REPERTORIO AMERICANO 311 Un homenaje y dos poesías DO DE COSTAN CACION ti vi Berla Graciela lique: Pio Vigur: Reputado en Costa Rica como gran pe.
riodista y buen poeta. El 10 de mayo algunos de sus amigos recordaron nfectuosos, en el Cementerio General, los 30 años de sa muerte. Su hijn amorosa, Berta Graciela Viquez, poetisa ello, dijo entonces lus palabras cordiales que luego se verán.
Señoras y señores: Semejante a una flor que no muriera nuncc, vivió en mi corazón, años tras años, el amor a mi lejana patria, y la varita mágica que daba eterna vida y lozania a la flor, era, el anhelo que mi alma sentia, de visitar la tumba de mi padre: si, con los ojos de mi espiritu. adivinada. con mis ojos mortales, jamiis conocida. llegó el dia en que torné a la patria, triste más que alegre, porque dejaba en Cuba el aroma que fue de la flor, ia mi madre muerta! asi he vivido los meses que llevo aqui; con la flor de amor en mi corazón, siempre ergui.
da y lozana, pero sin aroma.
He vivido» digo, porque ya, desde ayer, Dios la perfumo.
Én efecto, cuando ayer emprendi la peregri.
nación de amor filial que ha dado por resultado el ver a Uds. hoy, aniversario de la muerte de mi padre, honrando su memoria, y a doquier que fui escuché no más, unido al nombre del inmortal cantor Pio, cual si formasen uno solo, el de su compañera Mercedes, por sus virtudes también inmortal, senti, que de la conjunción de estos dos nombres, o dos recuerdos, como queriis, que vosotros haciais, surgia de nuevo el aroma de mi for de amor; y que era el sentimiento de sincera gratitud que mi corazón experimentaba, el principal motivo del prodigio feliz.
Aqui está la flor; a cada uno de los presentes doy un pétalo, perfumado por el afecto y la gratitud, y siembro el tallo cabe la tumba de mi padre, donde vuestra bondad ha hecho que yo crea que no sólo reposan los restos de él, sino también los de mi madre, a pesar de que el mar Caribe los separe todavia, en la seguridad de que ese tallo sustentará el más hermoso amor patrio en corazón de mujer, el más supremo amor filial en corazón de hija, y el más sincero amor de hermana, que quiero rogaros aceptéis. Gracias por la demostración de recuerdo que hacéis a mis padres!
Hablando de amor Cantos de fe Venga el lucero del alba, llegue a mi reja y deme, de amor la radiante mirada, con que mi amado, sin verme, me obsequia. Ya están en el Cielo. Verdad que me miran. Por eso yo anhelo ser noble y ser buena.
Para poder siempre mi vista, serena, posar en lo alto. Do ellos me miran.
Entre el rayito de sol a mi alcoba, y beseme, beseme, como sueño que hacerlo quisiera el que adoro y me adora.
El Cefiro alado, la flor, el celaje, todo, mi bien, porque tú eres mi vida, quiero tan sólo que de ti me hable.
Tan sólo recuerdos mis padres ine inspiran de noble existencia: no exenta de pena.
Pero en que la Fe, que el alma encadena a Dios, fue virtud que hoy ellos me inspiran. No sabes acaso que llevo un jilguiero por corazón. Si llegas, canta amoroso, y si te vas. dijérase muerto. Qué fuera del triste si allá dentro el alnia la Fe no sintiera, cual bálsamo y calma, en el crudo llorar de un duelo profundo. Oh! no, corazón. Que jamás gemebundo te quiero en mi pecho. Pues basta un segundo de fé, para unirme a mis padres, en alma.
Cuando a mi lado susurras palabras, felices promesas de dicha infinita, está la avecilla aqui dentro mi pecho salta que salta, vuelca que vuelca, brinca que brinca. De amor y anhelos su canto no escuchas y de loca pasión, su ardiente aleteo. y en cambio todas, en la porfia, en mi alma toda senti clavar.
El rapazuelo de rizos rubios hirióme hondo; mas fue traición. me hipnotizaron sus ojos rubios. no tuve medio de salvación. dims, dime; como a mi lado estabas, cuando maltreclia ful, dtal vez el niño, desconcertado, alguna flecha mandó hacía ti. Cómo 110 he de darte gracias, Dios amado, porque prenies mis creencias con dolores. Cómo no, si sé que das. y las mejores. recompensas, al que sufre resigiado. Si yo sé que allá en tu Reino ambicionado, son, del alma en cuya senda no hubo flores, los cariños, las bondades, los amores de tu tierno Corazón, por mí llagado?
Dime. te acuerdas de aquella fiesta do la presencia del niño amor sentimos ambos, y en la floresta, triunfal le vimos, sobre una flor?
Travieso niño. Con paso breve, de aquel su trono floral bajó, y del carcaj que portaba, aleve, todas las flechas me dirigió. Cuán pobre aquél seria a quien se dijera: sufre aqui, y gozarás eternidades de ventura. que sufrir jay! no quisiera!
Ya estoy curada. Ya nada siento.
Puies que me dices, con emución, que soy tu vida y iu pensamiento, ique es sólo mio, tu corazón!
Bertha Graziella Viguez (Envio de la autora)
Con tanta maña las conducía, ique ni una sola yo vi rodar. Nunca, nunca, mi buen Dios, aquél yo fuera!
Pues la Fe me dice asi. penalidades en la Vida. Gloria eterna que te espera. calamidades dándole para su gobierno a esas voces que no creen que el llama al nivel de las ideas renovadoras del quienes sólo han contribuído a aumentar miento hay que hacerlo precisamente a mundo, pero una vez arriba, defraudará.
e intensificar esas calamidades. Es tarea la gente nueva de un país. Es necesario de gigantes la redención de una educa renovar principios. la rutina de la ve Bien, la cita ha sido un escape para ción añosa, de una economía en banca tustez no puede hacerlo. Desde abajo, nuestra reflexión. Deberíamos variar el rota. qué entonces volver el índice mientras coge mando, prometerá ponerse título de nuestras aportaciones para el mandón hacia los que no tienen capa.
Diccionario que decíamos. Poro oigamos cidad que ofrecer, por sus años, por sus Juan del Camino un instante a Gracián que nos dice. Lo veleidades desgraciadas? Que se silencien Cartago y mayo del 30. bueno, si breve, dos veces bueno. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica