Bourgeoisie

326 REPERTORIO AMERICANO Poemas (Envio del autor)
Tardes junto al retrato de Marilú Muchachita buena muchachita linda inuchachita frágil desde la hora soleada de tu retrato yo te miro alejarte.
Ahora es la tarde tranquila. Es mi convalescencia. Honda pena escondida de no tenerte cerca.
Muchachita. Tardes junto a tu retrato. Sonries tan dulce desde tu vestido blanco!
Lección Pena de estas tardes junto a tu retrato. Estudio geografía en tu vestido blancoEs una lección como las del colegio. Tareas cuadernos Todo eso me parecía za lejano, sin embargo estudio de nuevo geografía junto a tu retrato.
Dulce tierra morena de tu rostro.
Rio de tus palabras.
Antes olvidaba las lecciones, ésta, nunca podré olvidarla.
Continente nevado de tu vestido blanco.
Es lo más difícil.
porque los países no tienen nombre. Tus botones redondos ciudades pequeñitas que a veces se mo esconden.
Geografía dulce y extraña que comienza cada tarde y que nunca se acaba.
Repito año.
Siempre seré estudiante de tu vestido blanco.
Pena Pena de estas tardes junto a tu retrato.
Tú no me lo diste. Tuve que robarlo.
Pena. Nadie sabe que la llevo adentro.
Nieva dulcemente en mis versos.
Esta es la hora más triste.
En mi cuarto la pena.
en las calles el viento.
Yo miro tu retrato y no me siento enferio.
Barcos Todos se han ido osta tarde, Sólo el barco viejo levanta sus palos desnudos y soleados en medio del puerto. Qué frío letal en esa agua que llena su sombra!
No hay peces, no hay algas y los pescadores cuando pasan cerca se cuentan historias extrañas.
Un velero airoso partió antes del alba.
Erguido y andaz bajo la promesa de las velas blancas.
Luego se fue un vapor, bocanaclas displicentes do huno burgués, dijeron adios al puerto.
Se ha ido otro barco más y otro más.
Puertos: heridas de la humanidad.
Los barcos siempre se van. ahora en la tarde el barco viejo, enormemente viejo, está solo en la negrura silenciosa del puerto.
Luego vendrá la noche a enredar sus estrellas en los palos desnudos y altos, y el barco viejo, dornido sonará jubiloso que de nuevo navega.
Federico Manso Santingo de Chile. 1929 La pena no es enfermedad. Es convalescencia que no se acaba nunca y no se sabe cuando comienza.
Convalezco junto al día soleado de tu retrato. Sunries tan linda desde tu vestido blanco!
Recuerdo Este recuerdo tuyo, me viene cada tarde.
Nunca he tratado de olvidarte.
Ha corrido el tiempo.
Sin embargo, ne pareces como entonces. para el invierno tenías un paltocito azul con botones de bronceAcaso hayas cambiado: pero yo no lo siento.
Cada tarde me viene tu recuerdo.
Tu nombre Me gusta decir tu nombre tan frágil. Ola en el momento antes de quebrarse Ma ri lú. Ma ri lú.
Lo silabeo despacito y tímido como en el Kindergarten. Ah! si todo fuera como antes.
Cantos de la Madre (1. Enrio de la autora)
Vispera ¡Oh flores del campo, nardos, rosas, lirios. las del talle frágil y el lindo color bordad los caminos de alegres festones, que un precioso niño me trae el Amor!
Yerba fresca y suave, adorna el barranco, cubre montes, valles, todo alrededor; sé una alfombra inmensa, la más rica y fina, que un precioso niño me trae el Amor.
Pájaros, formad un perfecto coro. barítonos, bajos, soprano y tenor; Marilu.
Me trae una sensación cristalina de playa.
Horizonte azul y una vela blanca.
Muchachita Todo así. Pena dulce e ingenua de estas tardes.
por eso nunca he tratado de olvidarte. Otros de estos bellos Cantos los hallará el curioso lector eu los números s 11 del tomo XVIII de este semanario. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica