Repertorio Americano SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA Tomo XX San José, Costa Rica 1930 Sábado de Enero Núm. Año XI. No, 473 SUMARIO Pedro Emilio Coll Años de aprendizaje de Bolivar.
Tablero (1930. Gleba Divagando sobre poética Las Bodas de Plata de Manuel Ugarte Estampa lirica.
Poesias.
Extractos del Chilam Balam de Chumayel.
Testimonios Juan del Camino Dar Jimenes Antonio Meilis Balio Bolivar y Marti Enrique Macaya Lahmann Max Jiménez César Arroyo Años de aprendizaje de Simón Bolívar En la Federación Universitacita galanteo a algún conciria Hispanoamericana. Me liábulo revolucionario, porque encuentro muy a mi sabor entre Del precioso libro La escondida senda. Madrid. 1927 bajo la aparente modorra, fervosotros, estudiantes hispanoamementaban las pasiones, y los suericanos, con mi acento criollo y nos republicanos. Asi es Caracas.
con mis ideas criollas, mas no poco Si nos atenemos también a las cohibido por vuestra lozana juvenimpresiones del conde de Segur, tud. Escuchad, pues, mis cansadas aquel valle tropical, para términos palabras como de quien tiene la del siglo xvili, seria un rincón de!
impertinencia, tan frecuente en los paraiso, a no ser, según asevera, cabellos grises, para no llamarme por los monjes inquisitoriales, los de una vez viejo, de volverse hacia alguaciles feroces, los empleados sus hermanos menores para rede la ávida intendencia y, añade, cordarles una lección que no supo por algunas fieras que rugían en aprender y aprovechar a vuestra los suburbios, escapadas de los edad.
bosques vecinos, pensando tal vez, Acogido con benevolencia en esta como buen viajero francés y hazacasa de estudios y de cordial comnoso, que el cuadro careceria de pañerismo, vengo a conversar un colorido sin esos detalles esperato con vosotros acerca de los luznantes.
Años de aprendizaje de Simón BoEn ese ambiente, en la casona lívar, para deducir de ellos, si es solariega de sus abuelos vascos, posible, un método de direcciones frontera al convento de San Jaespirituales en el esfuerzo que hacinto, nació Simón Bolivar en Sanbéis de realizar en el porvenir, tiago de León de Caracas el año porque no ha de ser la América de 1783, cuando ya declinaba el indo española únicamente motivo de reinado de Carlos III el glorioso crónicas y novelas piutorescaso y se aproximabanı días funestos atractivo de codicias capitalistas.
para nuestra España.
Me he de referir sólo a la época permitidme hacer, de paso, una juvenil de Bolívar, antes de su observación. Los viajeros de antaportentosa empresa de emancipaño, como Depons y Felipe de Seción, que requiere la energia sugur, solian ver nuestras incipienprema del genio; me referiré espetes poblaciones con menos desden cialmente a los dias de su vivir simon Rodriguei, y más hospitalaria comprensión que inquieto, que pudieran compararse maestro prédilecto del Libertador muchos europeos y «europeizados»
a los de cualquier mocedad apade hoy, acaso porque la visión de sionada y de vehemente inteligencia, aquéllos buscaba más la raturaleza esta plática como una simple :coo. con la suavidad romántica de las aunque el final de esa etapa augura desnuda que la obra de los homya el hombre extraordinario que va peración de simpatia por la Fede. cosas qae van a desaparecer.
bres. Roasseau habia puesto de ración Universitaria Hispano Ame: a ser el futuro Libertador.
Cenido de montañas, el caserio moda, por decirlo asi, el culto de El tránsito de Simón Bolívar por ricana, protegida por la noble fun. dormia la siesta colonial, estreme.
las tres grandes ciudades latinas dadora de nuestra civilización en la naturaleza, la sensibilidad proél Nuevo Mundo, cida por las cornetas. ę iloś cuarque son Madrid, Paris. y Roma, pensa a complacerse más en el teles y las campanas de las igle paisaje natural que en la ciudad tema de esta lectura, es. a mi en Primera estación sentimen. sias. Se extendia el silencio sobre. edificada, como ahora la comprentender, el tránsito por tres esta. tal. Cuando el francés Depons. ļos techos. de tejavana y las casas. demos. Es, en verdad, delcitoso cl ciones sentimentales, en su camino muy a comienzos del siglo xix, de una sola planta, construidas coir: panorama del valle caraqueño, y de perfección. Asi es un triptico visito Caracas, calificó de «grande; la propia tierra bermėja del valle, debió de serto más aún cuando el ideológico el que me propongo es. viller a la capital de la pobre, y. donde yacia sepultada la tribu in. arbolado de corrales y aledaños y bozaros, no obstante que pienso. antigua Capitania General de Ve digena, que parecía haber. ofreri. el cristal de los tios, eran la única ahora, pero tarde para arrepentirme, inezuela. No era, ni con mucho; dado la cal. de. sus hụesos para: hermosura de la comarca. La furia que, además de conocer aquellos Caracas una gran ciudad, tal como. blanquear. los: corredores de los misantrópica de Juan Jacobo exalepisodios históricos, habréis resuelto la miraron los ojos del generoso. patios, perfumados por el näranjo taba además las costumbres priel fundamental problema de ajustar viajero, dispuestos a aumentar las y, la, cosa. Envuelto. co su. capa, mitivas, que entonces predominaban la conducta al pensamiento y de. proporciones. Era apenas uria grao. más para ocultar el rostro que. entre nosotros. No llegó a afirmar encaminar la voluntad hacia altos aldea o, si se quiere, un pueblo para precaverse de la neblina noc el filósofo ginebrino, en su hipo.
o superiores fines.
grande, del que aún quedan algunos turna. guiado por el candil del condria y despego de las pulidas Considere, pues, vuestra bondad. vestigios, que el tiempo adorna esclavo, acudía el señor a alguna cortesanias, que los caribes de. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica