Liberalism

REPERTORIO AMERICANO 19 Eduardo Sitntos SIL COMBRE pequeño y moreno, que podría Gente colombiana: Cuando despedimos en París a con ser un mediterráneo de España o Eduardo Santos para tender el cordonde Italia; pero sin ningún Levante en El Dr. Eduardo Santos cito blanco de la amistad bien tenso en la manera; ni gesticulación ni garganta torno de una mesa de charlas y comer. Max Grillo)
enfática; forniado moralmente como para que era su última mesa de Francia, yo corregir el prejuicio de que quien viene le di las gracias por el bien de su libedel Trópico ha de traer ademanes caralismo caballeroso.
lientes. La sencillez de la vestimenta, El liberalismo es una como avenida que no está de fiesta ni en las fiestas, de encinas, pero de una encina de foes la que parece dar a los industriales llaje más espaciado, más aireado que la el contacto con la ináquina, más simple encina misma, con lo que no resulta su mientras inás perfecta, sencillez a lo masa tenebrosa; el aire y la luz andan Ford, por ejemplo. La conversación tampor ella liberulinente lindo el adverbién sin inetáfora ecuatorial, un orgabio y echan una sombra ligera sobre nismo que sirve para comunicar y no la ruta; a lo largo de esta avenida jos para redondear abullonados, y que sirvo paseamos blancos, ainarillos y negros para decir las cosas en derechura de vía ¿no son negros algunos de los llamados noble, de la buena ruta que llamamos allá rojos. algunas veces queriéndonos, y «caminos reales. La foripación frandel brazo, en las otras, tolerándonos y cesa en este país se educó le ha dado el blanco no le dice al prieto que le esta seguridad y esta sobriedad de la excstropea la arena pulcra ni lo echa de presión; pero el criollismo americano se cabeza al canal que pasa hacia un lado.
la moja de esa cordialidad nuestra, que EI liberalismo verdadero apenas la cuando es sincera, se vuelve la más pespunteado la tela grande de la Amélinda de las cordialidades humanas. Un rica, que por extensa tendrá muchos realista para dar la norma y buscarla, años aún tanto perímetro bárbaro; la como realistas resultamos ya todos los palabra anda escrita aquí y allá, y ni del tiempo; lo sobrenada una que otra por llamarla con la escritura se nos ha hoja romántica, rezago de la generación vuelto cierta. Es jacobinismo lo que pasada, pero de las hojas buenas, de las hemos criado y cclado a andar, y el que serán bellas siempre; el amor de jacobinismo me parece tanto a lo libeuna libertad absoluta en la vida civil, ral como el lobo de encía desnuda al por ejemplo. Cuando hachamos el árbol blicanos; y entier de las diferencias, que perro de ojos cordiales. Educar uma menromántico, castigándolo por su bulto cada día se acusan inás, de las ideas que nutren una Argentina, ni hermanas larga; el jacobinismo, ardentez de la te para el liberalismo es cosa lenta y exagerado y por su algarada de álamo de California con viento, debíamos hani primas hermanas de las que mueven sangre, no cuesta nada. Precisamento berlo dejado dentro de la mano un cora México, por ejemplo. Como en Frantecito de su leño lecho en la parte en cisco García Calderón, el fondo, desriupor ser el liberalismo una segunda o tercera naturaleza, conseguida a puro que huele a generoso.
dado y no desnudado de pensa.
Su pasión de lo heroico pasión de castigo de nuestra pasión, a pura mor miento. es esperanza a plazo dida de nuestra carne, escasca, en todas la obra de Vasconcelos tiene su si es muy largo, una confianza de hombre no es romántico, arrancando sin embarcon hijos de que la América, adulta por partes, no digamos en América, en Europa también. Un amigo a quien yo lo go de lo clásico greco romano. No con. limpia, por sensata, por rica también, hacía su elogio me decía que una tal tiene el culto de los héroes algún resaserá algún día. para dicha de sus hieducación para lo liberal le parecía tan bio de inilagro pagano o cristiano, y jos. sus nietos, atribúyasela mejor difícil como la cría de los faisanes que no es el romanticismo la tela de lo rebanándose optimismo. le había explicado un criador ese mismaravilloso yuelta del otro lado que la «Se puede hacer bien grande con dos mo día ¡Bullos menesteres los dos, y Leyenda Dorada, de los inonstruos re empresas en nuestros países, me decía cuando se logran en alguno, y qué devueltos con los del Valjean. Muchos analguien, y nada más que con ellas: la cir cuando se logran en un conjunto, gustiados del destino de la América, explotación moderna de la riqueza natuhay para sentirse dichoso. Sobra el para no pasar a la desesperación, se ral y un periódico. Cierto: alimentando explicar que yo no aludo a nuestros cogen al héroe próximo, y lo llaman si ciudad pobre o aldea hambreada y dantristes partidos liberales; yo hablo de no lo tienen con todas sus fuerzas. El do norma a las masas, pero todos los un modo más que de pensar, de ser, do Dr. Santos espera que el Vasconcedías, pues su memoria es de arena; cada una índole mejor que de una idea. Las los de México suscite una copia suya mañana el consejo al lado del pan.
otras crías, respondí a mi amigo, son en cada uno de nuestros países. Santos Don Eduardo Santos ha elegido em de provecho vertical, conejo, liebre o pertenece al grupo de los americanos presa mixta de economía y de acción gallinas, y a ése se han puesto los amique, sin soltar la linda presa que es la moral. Con su temperamento que gusta gos de usted, perezosos como gento presa de la patria, aman, conocen y de intervenir en la cosa pública. gus de sol.
vigilan el cuerpo entero del Continente. to de Agora, ejercicio de los mejores Yo tenía que decir al Dr. Santos Yo me sonrio buenamente de este sen hombres de este mundo no habría po en aquella mesa nás de decir quo do timiento falso del brasilero o del pana dido ser dichoso hincándose en beber, cómo le agradezco el que en esa meno ocupándose de la Argentina o de mina de plata o de esmoraldas o en un sábana liberal, que es su diario, no so Santo Domingo, sin saber nada de és cafetal. Se lo quedaban afuera de la nos estropee ni se nos ensucie ni so tos, le estimo su americanismo al Dr. Empresa las facultades nobles y él es nos desdene siquiera nuestra creencia a Santos; tiene marco emotivo y barro de los que atienden y alimentan lo me los que la tenemos y que la llevamos tes de conocimiento como la buena jor de ellas. Se ha dado complacencia con nosotros, porque no somos de los ventana, para mirar hacia lo ajeno; sí mismo, ipero de qué calidades esta que la dejan en casa. Cómo podríasobre todo, su americanismo está veteado complacencia! Contra la consabida glo mos usted y yo, amigo Max Grillo, sende cconomía precisa, de cultura política toneria de rico sudamericano mesa, tarnos en ese poyo amplio dell iempo y de distinción de las corrientes inte vino, mujer el apetito suyo de influen contar el asunto de enjundia crislectuales del Continente. Se sabe bien cia sobre su pueblo, de aguijoneadura tiana sino con esta confianza de que no lo que la América produce; nombra con y de talla de su raza. Qué calidad en nos relegan el artículo a la 8a página, nombre justo los regímenes que los de la complacencia! Dime qué lote escoges ni nos lo tajan en el tendón que lleva más nombramos en bloque como repu y te diré quién eres. el ímpetu bueno. Ha vivido tres años en la Francia de su educación el Dr. Santos, y ha. Dejo pari otra ocasión decir al Dr. Santos. Ambos lo velan un poco por. naturaleza de como el héroe, a mi juicio, es un anti liberal.
cortesia uno, de piedad el otro.
vuelto a la Bogotá de su empresa granuna una a Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica