Democracy

REPERTORIO AMERICANO 203 COM Yono el viajero que una vez Las voces fabulosas extinguidas genios, y las naciones esperani, llegado al fondo de la plarecogidas y ausiosas, al gran nicie, puede abarcar de una (Envio del autor)
hombre, como las virgenes sola mirada, la cadena entera de monesperan al prometido en la noche tañas encaramadas sobre los hombros nupcial; pero, eso sentimiento de esdel horizonte, así, nosotros, que hemos pcctación, casi místico, está lejos de distanciado ya largamente la era roser el mismo que anima al ciuladano mántica puesto que en estos días en busca de un representante y que se celebra su centenario podemos conse siente tanto inejor representudo.
teinplar el magnífico conjunto formado cuanto es menor la distancia que lo por los grandes escritores del siglo separa del elegido. Por otra parte, si xix. Son cinas que imponen, unas el pueblo ama los escritores (y. du por la variedad y riqueza de sus cowa manera indistinti, ir todos aquellos lores; otras, por el exotismo de sus que saben servirse de la palabra. en contornos; otras, por la belleza de sus el fondo desconfía de ellos, pues, inlíneas y otras, por la amplitud de sus concientemento comprende que la elomasas. Así, mientras la obra de Chacuencia es u arte de ilusión y de teaubriand lo domina todo con sus engaño, de modo que; aún en los mo. flancos aterciopelados y soñadores; inentos en que so siento subyrgado mientras el pináculo de Lamartine por ellos, no les cede sino con pesar, aparece embriagado con todos los presya que jamás creerá que lo esencial.
tigios de las alturas; mientras la ausen un verdadero jefe, sea el hablar tera cumbre de Alfredo de Vigny, o el escribir con talento. luego que atrae y retiene; mientras la colina teme que esos sabios culebradores delicada, caprichosa y poética de Alde frases, se sirvan de su prestigiu fredo de Musset. se adorna, cada día, para engañarlo, o que embriagados y de mayores gracias; mientras la roca arrastrados por sus propias palabras, de contornos misteriosos y tiernos de se dejen conducir lejos de la realidad.
Gerardo de Nerval, parece absorbida En lo que no se equivoca, pues, si por la luz y mientras el cono aéreo consideramos, por ejemplo, a aquel de Teófilo Gautier, se presenta azuclu entre los escritores roinánticos que lado por la luna, una aguja herizada ejerció, conjuntamente con el ascencomo la fecha de la Santa Capilla: diente más alto, la más soberana eloStendhal, ejerce un encanto supremo cuencia: Lamartine, vemos que si sus y dos macizos de enormidad igual: Por Amighetti, discursos están saturados de puntos Balzac y Victor Hugo, asombran con de vista brillantes y, a veces, prola majestuosa tosquedad de sus perfiles. mánticos, croyéndose en los. umbrales fundos, en cambio, en ninguno de ellos Sin embargo, bien que todos esos es de los tiempos nuevos se sintieron aptos se vé esa forma humana y práctica de critores aparezcan unidos por un mismo en su mayoría para regir el destino de los justos principios sobre los cuales se procedimiento de escuela, en el fondo los pueblos, sin pensar que el arte de apoya todo verdadero estadista. Homyacen separados por diferencias funda escribir es una cosa y que el arte, de bro de instintos, siguiendo sus sentimentales. Una de las mas características gobernar es otra. como todos los in mientos como sigue el trueno al relámes aquella que opone a los que como conoclastas, no tardaron en derribar los pago, con el espíritu surcado por todos Stendhal. Musset y Gautier, permane idolos antiguos. para eregir apresura los vientos y cruzado por todas las cieron en el dominio exclusivo de las damente uno nuevo. que en esta ocasión ilusiones y quimeras y leyendo con adletras, aquellos que como Chateabriand. se llamó: el Pueblo, posternándose de mirable precisión en el alma humana, Hugo y Lamartine, ansiando realizar no lante de él. sin hacer ninguna distinción Lainartine era el hombre del ideal, del se sabe qué vagas y cálidas misiones entre los diversos elementos de que se amor, de la melancolía y de la gloria; sociales, se mezclaron en política. Con compone. El Pueblo era bueno. justo, pero, no el hombre de la política.
templados a la distancia, los primeros advertido, magnánimo y a él debían de Otro ejeinplo es el caso de Víctor Huocupan, sin duda, la posición mas sólida, someterse, en último recurso, todas las go, siempre magnífico cuando pinta, pues, mientras sus nombres se yerguen cuestiones. Fuera de su derecho, del muy desigual, pero todabía bello, cuanen ei éter frío y puro de la gloria, el derecho de su soberanía ilimitada, no do relata y absolutamente defectuoso nombre do los segundos aparece humnean existía otro derecho y toda tentativa pa cuando pieusa. Sus discursos en la Asamte todavía de una popularidad que perra limitar esa soberanía, era un esca blea Legislativa eran de tal manera turba y retarda el juicio definitivo de moteo de lo relativo en perjuicio de lo pueriles, que ni aún sus más fanáticos la crítica.
absoluto, como toda empresa que ten admiradores osaban tomarlo en serio. Hasta los tiempos de Voltaire, el es diese a triunfar de esa resistencia cul es que Vicior Hugo empleó en su oracritor, que era tributario de reyes, prín pable y a restablecer esa integridad toria política, los mismos procedimientos cipes, inagnates, y financistas, sólo había soberana, no solamente era legitima, sino que empleaba en la literatura: los inispensado en trabajar según su especia sagrada.
mos errores de óptica. la inisma facililidad y competencia; pero, en cuanto El escritor que mejor caracterizó ese dad para embriagarse con las palabras logró emanciparse de aquella odiosa tu orden de ideas, fué Víctor Hugo, glori y para deslumbrarse con las imágenes; la tela, so echó a razonar sobre todas las ficando el dogina absoluto de la sobera misma propeusión a forzarlo todo y a cosas. como el hecho de escribir me. nía popular, resucitando la doctrina del aguantarlo todo, finalmente, el mismo afán jor que el común de los seres, lo hizo derecho al trabajo, consagrando, en nom de turbar esa armonía y esa mesure que, en creerse superior a los demás hombres, bre de la política y de la poesía, la política, se llama verdad y que, en literatuno tardó en concebir el mito del escri legitimidad de la insurrección y la be ra, se llama lo verdadero. Víctor Hugo sator dios, capaz de transformar el mundo lleza de la barricada y prestando, en crificaba constantemente la verdad a la con el toque mágico de esa moderna fin, el prestigio de su imaginación om imagen, como sacrificaba el hecho a la varilla de virtud: la palabra.
nipotente y de su vocabulario iriagotable, inetáfora y la claridad a la antitesis; no Habiendo recibido aquel dogma de a las aspiraciones de la democracia. haciendo jamás su frase para su pensaherencia y habiéndolo revestido de un Afortunadamente para los escritores miento, sino su pensamiento para su carácter religioso y casi inístico (los tí románticos, el pueblo, como el sabio frase. De ahí que en él hubiese una estulos que se daban a sí mismos, eran: Ulises, supo cubrirse los oídos ante el cisión coinpleta del fondo y la forma magos, profetas, representantes del Ver canto falaz de las sirenas. De una ma con todo cuanto no fuese su utopía, su bo, etc. los escritores del periodo ro nera general, los pueblos aman a los sueño o su rol. Su manera era, pues. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica