REPERTORIO AMERICANO 197 Plenilunio Esclavitud amo la pobre piedra exánime de alma silenciosa y compleja, el espiritu pnsilánime del hombre oveja.
La gota minima quo horada la roca, y el hermetismo de la boca que no me sabe decir nada.
Sé la virtud retributiva del Bien y el Mal: somos una ofrenda votiva puesta en el Ara universal.
Nuestro derecho a discutir las teorias de la Vida, lo aloga el deber de vivir la Vida.
Entra un claro de luna por la ventana abierta al jardin florecido de rosas, y a la incierta claridad de la noche, mi alma suela despierta.
Amable claridad que vierte el plenilunio, en la beatitud de esta noche de junio, que nos habla de amor y ahuyenta el infortunio!
En la noche callada, propicia a las nupciales fiestas, finge la luna, tras los turbios cristales de los balcones, blancas siluetas espectrales.
Hay en el cielo un jubilo de estrellas luminosas ópalos que tuvieran aguns maravillosas. que derraman su luz sobre todas las cosas.
Turba la honda quietud de la noche un pinno donde solloza el alma de Chopin, y el lejano eco despierta en mí no sé qué anhelo arcano!
Los desheredados del Cielo: renunciad a todo consuelo!
Los aislados, los afligidos: rehuid ser favorecidos!
Si estáis sedientos, padecer con estoicismo vuestra sed!
No empeñéis vuestra libertad cambio de una caridad!
Los pobres de toda indigencia, oid la voz de la experiencia: nada os dará tan malos ratos como el temor de ser ingratos. Sabéis de alguma esclavitud como la de la gratitud?
Riqueza Tal ha de ser de generosa nuestra ascensión espiritual!
Sequemos la atávica rosa del Mal. Vamos Poema de esperanza Hacia el País de la Quimera emprendo un viaje de esperanza.
Yo llevo en mí la primavera toda florida de esperanza!
Crepúsculo en otoño Hay en la contagiosa tristeza de esta tarde. hora crepuscular, yo no sé qué de ambiguo, sutil y misterioso. Mientras cae la tarde, mi alma, la romántica, sueña. suein.
El ambiguo resplandor del crepúsculo vierte en todas las COSAS del paisaje de otoño una melancolia que se adentra en las almas, y en las frondas ruinosas el viento tiene un triste acento de elegia.
Paz. Quietud. Un silencio sonoro! La discreta penumbra del ocaso va borrando el paisaje igual que en esfumino. Tengo un ansia Si compadecéis ini pobreza, sabe que estáis equivocados!
En cuanto amanece, pregunto a mi corazón, por lo bajo: a ver, querido mío: qué quieres hoy que suprimamos?
Se ngota el oro del Ensueño y es fuerza ahorrar nuestro salario. mi corazón, que fué siempre todo sacrificio apto. Saber carecer es ser rico, y en toda vida siempre hay algo superfluo.
Y, comprensivamente, sonreímos, y nos miranios.
Toda florida. El alına mía es un jardin! Los ruiseñores riman su dulce melodia en anis rosales interiores.
Sinceridad secreta la dulzura de su cántico exalta mi ansia de idealismo, mientras mi espiritu romántico sonríe pleno de optimismo.
Toda florida está mi alma.
Toda florida. Se dijera que en la floresta de mi alma se eternizó la primavera!
de sentir en mi alma el alma del paisnje!
Hermetismo ya lo véis: pacientemente mi huerto lírico cultivo.
Yo llevaré sobre la frente el bíblico ramo de olivo. seré en mi cantar eterno cual Ir cigarra que, inocente, sin ncordarse del invierno vive cantando alegremente.
En casa todos vamos a morir de silencio. Yo señalo el fenómeno pero me diferencia apenas del conjunto. Tengo que ser lo mismo!
Dijerase que estamos enfermos de idiotismo o que constituímos una familia muda: de tal sue: en sí propio uno se encuda.
Como de nuestros oros nos sentimos araros, de nosotros las gentes piensan: Son entes raros, o egoístas, o sabe Dios que. Tal vez dirin que sólo nos preocupa la conquista del pan. yo en medio de todos, Señor, con mi lirismo!
Cuin se ngobia mi espíritu de vivir en sí mismo ver siempre estos rostros pensativos y huraños! asi pasan los dias, los meses y los años!
Quizás pensaréis que soy rara: raro es todo aquel que es sincero; mas. qué queréis? Amo al ególatra que os cuenta a gritos sus defectos, con inpudor mucho inás noble que la moral de los modestos que, a fuer de no hablar de sí mismos, muerden los frutos del ajeno cercado.
Diréis que soy rara.
No importa: he dicho lo que siento; y si asordáis vuestros oitos, y si me desdeñáis por eso, desde la cuinbre donde os hablo me oirán la tierra, el sol, el viento. si el Destino en mi camino vierte la hiel de la asechanza, en lus zarzales del camino abrirá rosas mi esperanza!
Mari. Pepa Nostalgia Amo la placidez de mi contemplativa vida campestre, tan llena de encantadoras ingenuidades, y mis horas soñadoras de artista y de mujer, dos veces sensitiva.
Es un divino amor este amor que mi alma siente por estas cosas que le son familiares, y una piadosa unción la que inspira esta calma.
tan sedante y tan honda, de mis viejos lugares. Su vida estaba «en gris mayoru: tenin une nuiformidad desesperante!
Un vago tinte de melancolin de tedio velaba su semblante.
Mari Pepa, la humilde vendedora de viandas, Mari Pepa, la candida viejecita gallega: Salud! Toma descanso. Ya no eres joven, andas demasiado a tus años. Salud! Después agrega con voz que es como un rezo: Que Dics sea contigo!
Yo hablo de su tierra; ella, do religión. me mira con lástima cuando la contradigo y ruega a Dios, con toda le, por mi salvación.
Entonces no sé qué de extrahumano fulgura en sus ojos! Dijérase qite irradia su figura grotesca, en una como luz de revelación. yo, al verla feliz con su teologia, comparo su alma extática con in inquieta alma mia.
una angustia in lecible roe mi corazóu!
Por vanidail o por filosofía era enigmática y desconcertante; y aunque, indudablemente, la ironia fué su modalidad predominante, para definir su psicologia nadie la ha conocido lo bastante.
Algunos lo recuerdan todavin; mucho se hizo admirar; pero, no obstante, por triste y áspera re mantenía del cariño y del odio equidistante.
Pero a veces yo siento nostalgias fugitivas de no poder gozar de otras perspectivas: algo que nunca he visto, pero que yo adivino. este dolor de que mi alma, tan compleja y tan sencilla, tan infantil y tan viejn, vegete en in estrecho ambiente pueblerino. Este documento propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica