José Carlos Mariátegui

REPERTORIO AMERICANO 345 a André Gide En uno de sus en El principe de los escritores franceses cia radiante elemensayos, que para mí tos que componen su constituyen un altísiAndré Gide, 1869 1929 genio hacen de Gimo placer intelectual, de el escritor más André Gide contesta a la pregunta «Cua De ANC. Madrid.
grande de la Francia de hoy, y preserles son las diez mejores novelas francevarán su obra del olvido y de quedar sas. y ofrece la palma a La Chartreuse démodee.
de Parme.
En el ensayo que mencionamos al Esa predilección de Guide por Stenprincipio de este artículo, Gide reprocha dhal ya bastaría para que yo le recoa dlanon Lescaut que sólo apela a los nociera buen gusto literario, aunque no sentimientos, más no al intelecto. Nadie hubiera leído nada más de él. Ciertapodría hacer tal reproche al propio Gide, mente, coloco la totalidad de la obra y eso es una de las garantías de que su de Balzac por encima de la de Stendhal; obra ará. Más fá te olvemos a pero aisladamente ninguna novela del leer Adolphe que René; Dominique que primero puede medirse con la Cartuja Le Calvaire.
o con Le Rouge et le Noir. Dicho. sea aparte, Gide es injusto para con Balzac, colocándolo debajo de Dostoievsky; yo Repetimos que sería equivocado ver comparto la admiración que siente por en André Gide un realista, un pintor objeel autor de las llusiones perdidas, el conde tivo e impersonal del mundo externo. Su de Keyserling, que lo compara un principal fuerza consiste, por el contrario, Continente, al lado del cual la mayoría en el análisis infatigable de su yo; la forma de los novelistas no son sino insectos. de diario es la forma original de toda Jobilla su obra, y se repite sin cesar en confesiones, cartas, autobiografías, relatos de André Gide ofrece la palma a Stenviajes. En este sentido es uno de los dhal, e indica así su filiación directa.
escritores más subjetivos; pero difiere Gide ha heredado la inteligencia cristade éstos por su ausencia de lirismos y lina de Stendhal, su egotismo (no egoísmo. su estilo clásicamente claro, el anáasí la película (y más aún la película la objetividad severa frente a sí mismo.
sonora. ha de relevar la novela de la El predominio de la inteligencia y la lisis seguro de las almas, y, como Stendhal Gide saca casi toda su obra del estudio descripción exacta y del dialogo tomado preocupación constante de la claridad penetrante de su yo. El estilo de Gide taquigráficamente. Gide estima que la del estilo son rasgos característicos de novela debe abandonar el realismo a la los escritores típicamente franceses. Franno es musical ni pintoresco, sino ante todo claro, como cés auténtico, francés por los cuatro un dibujo bueno, o película y elevarse en las regiones más altas de la fantasía.
costados, es también André Gide; pero como un arma alzada bajo la luz del Tampoco es un realista Stendhal, a un francés que ha sabido romper las sol, para servirnos de una frase de Mussopesar de su estilo sencillísimo, despro barreras que limitan generalmente la No hay en la prosa de Gide ni una visto de arte y los detalles que a menucomprensión de sus compatriotas ante sola palabra que no cubra con la mayor do constituyen el principal encanto de las literaturas extranjeras. Goethe, Nietzsu obra. Pero tampoco entra en el grusche, Ibsen y Dostoievsky han ejercido precisión lo que quiere expresar, y si no fuese por los asuntos, sus obras serían po de los románticos, contemporáneos honda influencia, sobre la formación do ya clásicas, en el sentido de servir de suyos. Es algo aparte: por su estilo con su mentalidad, su concepto estético y el tinúa la tradición del siglo XVIII; su senético. Gide es entre los franceses de nuestexto en las clases, y precisamente esa sibilidad lo llevaría hacia el romanti tros días aquél que más decididamente la objetividad (Sachlichkeit)que un ritmo interior defiende contra la sequedades cismo; pero su inteligencia superior lo penetrado sin abandonar la base nacional salva de lo efímero de una escuela lite on la atmósfera que será la de la fulo que coloca a Gide en el ambiente general de nuestra época antilírica y neoraria determinada. Aproximadamente, lo tura Europa, no en el sentido político, clásica. Véase a Strawinsky en la múmismo puede decirse de André Gide como luchador en la arena, sino como sica y a Picasso en la pintura. uno de los poquísimos escritores de nues profeta que despierta las almas, y es el tra época que serán leídos (y mañana conductor espiritual de una minoría seprobablemente más que hoy) dentro de lecta.
Esa objetividad a lo Stendhal no medio siglo. La solidez diamantina de He aquí trazadas rápida munte, quizá significa realismo minucioso, sino que, su estilo, clásico en el sentido más no sin ilación, algunas impresiones que meal contrario, permite fantasía y hasta ble de la palabra; lo penetrante de su psi sugiere el recuerdo de la lectura de sus capricho. Gide creo que, como la foto cología, su vastísima cultura, su inteligen obras, cuando el príncipe de los escrigrafía libertó la pintura de la preocutores franceses entra en el séptimo depación de ciertos detalles minuciosos, Andres Revesz cenio de su vida.
lini.
Ese fué Mariátegui en el Perú de Legia. José Carlos Mariátegui, hombre doloroso y puro, cuerpo a gostado y corazón caudaloso, frente de diamante y voluntad de diamante, intelectual que dijere de los otros misteriosamente como el radiura de los demás metales. Qué fervor de justicia, do armonía y de luz. Qué vocación do sacrificio. Cómo podían dejarlo? Lo quitaron la patria. Seis años, como un siglo, caminó por tierras forasteras con dias de indigencia y noches de padecimiento, sin más sostén que el estudio y la esperanza. volvió con su esperanza insumergible, con su testarudez macabea, con su temeridad sin mella, el arquero cuyas flechas, como la del soldado que dejó José Carlos Mariátegui, alma estremetuerto al Macedonio, llevaban escrito su cida como una bandera, vida de amor, nombre.
do miseria y de esplendor, hombre de Pero la muerte llega un día y le lleva hierro y de lágrimas. Hombre? veces una pierna. la indigencia se queda pareció me eso que una oferta.
en su casa de ama de llaves. la poliLuis Franco cía del honorable rufián oficial (no hay crueldad que hiera peor que la del co Mariátegui, el hombre de la barde. se emperra aún contra el invá atalaya. La vocación de escritor delido encallado en su sillón. Inútil. Lo termina siempre un viaje filosófico o dejan solo? Inútil. La soledad es su co poético a través de la vida. Nadie tan raza. No abdicará ese corazón tripulado peregrino como el escritor. Según las de porvenir que remonta todos los cora épocas literarias, la peregrinación se dizones libres; no abdicará esa pluma más rige a un santuario o a otro. Hay en recta que todas las espadas, más fecun las diversas épocas grandes Santiagos da que los arados. cae, al fin, como de Compostela adonde los peregrinos bueno.
que digo se dirigen con sus ofrendas y Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica