iRepertorio Elmericano SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA San José, Costa Rica 1930 Sábado 29 de Marzo Tomo XX Núm. 13 Año XI. No. 485 La glosu de Jos asesinos en grado superlativo.
El viento de Bagdad.
Poemus de Blanca del Pralo.
El Tratado de Metafisica de José Vasconcelos.
Qué hora es. El secreto de la alegria del vivir.
Caida del réximen conservador de Colombia y causas que la han originado.
Don Pedro Porras Bolandi.
Ravito de Estrella de Miguel Angel Asturas Don Ramón del Valle Inclán.
SU MIARIO II. Pallais La Isla de Santa Helena de Simón Bolívar.
German Arcinieguts José Vasconcelos Para el Rep. Am. correspondiendo a la llamada del Sr. pidiendo le ayudamos a hacer este ao Zalazar Mallen el año Bolivar.
José Pijoan Las voces labalosas extinguidas.
Leonardo Pena Emerson y los libros.
Juan del Cremino Anojal.
Javier de Vianat Camilo Cruz Santos Bibliografia titular.
Anastasio Alfaro Dos poesias de Xicomedey Sanz y Ruiz de la Peña.
Carlox Sama yoa Aguilar Un sueño.
Ella Max Jimenes Tablero (1930. La glosa de los asesinos en grado superlativo casi oscuros. Detrás de las casas, en los huertos de Prínkipo se dan las uvas más (Enrio del autor) grandes, las uvas más dulces del mundo. en ninguna parte suelta la luna un Cuando tú matas, si tu victima podia rían desde luego fugarse, el derecho di destello más deleitable que en las noches vino de la fuga, porque Dios no nos ha embalsamadas de Prínkipo. Noches de núscula, como uno que mata menos. dado la vida para que la marchitemos paseos por el mar tranquilo; noches de Si tu víctima casi no podía defenderse, metidos dentro de una cárcel.
besos en los que se apaga un instante la eres un matador con mayúscula, como una noche se fugaron. Temblaba la luz misteriosa y en denso hilo de somuno que mata más.
hora, temblaban los cuerpos, temblaban bra corre el abismo de dos almas. Noches si tu víctima de ninguna manera las almas y teinblaba con el estremeci de angustiosa felicidad: en ellas el corapodía defenderse, eres entonces, mayús miento del relámpago la justicia de Dios zón se colma y la naturaleza tiembla cula primera del libro de los asesinos, y temblaba más que nadie un hombre aletargada de la armonía infinita.
y ya no uno que mata más, sino el que que tenía la mano escondida detrás de Cuando no hay luna, las noches de mata más.
la ley. Ese hombre tenía, dentro de la Prínkipo, saturadas de sombra, desenAlguien para matar esconde su mano mano escondida detrás de la ley, un re vuelven como en un manto, la pedrería detrás del árbol, así queda su mano sal vólver. Salieron tres balas, para el pri vivaz de las estrellas.
va; otros para matar esconden su mano mero la primera, para el segundo la se de los bosques mana un aroma tan detrás de la ley. Hermanos míos todos, gunda y para el tercero la tercera y grato que las gentes se salon de sus moboca cerrada y ojos abiertos, venid, y nuestros tres pobreso hombres cayeron radas; prenden antorchas de resina oloved: aquí está el asesino auténtico, en junto al muro de la cárcel para no lerosa y se van danzando en rondas, a la quien todos los asesinos deben mirarse vantarse jamás.
orilla del mar entre el monto y el mar, como en un espejo, el superlativo, el sieto Temblaba la hora, temblaban los clierpor todo el circuito de la Isla. Las noveces. que Rembrandt con aquella su pos, temblaban las almas, temblaba con ches de Prinkipo son voluptuosas y los luz de noche nos pinte la mayúscula pri el estremecimiento del relámpago la jusdias, allá parecen un renovado festín.
mera del libro de los asesinos.
ticia de Dios y temblaba más que nadie Hubo una vez, en una cárcel, tres hom aquel hombre que para matar tuvo su Tú irás a Prinkipo. continuaba dicienbres. Los llamados bayardos caballeros do Kralipos; yo no volveré, a menos.
mano escondida detrás de la ley. No cosin tacha, habían resuelto que aquellos mo uno que mata más, sino como el que ¿A menos de qué? menos que la guerra estalle otra vez. Mira, añadía: somos tres pobres hombres vivieran inetidos den mata más, asesinos siete veces, Re Cain.
tro de la cárcel. Era una cárcel centromás los cristianos; somos más, con los que Rembrandt con aquella su luz de americana para decir una cárcel muy noche nos pinte la mayúscula primera judíos y con los armenios y los sirios; cárcel. Nuestros tres pobres hombres que del libro de los asesinos.
pero las potencias protegen al turco. E!
turco 110 necesita trabajar. El turco espera a que nosotros hayamos cosechado Pallais la vid, a que nosotros hayamos alimenBrujas de Flandes, Marzo ile 19:30, tado las cabras; espera a que tengamos el ahorro del trabajo en las manos y entonces llega, decreta un impuesto, ejecuta una confiscación; se lleva la mejor parte y nos deja sólo lo bastante para que po. De El Universal. México, damos vivir hasta la otra cosecha; y nosotros, vuelta a sembrar y vuelta a Era griego do raza y se llamaba Kra Kralipos me contagio de su causa; Kra pastorear y atesorando un poco cada día, lipos. Dos dias anduvimos juntos; lipos pertenece a esa familia, hoy tan siempre con la esperanza.
nos entendiamos en esa jerga de todas numerosa, de los desterrados políticos. Los Cuando la Gran Guerra, el turco, otra las lenguas que pronto aprende el viajero; turcos lo han expulsado de Constantino vez se hizo el aliado de los poderes cris.
además, le ayudaban a expresarse sus pla, su hogar. Desde entonces, yo ya pre tianos que detesta; pero era para seguir ojos vivaces y una fuente verbosidad. sentía que perder Constantinopla es mu oprimiendo a sus pueblos vasallos. NoDe él recibí esos favores menudos que cho más que perder Granada. Después sotros declaramos al turco la guerra, destanto obligan al recién llegado: conocer confirmé que perder Constantinopla es de nuestros corazones nada más, porque la mejor marca de cigarrillos orientales, más que perder una patria, porque es estábamos desarmados y el turco se hizo el mejor plato turco y las bebidas y las perder la más bella patria de la tierra. fuerte con los cañones y con los ferrogolosinas del lugar. Si bien es cierto Dirás a mis padres que ine has visto, carriles y con los barcos de la Alemaque el propio instinto suele ser para to me repetía Kralipos. no dejes de ir nia. Con aquellas armas de cristianos, el do esto el mejor guía. Mas por encima a la Isla de Prinkipo, pequeñita y lu turco, preparó el degüello, la expulsión, de los motivos pueriles, pronto nos di ciente en medio del claro mar. Caserios el exterminio de los cristianos del Asia, mos cuenta de que nos ligaba una de colores en la costa y el monte todo que son en aquella tierra, anteriores al causa.
verde, con una que otra cresta de pinos turco invasor.
El viento de Bagdad Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica