342 REPERTORIO AMERICANO Mayo de 1930.
una como un tesoro de diamantes Vosotras no concebis que vuestros hijos mueran. el poder a que se han entregado. Ya no para disipar sus sombras.
Şi de vuestra sangre si al fin, la muerte, es fácil para los «grandes, el triunfo.
o de la propia energia En la batalla del monopolio de la elecesta sombra de sombras, o de la transparencia del alma, tricidad los sigue sin cesar en su tarca golpea con su ala nefasta y hostil, vosotras los ofrecisteis, ruin la gente riuova que aspira a que al hijo indiferente o tranquilo, como un galardón a la vida, el país no perezca. No importa que los vosotras conmovéis el infinito ¿qué derechos tiene la muerte. grandes» acosados por ese seguimiento con una imprecación: sobre sus majestuosas frentes?
viril, nos arrojen el cachivache de la es angustia solenne: necedad o de la ruindad. Lo que vale vuestro dolor no se deprime Madres inmensas, para el futuro es que el trust de la elecen un vano gesto de rebeldía.
si Dios no cs hubiera investido tridad no pase el campo de libertad quo Vosotras protestáis ante el cielo; con el encargo de dar Hombres deben recibir limpio las generaciones ante su frialdad, para poblar de triunfos que vienen. para que ese menester ante su indiferencia: o de tragedias la Tierra, de libertad florezca condenamos con re. Cómo, nuestros hijos, Él os hubiera impuesto la misión solución la conducta de los «grandes no iban a ser eternos?
de engendrar dioses o estrellas.
movidos por el honorario del trust. No recibimos otra inspiración que la de un Rómulo Tovar San José, Costa Rica.
anhelo cierto por dar a nuestro país lo mejor de nuestras vidas. No andamos tras la gloriola. La combatimos, sí, para Estampas libertar de mentiras al país. Sin poda fecunda la misma maraña de hace Acerca de los grandes costarricenses años seguirá ahogándonos, impidiendo (Envio del autor. quo aparezcan las ideas nuevas. si lo que los «grandes» llaman necedad y Se habla por ahí de los «grandes cos tazo de la gente nueva. Sólo por ella se ruindad no trata de despertar la contarricenses» y de que es necedad o ruin salvará nuestril nacionalidad. Lo estamos ciencia del país, sacarla del sopor en dad discutirles su grandeza. Todo para palpando en los negocios que el país que ellos la tienen sunida, pocas especondenar la gente nueva que en esta afronta. El capital de afuera 10 ha en ranzas nos quedan de conservar nuestra hora de prueba para la nación se en contrado servidores en las conciencias nacionalidad. Las asechanzas son innúfrenta a esos «grandes. Porque si hay. estimuladas por ideologías de la época. ineras. Contra ellas no lucban los «granalgo que los agrandes» no toleran es Ha tenido que contratar precisamente les. Al contrario, las sirven y les señaque puedan levantarse en el país con en el cenáculo de los «grandes. De en lan todos los caminos que llevan al ciencias que no sigan sumisas y reve tre ellos ha escogido los que puedan re escalamiento dominador. Esperan que rentes tras sus huellas. La gente nueva volear el arma que ese capital les on esas asechanzas llamen a sus puertas, se inspira en Gracián cuando dice. Ten trega, con maña, con engaño, con olvido cerradas para otras luchas en favor del ga, pues, juicio propio y tendrá voto en total de que están hiriendo a muerte país, y las abren de par en par y hacen su censura. el juicio propio no lo las libertades del país.
recuento de cuanto saben y pueden llequieren los «grandes. Para qué, onton la gente nueva, que vigila, que gar a saber para ofrecerlo a la voz que ces, han señoreado ellos, sino es para tiene juicio propio, habla severamente ordena mal y paga bien.
imponer sobre todos los asuntos su om sin el ánimo de arrogarse la voz única, Por estos «grandes» no lloverá sobre nisciente autoridad? Los «grandes» quie aspirando, sí, a romper el sopor que los el país fuego del cielo, pero la ruindad ren manadas sobre las cuales pasen sus «grandes» han esparcido dentro del al y la necedad de la gente nueva si cae ojos complacidos.
ma coinún. Esos «grandes han com y caerá sieinpre sobre los «grandes» más Pero la gente nueva que va a pare prendido, desde que a su alrededor em quemante que la llama. Descienden de ciendo en Costa Rica aspira a hacer penzó a formarse la superstición de la su olimpo para hacer caso a los que sentir al país que es urgente acabar con grandeza, que un país que vive por usurpan el nacionalismo y ya en esa la omnisciencia de los «grandes. esto otros y se guía por entendimiento ajeno, actitud revelan que están conturbados, lo llaman necedad o ruindad. Son tér para seguir en la cita de Gracian, es que sienten moverse el pedestal sobre minos muy al unísono con el estado un país postrado a sus pies. De ahí que que han venido pontificando. Qué marmental de los «grandes. Por qué piden hayan batallado por desterrar las ideas tirio para los «grandes. transitar por el reconocimiento de méritos en el examen nuevas. Saben que mientras ellos puedan mismo suelo duro y enlodado que la que se va haciendo de sus vidas de dar el chisporroteo de las propias, la vida vulgar dió a otras gentes! Los mihombres públicos?
superstición continuará inmarcesible. El ramos gesticular y cuando la superstiEs que la ira los muerde y la censura entendimiento de ellos es el que en todo ción nos vocea que debemos ver al insajena es la forma más desgraciada de momento debe buscarse, acatarse, pre tante actitudes de hombres superiores, irreverencia. Sin embargo, no pueden gonarse con la conmoción de un adve de dioses casi, nuestra inconformidad, los «grandes, contener con sus denues nimiento. Desgraciados los que intenten nuestra necedad o ruindad que dirían tos la expansión libre y consciente de tener voto en su censura.
los apologistas, sólo adivina soberbia.
la gente nueva. Ellos han defraudado Mas la gente nueva no piensa así. Los ¿Qué hay en estos «grandeso que nos las generaciones que se han puesto con «grandes están bien en la hornacina conturbe? El mundo tiene sucesos quo fiadas a recibir el influjo que han anun en donde los ha llevado la superstición transforman la vida de los hombres y ciado siempre que el país les ha pedido fomentada por ellos. No se les saque de ninguno de esos sucesos ha transformarespaldo. esas generaciones defrauda allí para dar la batalla del monopolio do la de estos «grandes. El país ha tedas los llaman a juicio, no precisamentu de las fuerzas eléctricas, de la explota nido esos sucesos, los tiene actualmente para encarnizarse en su vejez, sino para ción inicua de la Bananera. Los «gran y los «grandes» están del lado opuesto, impedir que usen la irresponsabilidad des» darán esas batallas sirviendo los precisamente allí donde calienta una que da la senectud en causar nuevos apetitos del capital esclavizador. Se val conformidad de que nunca han disfrumales al país. Bien estarían los «grandes» drán de la superstición que los rodea tado los hombres superiores.
escribiendo sus memorias, alejados de para sumir en la iniquidad más espan Contrastamos la actitud de nuestros toda ingerencia en los asuntos naciona tosa al país. Han sido hombres de pos «grandes» con la vida de un hombre nada les. No llegaría hasta ellos ni la ruindad turas para conseguir gloriola y cuando más, con la vida de Mahatma Gandhi. Eu ni la necedad de la gente nueva. han sentido que ya la senilidad les ro la Universidad de Oxford recibió su credo Pero si todavía no sienten que la ju ba arrestos y que las generaciones nue de sumisión al Imperio y cuando el bilación los cubre desde hace décadas vas del país han despertado, se ladean gran centro de cultura juzgó que había y con terquedad imperdonable quieren hacia el poder de afuera que les dó au dado un colono más, un descastado que renovar glorias y seguir imponiendo su toridad.
sirviera de puntal al tremendo aparato juicio, que reciban sobre el rostro el ale Pero esa autoridad no les vendrá con de conquista, aparece el hombre supe Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica