Violence

REPERTORIO AMERICANO 313 Barret Todavía le veo. inquieto, paseanRafael Barret abstractas, era rectilíneo, casi lapidado por las calles su figura de enferrio, con relámpagos de luz. De Helios, Baenos Aires. 1918mo; alto, el cabello lacio, la frente Los dos eran escritores notables, pensadora.
Al Dr. Pedro Bonastre.
cada uno por su rumbo. Barret más era ciertamente un pensador, un eficiente y más límpido cuando dibuhijo de la luz. El geómetra enterado jaba la estela de la idea, su fuga de la literatura francesa contemporárauda y luminosa. El otro más fluido nea. Con reminiscencias de Maetery más pomposo, atormentaba un poco. linck, siguiendo a Paul Adam en el color, no corría tan a prisa y era alguna de sus tesis y en la marcha más diestro y más airoso cuando daprecipitada del pensamiento, dió en ba la sensación de la naturaleza troel Paraguay y en Montevideo exprepical. Los escritos del primero eran sión a inquietudes del alma. mocomo pedrerías deslumbradoras y los derna. Al modo de cierto orador rodel segundo eran como nuestras selmano saltaba sobre cada asunto y vas perfumadas, con su enmarañado «lo agarraba del pescuezo» y en esa encaje de lianas y sus Hores del airo manera audaz y bruzca de empezar, y sus nostálgicas cadencias.
igual que en sus desenfados nihilistas, En ambos la cualidad era el decalcaba un tanto al Nietzsche del fecto inevitable, pero lo que quiero Anticristo y del Ocaso de los Idolos; señalar en este momento es que en pero, en resumen, Barret era un arBarret no había el poder visual y tista alado.
auditivo de Goicoechea Menéndez. Lo tenor de cada impresión, marefaltaban su pincel colorista y su eólica jadas de ideas brotaban en él. Las prosodia.
meditaba, las apretaba en breve espaY le faltó también la facultad evocio e iba destilando la sustancia lucadora del pasado. Para el amanto minosa, poco a poco, intrépidamente, de la energía humana, no existía con dicción victoriosa.
nuestra leyenda donde esa energía so ¡Dicción cincelada con infinito cuialzó al rango de la epopeya. Por allí dado! Los que no pulen su estilo empezó Goicoechea Menéndez.
mueren sin producir un frase eterna.
Barret optaba por los temas del El verdadero artista sabe que «un momento y con arte supremo sabía vocablo mal colocado estropea el más deslizar en sus artículos la ironía hermoso pensamiento» e impido el helada. Creia que la poesía estaba en contagio de la emoción divina, y que, tar en prosa magnífica las maravillas el porvenir porque no sentía la poesía al contrario, las palabras cobran una geométricas del hierro en la torre mo de los recuerdos como no tenía retina energía soberana cuando están soberana derna de París, sin ver en el Paraguay para las nubes doradas por el sol agomente ordenadas. Ubicad con astucia don le vivía, el horizonte incandescente nizante. Fué destructor tremendo de colas palabras inspiradas y caerán rutilan ni la selva esbelta y pensativa. Entraba sas aprendidas en libros viejos, divulgó tes, temblorosas, como gotas de luz sobre más bien en su temperamento literario verdades humanitarias, pero nada le deel papel.
cierta poesía psicológica que ponía el cía nuestro histórico poema. Quiso una Barret era maestro consumado en espíritu en tensión continua.
vez tratar el asunto de nuestra guerra, ese arte difícil. Pasaba días como Flau Demasiado continua. Se producía con buscó datos, se inquietó y los dejó sin hert buscando el vocablo exacto, el epi una energía que no daba reposo. Cada publicar una línea. No era de su cuerteto adecuado.
uno de sus artículos desde el principio da La noche antes de Goicoechea MenénPero las imágenes dicen cosas más al fin, causaba el efecto de un torrente; dez, páginas bellísimas donde desfilan, bellas que las imágenes, consigna Jám mas, a la larga, impacienta el mirar silenciosos y sublimes, los últimos crublico, y del mismo modo la música de siempre las aguas despeñadas.
zados de la causa con quienes en Celas palabras es notación más o menos El gusto clásico se funda en la fisio rro Cora, sollozando el viento en la imperfecta de la música interior y más logía. La misma sensación a toda hora selva infinita, se hundian aun ideal, una bella de la idea. En el fondo, la razón es fatigante. Una misma fior en las na patria y una raza. verdadera del estilo consiste en la qui rices, durante largo rato, acaba por ha Su talento era grande, refinado su mica misteriosa de cada organismo, al cernos insensibles a su aroma, escribe gusto, se movía con celeridad vertiginosa, símil de la que da en una planta la púr Spencer. Evitad la saciedad, decía un mas para tratar con encanto y lucidez pura de la rosa y en otra el azul de la estilista antiguo Luciano. No insistáis ciortas cosas de belleza melancólica, es violeta, y así el hechizo de la prosa con demasiada violencia en la misma necesaria la emoción.
elegantísima de Barret, no estaba sola nota regla de los áticos. ya sé que los escritores fríos afecmente en sus epítetos triunfantes. Radi Nuestra naturaleza prefiere al ímpetu tan desdeñarla, pero, digan lo que quiecaba en el elemento intrínseco, en sus continuo del torrente la variada y gra ran, sólo el sentimiento aviva lo que ha ideas envolventes, de perspectivas ines ciosa ondulación del río que, turbulento sido y ya no es. El sentimiento seduce peradas y fugaces, nuevas en el roinan en la cascada, camina en seguida con y cautiva más que el raciocinio, tal vez cc castellano. En otros términos, el po flexible y suave mansedumbre, ya apa porque la belleza valga más que la verder de su prosa se explica por la audacia cible, ya tembloroso, por alles y cam dad. El dictamen do Goethe corre en y la continuidad del pensamiento. piñas, entre riberas encantadoras o sal los clásicos versos de austo a Margarita: Pensamiento caudaloso, sin remansos, vajes, para precipitarse de nuevo en el brillante siempre y, en ocasiones, pro declive o quizá, allá lejos, alborotarse Un acento de tus labios, fundo y sorprendente. Después de habi y retumbar otra vez en la rompiente.
de tus ojos un destello, tuarnos a sus artículos, es raro el escri Así el estilo perfecto, imagen del movalen más que todo aquello tor que no nos parezca desmayado. vimiento y la vida.
que nos enseñan los sabios, En prosa bella nos enseñó a pensar, Barret, pletórico de ideas, sabía más ensanchó nuestro horizonte, pero aquí que Goicoechea Menéndez, el autor de El corazón es el sentido del ensueño.
cumple a la crítica notar que Barret no Poemas Helénicos y de Guaranles, pero Todo esta alli, gemía la reina enamoraera pintor de la manera este atolondrado, pródigo en sonidos, le da, y rimaba el verso de Musset. comGoicoechea Menéndez ni de otra mane aventajaba en líneas melódicas.
parado por Groussac con una flecha que ra, y, por no serlo, escribiendo en un El estilo de Goicoechea Menéndez, esatravesó el siglo goteando sangre: Edén, no nos dejó el reflujo de un alba pejo de su imaginación voladora, era illiere tu corazón, allt esli el genio!
rosada, el trasunto de un paisaje risue abundante, sinuoso, de viciosa lozanía, ño en que descanse la mente. Supo con y el de Barret, hecho para las cosas Barret tuvo sin embargo corazón para que lo fué Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica