278 REPERTORIO AMERICANO Vino nuevo en jarras viejas Página lírica de Jorge Zeledón Venegas Envio del autors Hogar Si lo cuidas con mano cariñosa; si le riegas amor a cada rosa, florecerá tu vida eternamente.
El rosal marchito Escondido entre las flores de mi jardin encantado, tengo hace tien po formado el nido de mis amores.
En él los sueños mejores de mi vida coloqué, jy boy en el jardin se ve cuando todo bà florecido, reinar una flor: mi nido ila flor que yo ambicioné. Afectuosamente, para Alberto Molina en la muerte de su compañera. En él encontró el cariño su más sincera morada, y entre. caricias de amada entre sourisas de niño. de mis versos el aliño roy formando con amor, mientras canta en dorredor su dicha la primavera. Primavera, quién pudiera eternizar tu verdor!
Como 1111 osal que hubiera florecido con la fecunda luz de la mañana, tu compañera juventud lozara lleno de amor y de ilusión 11 nido.
Pero ¡ay! que con acento dolorido se oyó doblar ayer una campana: una roz la llamó, dulce y lejana bacia un reino de paz desconocido. al marchitarse del rosal la vidu, sangró tu corazón; y de tu berida brotó el dolor en toda su grandeza.
Pero para endulzar tanta amargura quelan dos botoncitos de ternura en el búcaro gris de tu tristeza.
jorge Zeletón Venegas que mi nie Flores y estrellas cuando pasa la brisa y al soplo de ella parece se estremece como con una sonrisa, por mi mente se desliza.
el ritmo de una canción que al salir del corazón para volar hacia el cielo, habla de dicha, de anhelo, de paz y de bendición. Carlomagno Araya, levendo su libro Primavera.
Spaventa Es el alma del tango que se queja con sentimiento y con ternura tanta, que la voz, al salir de su garganta maravillosa, una oración semeja.
Ligera, como el vuelo de la abeja su cadencia armoniosa se levanta la sencilla música que encanta sensaciones dulcísimas nos deja. Quién como tú jilguero apasionado saltando sin cesar de uno a otro lado por siempre en la canción vivir pudiera; esa canción que cuando tii la expandes ruela desde la cima de los Andes basta reino ideal de la Quimra!
De su puerta cada tarde me detengo en el umbral y entono un himno triunfal al amor que vive y arde, como pájaro que alarde bace de su dicha cierta; y un pajarillo que alerta me espera dentro del nido, al escuchar mi silbido corre a toparme a la puerta.
Tu erso a veces tiene modulaciones de ale que una ilusión perenne de su cantar arranca; y es sereno, y es puro y es diáfano y es suave como la superficie de una llanura blanca Cuando el amor lo impulsa tiene acento ardoroso y se llena de flores, de aromas y de mieles; y vuelca sus cadencias con ritmico alborozo solire la primavera gentil de sus vergeles.
Pero cuando refleja la altivez soberana, esa altivez que tiene radiaciones de cumbre, entonces es vibrante y es como una campana cuya oz ensordece las de la muchedumbre.
Ora es la pincelada que en mágicos colores esboza la emotiva belleza del paisaje, ora la rima suave que tiene olor de flores silvestres, recogidas del seno del boscaje. asi, este libro tuyo de cánticos sonoros y rimas delicadas y eróticas querellas, no es un estuche lleno de versos incoloros sino un jardín cuajado de flores y de estrellas. Esa si que cs. venturanza. Bendita, bendita sea!
Tras la lucha de la idea el que tiene hogar, descansa. cifrando mi esperanza en el santuario de armiño que edificó mi cariño, tivo mi dicha soñada entre caricias de amada y entre sonrisas de niño.
El aeroplano Sobre el amplio tapiz de la sabana rápido corre como el pensamiento, di con su trepidar, en un momento llena de vibraciones la mañana. Estrella Estrella de mi amor, estrella mía que vas regando luz en mi sendero.
Eres más que una estrella, eres lucero de paz, de bendición y de alegria.
En tu espíritu ingenuo se diria que hay la inquietud de un pájaro parlero, al que no podrá berir el dardo fiero de la tristeza y la melancolía.
Tu padre, ruiseñor enamorado de su nido fecundo y adorado en que, feliz, la vida se desliza, pone un poco de miel en su garganta y al pajarillo de su amor le canta su más tierna canción, hecha sonrisa.
Escudo de oro mi componera. en la fiebre de vértigo que emana este prodigio del entendimiento, se oye la queja lúgubre del viento que domeñó la inteligencia humana. su carrera loca, convertida en el más temerario de los vuelos, luchando la Muerte y con la Vida como buscando a Dios en sus anhelos, deja una cruz de oro suspendida del limpio. cortinaje de los cielos.
Para Ligia Al cumplir tus dos años, placentera como un capullo te abres a la vida, y bay en tri alegre parlotear, prendida la luz de una radiante primavera.
De valiente optimismo la bandera que en el hogar mantienes siempre erguida, Babrá de resistir la acometida del huracán y la borrasca fiera.
Yo me sé que un jardin ba florecido con rosas de inefable colorido en tu almita gentil alma inocente, La medallita de oro que ha colgado sobre mi corazón tu fe sincera, por ser tuya, será la compañera de mi vida de pocta y de soldado. allá en la noche, cuando ruja airado el lendabal en torno a mi bandera, con el escudo que tu fe me diera.
tendré mi corazón fortificado.
Porque ella simboliza tu cariño templo ante cujo altar, hecho de armiño, mi amor ba colocado un incensario, ese emblema de dicha verdadera es el mejor escudo que quisiera para mi corazón que es tu santuario.
COM!
San José, Costa Rica, 1930. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica