REPERTORIO AMERICANO 123 Poemas de Armando Godoy calzada; atravesó la derruida es olado el pastor. Vais a dejar carpa, y por la gótica puerta entro morir al pobre zagal?
Trad. de Eduardo Avilés Ramirez en un patio lleno de escombros. Ved, abuelo, que esta es una formado por cuatro paredones cueva del dimono dijo uno. Aba Del libro Páginas Escogidas. Paris. Editions EXCESIOR. 1929 agrietados, únicos restos de la jad vos, si queréis.
antigua mansión señorial.
El viejo se ato decidido la cuerLa Sonata a Kreutzer En el hueco de la escalera de da a la cintura y se acercó al a Camille Mauclair.
la torre, dentro de un cobertizo borde del negro agujero.
hecho con estacas y paja, se veían Oyóse en aquel momento in a la luz de un candil humeante murmullo vago y lejano, como la diez o doce hombres, rústicos pasvoz de un sér sobrenatural. Las Los tres caballos galopani. galopan bajo la luna, tores o cabreros, agrupados en piernas del viejo vacilaron.
con las narices fumantes y las crines en el viento.
derredor de unos cuantos tizones Los tres iguales en ímpetu, en el aliento y en una encendidos. No me atrevo. Yo tampoco galopada cual ritmada por el dios del novimiento.
El viejo, balbuceando les contó me atrevo dijo; y comenzó a solo que habia pasado. Levantáronse llozar amargamente.
De pronto uno do ellos siente el latigazo invisible los hombres, cogió uno de ellos. Los cabreros, silenciosos, miradel espanto: la planicie se terminó bruscamente.
una soga del suelo y salieron del ban sombrios al viejo. Al paso de Lucha un segundo. Ya es tarde! ante el paisaje impasible castillo. Dirigidos por el viejo fue los rebaños hacia la aldea, los en la arena movediza se hunde silenciosamente.
ron camino del descampado, en pastores que les guardaban acer.
donde se hallaba la cueva.
cábanse al grupo formado alredeLos otros siguen la loca galopada hacia la nada La coincidencia de ser el macho dor de la sima, y al enterarse de y hasta que el segundo rueda en las fauces de la sombra, cabrío de la vieja hechicera el que lo ocurrido, rezaban en silencio, creen que van todos juntos en la planicie lunada, habia arrastrado al zagal al fondo se persignaban varias veces, y pues toinaban por su cuerpo el cuerpo ágil de su sombra.
de la cueva, tomaba en la imagi seguían su camino hacia el pueblo.
nación de los cabreros grandes y Se habian reunido junto a los El tercero, comprendiendo, se detiene al borde mismo.
extrañas proporciones.
pastores mujeres y hombres, que Relinchó, relinchó en medio del gran silencio simbólico. si esa bestia fuera el dimo cuchicheaban comentando el sui transido de tristeza y de laxitud de abisino nu dijo uno.
ceso. Llenos todos de curiosidad, erró como sombra, al ritmo de su trote melancólico. Bien podria ser repuso otro. miraban la boca negra de la. ca.
Todos se miraron espantados. verna, y absortos oían el murmu Sigue? Se detiene? Busca la mortaja húmeda y fría Se habia levantado la luna; den llo que escapaba de ella, vago, que recubre a sus hermanos? galopará en la calma sas nubes negras, como rebaño de Tejano y misterioso.
de la atrayente llanura que provoca la alegría seres monstruosos, corria por el Iba entrando la noche. La gente de los juveniles músculos y la cabriola del alma?
cielo; oíase alborotado rumor de permanecia allí, presa aún de la esquilas; brillaban en las lejanías mayor curiosidad.
Vamos! Adelante! Todo, cielo y tierra, te convida.
las hogueras de los pastores.
Llegaron al descampado, y fueOyóse de pronto el sonido de La luna también galopa por la celeste llanura, una campanilla, y la gente se diriy los muertos oh, tus muertos unen su soplo de vida ron acercándose a la sima con el gió hacia el lugar alto para ver lo al agua, al astro y al viento, al amor y a la amargura. corazón palpitante. Encendió uno que era. Vieron al cura del puede ellos un brazado de ramas seLos tres caballos galopan, galopan por la planicie, blo que ascendia por el monte cas y lo asomó a la boca de la acompañado del sacristán, a la luz las rudas crines al viento, rasgando el claro de luna, caverna. El fuego ilumino las pade un farol que llevaba este últiy bajo sus cascos canta la angustia de la planicie redes erizadas de tajos y de pemo. Un cabrero les había enconcomo un rezo centellante que montara hacia la luna.
druscos; una nube de murciélagos trado en el camino, y les contó lo despavoridos se levantó y comenzó que pasaba.
II a revolotear en el aire. Quién abaja? preguntó el Al ver al viático, los hombres y Las tres niñas danzan, danzan en la silente llanura, pastor con voz apagada.
las mujeres encendieron antorchas y de las frágiles frondas de sus rubias cabelleras Todos vacilaron, hasta que uno y se arrodillaron todos. la luz fluye un perfume divino, cual la celeste mixtura de los mozos indicó que bajaria él, sangrienta de las teas se vio al de otra cabellera rubia que ungió las llagas postreras.
ya que nadie se prestaba. Se ato sacerdote acercarse llacia el abisla soga por la cintura, le dieron mo. El viejo pastor lloraba con un En ronda, radiantes, bellas, ágiles, puras, iguales, una antorcha encendida de ramas Tripo convulsivo. Con la cabeza las tres niñas danzan, danzan en un círculo de luz.
de abeto, que cogió de una mano, inclinada hacia el pecho, el cura Despiertanse las abejas, las luciérnagas nupciales se acercó a la cima y desapareció empezó a rezar el oficio de difunt y las serpientes vencidas por el signo de la cruz.
en ella. Los de arriba fueron batos; contestábanle murmurando a jándole poco a poco, la caverna coro hombres y mujeres una triste Cuántos sollozos y cuántos crímenes y cuántos besos debía ser muy honda, porque se salmodia; chisporroteaban y crepipara seducir los recios centinelas del Balal, largaba cuerda, sin que el mozo taban las teas humeantes, y a vepara llenar el vacío que separa a los opresos diera señal de haber llegado.
ces, en un momento de silencio, del éxtasis infantil y del dulzor maternal!
De repente la cuerda se agito se oía el quejido misterioso que bruscamente, oyéronse gritos en escapaba de la cueva, vago y leLas tres niñas dauzan, danzan en la serena planicie, el fondo del agujero, comenzaron jano.
dando al viento las flotantes, delirantes cabelleras; los de arriba a tirar de la soga y Concluídas las oraciones, el cu un gran temblor atraviesa la entraña de la planicie subieron al mozo más muerto que ra se retiró, y tras de él las inu y el cielo mismo se inclina para oler las cabelleras.
vivo. La antorcha en su mano es jeres y los hombres, que iban sostaba apagada.
teniendo al viejo para alejarle de III. Qué viste. Qué viste? le aquel lugar maldito.
preguntaron todos.
Tres mendigos buscan las puertas. Vide al diablo, todo verineyo, de un gran castillo que no existe.
todo vermeyo. en tres días y en tres noches Es hora de cerrar las puertas El terror de éste se comunicó a se oyeron lamentos y quejidos, con ritmo rechinante y triste.
los demás cabreros.
vagos, lejanos y misteriosos, que No abaja nadic murmuró des saliani del fondo de la sima.
Los mendigos son sordos, ciegos y mudos y los tres iguales.
Pro Вагоја Pero aunque sordos, mudos, ciegos. uentox. 11. Car Ragkin: Editor. Madrid. van como tres reyes triunfales. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica