mí que Reclus no ha ingresado en el eterno vacío de la nada. Puería es olvidada; otras modas del saber mos con el querido maestro: de la extinción ser una recompensa para han sucedido a las antiguas; otras suce No se trata de saber quién es más sala grandeza de alma y la acción que linda derán. a éstas de hoy.
bio, sino quién es mejor sabio.
en lo sublime? Quiero admitir que pueda equivocarme en mi ensueño de justicia zoiriin póstuma, mas sea de ello lo que fuere, me consuela acariciar la esperanza de que a los muertos no se les dice sino: hasta luego! Hasta que nos volvamos a ver. ilustre varón, el mejor de los camaradas.
de su muerte Tú quisiste que este planeta, pletórico de error y de miseria, fuera un hogar embe15 de Marzo. 1830 1930 llecido por el altruismo; mejorado por las especulaciones de la ciencia que, en todo Envio del autor momento fue tu maestra y consejera!
No he podido sustraerme a la simpatía de la salud, partenón que, congrega a ¡Hasta luego. sabio geógrafo, el más zahorí de todos ellos, autor que mi espí.
cautivadora que ejercía Reclus sobre cuanto es dable adorar al hombre y luego quienes le leían, aún cuando no se parti utilizar como bueno y hermoso.
ritu y mi corazón más amaron!
cipara de sus avanzadas teorías sociales. Al volver a la Argentina, olvidé por alNo puedo decirte cuánto he admirado Era yo muy pequeño aún cuando empecé gún tiempo el culto que mi corazón de a la Francia intelectual y moral a través estimarle, y aún diré más, a amarle. joven había tenido por Reclus, pero grade tus obras y las de tu hermano. Toda. Fue en la célebre Ginebra, ciudad refugio cias a la casa editora Sempere, pude loer vía es allí donde existen los espíritus más de muchos grandes hombres, que tuve esas obras maestras, de concisión y estilo, libres y los corazones que mayormente conocimiento de su vasta geografía. Nues que se llaman: El arroyo, La montaña y experimentan por los males de la familia tro profesor en esa materia acostumbraba Evolución y revolución. El primero de humana, la más intensa de las simpatías.
ampliar las nociones geográficas con la estos libros produjome honda emoción, ti y a tus compañeros, los filósofos amenísima lectura de su saludable obra. sólo comparable con la producida por las de la moderna Grecia, debemos las ideas Recuerdo con placer aquellas clases, y obras de Taine. Qué feliz me sentía al que más se iluminan día por día con rayos también con la tristeza de quien se ha leerle! Esta felicidad había de aquila. de lo infinito: La humanidad como nación; despedido de la Europa idolatrada, dos tarse cuando recibí una carta de su puño la tierra por patria; la ciencia, tan aus veces bella, por su naturaleza civilizada y letra, fechada en Paris, de noviem tera, tan buena y tan hermosa como otras y por los genios que alli viven en la li. bre de 1904, y en la cual me agradecía tantas religiones, por conocimiento subertad.
muy cordialmente los pasajes culminanpremo.
Fue allí asimismo que por primera vez tes de un ensayo sobre su libro El arroyo, Aunque siga yo evolucionando, y que lei en clase otro libro, saturado de la in y en donde se refería a la felicidad que mi espíritu continúe aprendiendo sereno comparable belleza y autoridad, dadas a le había sido: otorgada de poder suscitar y resignado, siento ya vivamente que la una vida útil por un cerebro potente y un amigas lejanos que trabajaban con él por felicidad más depende de la sabiduría que corazón delicado me refiero a En France, el bienestar físico y moral de la gran fa de la fortuna, pero con todo, no he lleobra del hermano menor de Reclus, One milia humana. Años después, muerto ya gado todavía al umbral de tus ideas so.
simo. Ambos libros ejercieron la mejorReclus, había de trabar amistad con su ciales. influencia sobre mi naciente mentalidad: me habituaron a pensar y juzgar con ori.
Alberto nin Frlas ginalidad. Además, enseñáronme a admi.
Escrito el dia de la muerte de Eliseo Reclus, rar la naturaleza, fuente de la belleza y de Julio de 1905. Eliseo Reclus, en el primer aniversario Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica