REPERTORIO AMERICANO 211 tón y se ha puesto en camino hacia la puñado de inonedas de plata. De su boca niendo sus labios a par del oído de la era próxima del pueblo.
no sale ni la más leve palabra de cólera. anciana, le dice unas palabras.
La estupefacción es profunda en todos. Oh, qué locura. Pobre, pobre señor!
La noche es clara, límpida, diáfana; De un monstruo se ha trocado en un. exclama la vieja.
brillan como las moneditas de oro an. niño el viejo señor. Su mujer, los hijos, Poco a poco la noticia se ha ido dites las estrellitas en el cielo. Todo estin alarmados; no pueden imaginar tal fundiendo por toda la casa. Si; el señor está sosegado: el silencio es grato, pro cambio; algo grave debe de ocurrirle al está loco; padece una singular locura; fundo. El anciano va caminando solo, viejo; durante su paseo, por la noche, a todos mueven a un lado y otro la canerviosamente, vibrando do cólera. Da la era, al establo, algo ha debido de ocu beza tristemente, compasivamente, cuanfuertes golpazos con el cayado en el rrirle. Esta mansedumbre de ahora es do hablan del anciano. Tres reyes y un suelo. La silueta del establo, ante la blan acaso más terrible que las cóleras de an wiño en un establo. Pobre señor!
cura de la era, se percibe a lo lejos, so tes; acaso pueda ser nuncio este abati el viejo de la larga barba, sin imbre el cielo de un azul oscuro. Ya va miento de algún grave mal. Todos miran, paciências, sin irritación, sin cóleras, va llegando el anciano a las paredillas rui observan, examinan al anciano en silen viendo, en profundo sosiego, cómo pasan nosas. La puerta está cerrada. La mano cio, recelosos, inquietos. No se deciden los días. la mansedumbre se junta en izquierda del viejo pasa y repasa por la a interrogarle; el se obstina en su mu su persona la liberalidad. Da de su diluenga barba. No quiere el viejo pene tismo. la mujer, al cabo, dulcemente, nero a los pobres, a los necesitados; tiene trar de pronto por la puerta. Se detiene con precauciones, interroga al anciano. para todos palabras dulces, exorables. un momento, y luego, despacito, se va El coloquio es largo, prolijo; el viejo no todos en la casa, asombrados, recelosos, acercando a la ventanita que da a la accede a revelar su secreto. Junto al oído entristecidos. sí, entristecidos. le miera. Se ve dentro un vivo resplandor. El de la mujer ha puesto, para hablar, para ran con mirada larga y piadosa. El seanciano va aplicar su cara a la ventana. hacer la revelación suprema, sus labios. ñor se la vuelto loco; no puede ser de Ya sus ojuelos vivarachos están cerca El asombro se pinta en la cara de la otra manera. Tres reyes en un establo!
del angosto hueco. La mirada del anesposa.
La mujer, inquieta, va a buscar a un ciano penetra en lo interior. Y, de re ¡Tres reyes y un niño. exclama sin famoso doctor. Este doctor es un hompente, el viejo lanza un grito, un grito poder contenerse.
bre muy sabio; conoce las propiedades que se esfuerza, un segundo después, por reprimir. La sorpresa ha paralizado los el anciano le indica que calle, pode los simples, de las piedras y de las plantas. Cuando ha entrado el doctor en movimientos del anciano. la sorpresa niéndose el índice de través en la boca.
la casa le han conducido a presencia sucede la admiración; a la admiración, Sí, sí; la mujer callará. Callará, pero pendel viejo; ha dejado éste hacer al doctor; la estupefacción profunda. Todo el cuersará siempre lo que está pensando ahora.
No sabe la buena señora qué es peor, si parecía un niño, un niño dócil y débil.
po del anciano está clavado junto a la El doctor le ha ido examinando; le inpared con sólida inmovilidad. La respilo de ante. las cóleras de antes. ración del viejo es anhelosa. Jamás ha esta locura, sí, locura, de ahora. Tres tumbres, sobre su alimentación, El anterrogaba sobre su vida, sobre sus cosvisto el viejo lo que ha visto ahora; esto reyes en el establo y un niño! Evidenciano sonreía con dulzura. cuando lo que el anciano contempla no lo han contemente; durante su paseo nocturno debió ha revelado su secreto al doctor, después templado, sin duda, nunca ojos humanos.
de ocurrirle algo al anciano. Poco a poco de un prolijo interrogatorio, el doctor No se aparta la mirada del viejo de lo se difunde por la casa la noticia de que ha movido la cabeza, asintiendo, como interior del establo. Pasan los minutos, la mujer del anciano conoce el secreto se asiente, de éste; preguntan los hijos a la madre; despropósitos de un loco.
pasan las horas insensiblemente. El espara 110 desazonarlo, a los pectáculo es naravilloso, sorprendente.
la madre se resiste hablar; al cabo pe Sí, sí decía el doctor. Sí, sí; es ¿Cuánto tiempo ha pasado ya. Cómo gardo la boca al oído de la hija, revela posible. Si, si; tres reyes y un niño en medir el tiempo ante tan peregrino esel secreto del padre. la exclamación un establo.
pectáculo? Tiene la sensación el anciano no se hace esperar. otra vez tornaba a mover la cabeza.
de que han pasado muchas horas, mu. Qué locura. Pobre! cuando se ha despedido, en el zaguán, chos días, muchos años. El tiempo 10 La servidumbre se entera de que los a la mujer del anciano, que le interroes nada al lado de esta maravilla, única hijos conocen la causa del mutismo del gaba ansiosamente, ha dicho: en la tierra.
señor; no se atreven, por el pronto, a Locura pacífica, sí; una locura painterrogar a los hijos; al cabo, una sir cífica. Nada de peligro; ningún cuidado.
Regresaba lentamente, absorto, medita vienta anciana, que lleva en la casa treinta Loco, sí, pero pacífico. Ningún régimen tivo, el viejo a su casa de la ciudad. Han años, pregunta a la hija. la hija, po especial. Esperemos.
tardado en abrirle la puerta, y él no ha dicho nada. Dentro de la casa, uma criada Azorin: ha dejado caer la vela cuando iba alumbrándole, y él no ha tenido ni la más leve palabra de reproche. Con la cabeza baja, reconcentrado, iba andando por los corredores como un fantasma. Su mujer, SAN JOSÉ, COSTA RICA que le ha recibido en una sala, al hacer AGENTES REPRESENTANTES DE CASAS EXTRANJERAS un movimiento brusco, ha derribado un mueble; han caído al suelo unas figuritas Cajas Registradoras National y se han roto. El anciano no ha dicho The National Cash Register Co.
nada. La sorpresa ha paralizado a la csposa del caballero. La sorpresa, el asoinMáquinas de Contabilidad Burroughs bro ante la insólita mansedumbre del Burroughs Adding Machine Co.
viejo ha sobrecogido a todos. El anciano, Máquinas de Escribir Royal encerrado en un profundo mutismo, se ha sentado un sillón. Sentado, ha dejado Royal Typewriter Co. Inc.
caer la cabeza sobre el pecho, ha estado Muebles de Acero y Equipo para Oficinas meditando un largo rato. Lo han llamado Globe Wernicke Co.
después, como se llama a un durmiento. y él, con mansedumbre, con bondad, Implementos de Goma dócilmente, cual un niño, se ha dejado United States Rubber Co.
llevar hasta la caina y ha consentido que Maquinaria en General lo fueran desnudando. a la mañana James Montley, New York siguiente, el viejo ha continuado siler. JOHN KEITH RAMÓN RAMÍREZ cioso, absorto; a unos pobres que han llamado a la puerta les ha entregado un JOHN KEITH Co. Inc. Socio Gerente Socio Gerente Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica