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116 REPERTORIO AMERICANO se necesi a ser un Don Quijote de buena ley, genuino. Washington, que no lo era, aceptaba por eso las inodestas dávidas de su país.
La idea de la Justicia o la justicia misma era muy semejante en uno y otro Caballero.
En mi vida de Don Quijote y Sancho, cap.
XXII, he escrito: Don Quijote castigaba, es cierto; pero castigaba como castigan Dios y la Naturaleza, inmediatamente, cual en naturalisima consecuencia del pecado.
Así Bolívar. Fusiló a propios y a extraños, pero jamás con ensañamiento. Su justicia, como la de Don Quijote, era rápida y ejecutiva. Boves lo derrota en La Puerta, y hace una carnicería de las suyas: Bolivar fusila inmediatamente ochocientos prisioneros; Piar, su teniente, se insubordina, huye del ejército y trastorna el orden, en momentos angustiosos: Bolívar lo hace aprehender, juzgar y fusilar.
Lo propio hizo con Berindoaga, ministro de guerra y traidor, en Perú. Lo inismo con Vanoni, el único de los realistas vencidos, a quien fusiló en el campo de Boyacá, en 1819, porque siendo oficial suyo lo había traicionado en 1812, haciéndole perder el castillo de Puerto Cabello. La justicia sola es la que conserva la República. decía. Cartas del Libertador: Leary, vol. XXX. Conviene leer, en la edición comentada que de las Cartas de Bolívar (1799 1822) ha hecho Rufino Blanco Fombona lo que dice este de la guerra a muerte decretada por Bolívar en 1813. No es la crueldad fría de los corazones felinamente tiernos, débiles; és el rugido de desesperación y dolor de los corazones generosos pero recios.
El mismo Blanco Fombona ha escrito que los reveses hacían temible a Bolívar, y que con el éxito se hacía magnánimo. Así es la verdad.
Recuérdese aquella noble respuesta de Bolivar al general Salom que sitiaba El Callao, donde se defendía heroicamente el heroico general español Rodil, aquel mismo Rodil que fué luego, en España, presidente del Consejo de ministros uno de los pacificadores de las Vascongadas. Salom, desesperado con la resistencia, amenazaba, en carta a Bolívar, a los defensores del Callao. El Libertador le responde. El heroísmo no es digno de castigo. Cuánto aplaudiríamos a Rodil si fuera patriota! La generosidad sienta muy bien al vencedor, general. Leary, vol. XXX. pedreado y robado por Ginés de Pasamonte y demás galeotes a quienes libertara en Sierra Morena, Don Quijote, algo pesaroso, dijo: el hacer bien villanos es echar agua en el mar. Algo semejante ocurrió a Bolívar y consideración semejante hizo. Insultado, calumnia.
do, atropellado, proscrito por aquellos mismos pueblos que libertara, exclamo: che arado en el mar. Sólo que uno y otro idealista, el manchego y el caraqueño, reinciden en su fe quijotesca a pesar de las tristes realidades.
teriano, distinguía entre el hombre y él ciu tenece a otro caindo que el que aquí me he dadano. Él, en cuanto ciudadano, y para dar acotado.
el ejemplo, iba a misa, pero llevando para leer Baste sólo decir que algunos de aquellos en ella in tomo de la Biblioteca americana, pueblos que empezó a forjar Bolívar, algunas sin persignarse, y sólo por ciudadauía al modo de aquellas patrias que surgieron al golpe de pagano. Soy filósofo para mí solo o para unos su espada y al conjuro ile su voz inflamada pocos amigos y sacerdote para el vulgo» de aún andan buscando alina, aún buscan aquecía con la única pelantería que he encontrado llos bienes que ni al precio de la independenen él y es cuando de religión hablaba. Porque cia deben ser vendidos. para esos pueblos su volterianismo era pedantería. Mas no aprendices indóciles de libertad, aun las pale iría, sin él saberlo, el alma toda religiosa labras del Libertador son una enseñanza, son en aquella frase con que termina su proclama palabras libertadoras. pueden serlo para dada desde el Cuartel general de Bogotá, a nosotros, los españoles. Nuestros más genero8 de Marzo de 1820, 10. de la Independencia, sos héroes (te la libertail, los que lucharon y donde dice. Viva el Dios de Colombia. por ella desde Cádiz y luego bajo el horrendo Por ahí, por el Dios de la patria, habría ha reinado del abyecto Fernando VII, aquellos llado su religión. Porque Dios no es dios de héroes no superados por los liberales españoindividuos, lo es de pueblos; el Dios de las les de tiempos más próximos al nuestro, por batallas es Dios de patrias.
liberales de engañifa, aquellos nobilísimos doEl cristianismo que se gastaba a fines del ceañistas y sus inmediatos sucesores conviviesiglo xvil y principios del xix, cristianismo ron con Bolívar y con él se hicieron. No os muy imbuido en racionalismo enciclopédico y parece el mismo Bolívar un héroe doceañista, no inenos frío y seco que éste, no podia sa el verdadero héroe del doceañisino? JA él, al tisfacer a un alma como la de Bolívar. ade Libertador de la América española del Sur, más para el Libertador la acción fué pensa debe mucho, muchísimo el liberalismo español.
miento. no me cabe duda de que nuestros buenos Ni Bolívar, como los incrédulos faltos de liberales, los de los tiempos en que nacía la imaginación y sobrados de petulancia pedanEspaña nueva, que tanto tarda en levantarse tesca, cayó en cientificisino. Se burlaba no de la cuua y dejar las mantillas, no me cabe sólo del doctor Noor, sino de la ciencia mé duda de que aquellos españoles rendían culto, dica. Don Simón Rodriguez, que «sólo amaba bien que secreto, al Libertador. Los diplomálas ciencias. no logró contagiarle; no lo logró ticos extranjeros en Madrid transmitían a sus aquel su pedagogo, que en uu gabinete de fiGobiernos conversaciones con personajes de la sica y química de un alemán se ocupaba en época que patentizan la admiración que inspiestudios y que hablaba, en alemán, con su raba Bolívar, como Napoleón, hasta sus amigo trdesco mientras Bolívar, el pupilo, enemigos.
yacía enfermo en cama. Don Simón Rodríguez Entre las cartas más lisonjeras que se diri.
gieron a Bolívar, lisonjeras por venir sobre quiere convencer a Bolívar de que en la vida todo de sus adversarios los más altivos, cuenhay otra cosa que el amor el héroe había tase las del general La Torre, las del general enviudado ya. que podía ser muy feliz enMorillo y de otros militares españoles que tregándose a las ciencias o a la ambición.
pelearon contra él aquella formidable guerra. Ah, Rodríguez, prefiero morir. exclama de América, tan mal estudiada en España. El Bolívar. Cartas, pag. 42. Tenía veintiún general Canterac, a quien un motín militar años!
asesinó cerca de la Puerta del Sol, el 18 de Luego se entregó a la ambición, a la más Enero de 1835, siendo capitan general de Manoble, el amor a Dulcinea, no a la ciencia, y drid; el general Canterac, derrotado por Bolípor no haberse dedicado exclusivamente al var en la batalla de Junin, y luego. junto con estudio profesó sobre religión las doctrinas La Serna, en Ayacucho, escribió al Libertaentonces corrientes entre los de su clase y su dor, en nombre de los generales españoles, la educación. Mas no nos importa cómo pensó la siguiente carta: religión, sino cómo la sintió, cómo sintió la Huamanga, 12 de Diciembre de 1824. Exreligión quijotesca del Dios de Colombia. celentísimo señor Libertador, general don SiBolívar, hombre de ideas y de ideales, tuvo món Bolívar.
conciencia clara de su alta misión quijotesca, Como amante de la gloria, aunque vencido, no de su función de libertador. Amenudo lo de puedo menos que felicitar a vuestra excelenmostró. En solemde ocasión creo que intencia por haber terminado su empresa en el taba expediciones, en son de liberación, contra Perú con la jornada de Ayacucho. Con este las Filipinas dijo, más o menos. Mi deber motivo, tiene el honor de ofrecerse a sus óres sacar siempre la espada por la justicia y denes y saludarle en nombre de los generales luchar donde haya pueblos esclavos que de españoles, éste su afectísimo y obsecuente serfender. Otra vez, en ocasión más solemne vidor, José de Canterac.
aún porque fué en el trance de la muerte gracias a Dios que hemos llegado a tiemuna de sus últimas y desconsoladas frases fué pos en que un español, sin renegar de su esla siguiente, ya citada: Los tres más grandes pañolidad, sino más bien afirmándola más aún, majaderos de la Historia hemos sido Jesupuede rendir culto, y culto patriótico, de la cristo, Don Quijote. y yo. Se ponía entre gran patria, lo mismo que a ese colosal Bolilos redentores. var, un Martí, a un Rizal.
Tal fué el Hombre de la América Española. Mi intención ha sido demostrar, en rápida De sus visiones proféticas, de lo que hizo fulguración, con frases del mismo Bolívar, al por la apertura del Canal de Panamá, por el Hombre español, al Quijote de la América Arbitraje Internacional, por el Derecho Públi hispana libertada, a uno de los más grandes co Americano; de lo que dijo sobre el porve héroes en que ha encarnado el alma inmortal nir de los pueblos del Nuevo Mundo y sobre de la Hispania máxima, niiembro espiritual.
su democracia, nada comentaré aquí. Eso per sin el que la Humanidad quedaría incompleta.
Un hombre así suele culminar en su religión. Cuál fué la de Bolívar? He aquí el problema más oscuro de su vida. Su religión fue su obra, fué su quijotismo.
Hijo del siglo xviii, pensó en religión como entonces se pensaba en ella; pero cómo la sintió? En el Diario de Bucaramanga se nos dice que Voltaire era el autor favorito del Libertador y se nos exponen las ideas filosóficas, o pseudofilosóficas de él respecto a religión, unas ideas, a base condillaciana, de una desesperante superficialidad. como buen volMiguel. de Unamuno Salamanca, XII 14. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica