REPERTORIO AMERICANO 43 salta la frontera de Hendaya, esa fronte agudez del espíritu vuelve a extraviarse del instinto, el que hunde en los antros det ra que le señala cada día el límite de su espe entre Miguelitos y Miguelones y salta como Pelión a los Briareos pasionales; y el que, ranza, su esperanza que señala el grito de una flor una maldición.
dueño de sus cuatro animales, los enfrena libertad de España. ya está en Salaman ¡Es el destierro que no lo deja emprender y los unce, para cruzar el mundo, como ca el profesor revolucionario, y ya atravie trabajo alguno porque no sabe «si podrá Faetón el cielo, con la antorcha en la mano sa toda su España perdiéndose de emoción, acabarlo en paz. muerto en angustia cons de la luz increada, regando, como simientes y está sobre la frente de sus hijos, de la tante, por esa dictadura del diablo y de vivas sobre la tierra oscura, un reguero de inadre de sus hijos, mi misma madre, Primo, que le hunde a su España.
chispas que deben florecer enseguida en un como él tan tiernamente lo dice y grita y Pero si no fuera por ese maldito destie reguero de virtudes. El verdadero hombre se rompe y se deshace, invocando a Cer rro que sanala la frontera de Francia, yo. es el hombre de deber: el deber que consiste vantes, y apostrofando como a un perro a creo que la figura del santo don Miguel en hallar la propia dicha sobre los cinrientos Primo de Rivera, mientras se ungüenta el de Unamuno no sería tan completa y tan de la ajena; el deber que es el llevar cada pecho con las avemarías.
grande.
uno su hombro personal a la tarea colectiva; surge Cristo para llevárselo de la Blanca Luz Brum que es el altruismo triunfando sobre el mano. Pobre don Miguel. Grandísimo don egoisto; que es el pan arrancado de nuestra Miguel Busca el camino con jugo de la propia boca, para calmar miserias y adorraza» y cuando ya perfila la luz en la (Renovación. Buenos Aires)
mecer dolores; que es nuestra misma sangre puesta en vez de agua sobre las quemaduras de la humanidad; que es el procurar que se ensanche nuestro yo individual en el Yo José Martí universal, como se ensanchan los esteros abriendo sus orillas a medida que se acercan al mar. El hombre verdadero, que es hombre (Concluye. Véase la entrega anterior)
de deber, es, por eso mismo, hombre de amor. eso fué Martí: hombre de amor. eso Ya véis cómo Marti pudo muy bien ser viéndolo todo y amparándolo todo, contra pudo ser para nosotros: un niaestro de amor.
el maestro. Porque sobre el Marti poeta, el halago del deseo, contra el soborno de eso pudo conseguir en nosotros: hacernos sobre el Marti sabio, sobre el Marti elo la concupiscencia y hasta contra el temor los hombres del debes y el amor: voluntades cuente, estaba el Marti bianco, purificado de ser crucificado, la soberania del carácter, estoicas que echen sus carnes en sus propias de pasiones; y, sobre el Marti blanco, otro erguida como los pararrayos sobre las cú piras, para quemar instintos, para fundir Marti más henchido de virtualidades: el Martí pulas de la conciencia.
pasiones, para incinerar intereses, y para fuerte. Y, al hablaros de fuerza, no me relograr que surjan de nuestras almas acrisofiero a la brutal que esclaviza, sino, por el contrario, a la que rompe cadenas: las de ladas, almas purificadas por el fuego, como Ese maestro que de tal modo entendia la las tiranías en los pueblos, y las de los enseñanza, sabia como nadie que el práctico surgen del horno los auriferos granos cuando, apetitos, ilusiones y fanatismos en los hom objetivo de esa enseganza es el deber.
al influjo de las llamasi se van desprendiendo bres. Era el Marti diamante, con facetas inEl deber no consiste en ir poniendo nueslas escorias.
nimeras, preñadas cada una de luz, y que, tros pies sobre las huellas que nos deja El mal de que padecen muchos de nuestros lo mismo que el diamante, era blanco, era marcadas un canon religioso o legal, sino pueblos incipientes proviene de que no se fulgente, cra bello, era compacto; y que, en aplicar nuestros actos a la tarea especial han creado bastantes hombres de deber. El lo mismo que el diamante, cuando llegaba que a nuestras fuerzas corresponde en la interés es nuestro guia, el apetito miestro el instante de cortar, también afilaba sus obra colectiva humana, de modo que, aun a estímulo, la adquisición de un cargo público aristas para cortar con ellas.
despecho de nuestros gustos divergentes, y nuestro ideal. Por eso, para muchas de nuesaun. con el sacrificio de nuestro sentir par. tras jóvenes repúblicas, la politica no es la ticular, podamos ser los albañiles perfectos ciencia del engrandecimiento colectivo, sino Pues ese muestro nato, que llevaba con en la labor arquitectónica de la humanidad. la del concupiscente brujulea de niestro sigo la semilla que educa y el brazo del eso es precisamente lo que a un maestro logro personal, la de saber adherirse al educador, comprendia también como ninguno corresponde: fabricar albañiles que suelten caudillo que más prebendas nos proineta y el verdadero alcance y el único objetivo de el bocado cuando la fica los demanda, que sea al misino tiempo de más probable triunfos.
la educación. El pedagogo enseña al hombre; abandonen el lecho cuando el reloj los llama, Por eso, en el fracaso de nuestras vacilantes el educador lo crea. La educación no es el que doblen el mantel cuando el andamio democracias, vivimus pidiendo leyes nuevas gangoso repetir de lecciones, eso que llega los está esperando. El verdadero hombre y hombres nuevos, sin comprender que miena dar licenciaturas, pero lo que nunca da. habla Martino mira de qué lado vive mejor, tras no limpiemos las fuentes iniciales, con es sabiduría. La pedagogia cuenta al ciego sino de qué lado está el deber; y ese es el cada ley nueva nos llega el mismo líquido cuántos son los colores; la educación le da verdadero hombre, el único hombre práctico, en un distinto vaso; y que si 10 normamos los ojos para que él los descubra. El maes cuyo sueño de hoy será ley de mañana; nuestra búsqueda en la pureza del ideal, en tro no es el ensenador, sino el despertador. porque el que haya puesto los ojos en las cada hombre nuevo nos llegará el nismo El discipulo ya no es el sonámbulo que re entrañas universales y visto hervir los puehombre, como con cada gota de um revuelto pite, sino el sér que con los ojos abiertos blos, llameantes y ensangrentados, en la rio llega la misma suciedad. No hemos poidentifica su conciencia con la conciencia artesa de los siglos, sabe que el porvenir, dido darnos cuenta de que las leyes para de la naturaleza; que no vive de fórmulas sin una sola excepción, está del lado del los pueblos sin virtud son como sinicutes sino de vida, y que ya sabe que todo maes deber. Cuatro palabras son bastantes para regadas sobre terrenos. sin abono: o quedan tro de verdad dirá como el Jalius de Villiers medir la longitud espiritual de un sér y para sin aplicación, y se secan, o se fermentan de Isle Adam: No instruyo: despierto. Marti perfilar los contornos de un carácter. Pues en una mala aplicación, y se pudren.
se expresó asi. No esa educación mera en esas cuatro palabras de Martí está todo aquí se oye la voz de vuestro excelso mente formal, de escasas letras, números Marti: el colosal adepto cuya mano era basmártir. Sólo las virtudes producen en los digitos y contornos de tierras, que se da en tante para indicar el rumbo a las naciones; pueblos un bienestar constante y serio. escuelas demasiado celebradas y en verdad y que, si no fué, en su momento, el pastor ese obsesionante deber alcauza para estériles, sino aquella otra. más sana y fe de almas de América, porque en aquel mo Marti hasta la esfera azul del Arte. Las cunda, no intentada apenas por los tiombres, mento no cumplía serlo, tuvo en su espíritu lágrimas versificadas sólo sirven para enjoque revela a éstos los secretos de sus pa gigante, para abrir esas tumbas en que yacen yar romanticismos cursis en las Ofelias de siones, los elementos de sus males. Con muertas las virtudes de nuestros pobres quince años. Los métricos desplantes de los eso, quiere referirse el maestro a. aquella pueblos, la magia divina del «levántate y gimnastas del verso y los clownismos, reeducación que hace de cada instinto una anda. y la trompeta de Vicente Ferrer que buscados sobre trapecios de palabras, son conciencia; de los simples registros del re anuncia la hora de las resurrecciones sobre apenas ejercicios pueriles que a la nostre cuerdo, visiones palpitantes del presente y estos cementerios de vivos poblados de se fastidian a los mismos ejercitadores. Oidle: previsiones vividas de lo porvenir; de aquella pulcros humanos. Él sabia que el verdadero «Las palabras deshonran cuando no llevan educación que en la desgobernada nave hombre no es la piedra que yace, ni la planta detrás un corazón limpio y entero. He ahí humana va tendiendo poco a poco las velas que crece, ni el animal que come y anda, toda una estética! Es la Belleza que, llegando y consigue que nazca la sabiduria del timón: ni la bestia humana, que es piedra cuando a la cumbre del Triángulo de la espiritualidad, aquella que hace de nuestra carne un mármol, yace, planta cuando crece, animal cuando unificase con la Verdad y el Bien, los otros de nuestro mármol una estatua, de nuestra anda y come. y bestia humana cuando afila dos lados de ese Triángulo, como tres llamas estatua un hombre, y del hombre que apenas puñales, cuando escarba placeres, cuando que, subiendo por distintos caminos, al llegar vive y crece, un plantio de ideas, un alma concentra su dinámica fuerza tan sólo en la a la cúspide se abrazan y cofunden en una cén de voluntades y un colmenar de sen piqueta que horadando las venas de la tierra sola y divina llamarada.
timientos. Aquella que, tras de hacer que busca corpúsculos de oro. El verdadero Porque la palabra es un fragmento de broten en nosotros las varias facultades hu hombre es el dueño y señor de todo eso: alma encarnada en un fragmento de voz.
manas, las unifica y las compacta, logrando el que sacude el sueño de la piedra, el que En las palabras que sólo soli sonidos pasa que sobre el pensamiento, que sobre la vo a viva el crecimiento del árbol, el que lima lo mismo que en los cuerpos que ya 110 luntad, que sobre la emoción, surja, envol las garras de la bestia, el que doma la fiera tienen alma: se corrompen. Si el alma es Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica