organizaba una expedición, cuvaba 500 asnos para la REPERTORIO AMERICANO ¡Grandes voces si que hubo. cantáronle, cuando le enterraron, un Requiem soberbio. Lo ignorabas. y ahora lo sabes, pero yo sé también, pecadora compasiva, porque a veces Siente unas lástimas, hay compasiones traidoras, pero que lástimas. que si ei sediento volviese tan extrañas y hondas ternuras. implorar misericordia, ipero que extrañas!
su sed de nuevo apagaras, samaritana piadosa.
Llora a mares por ellos, les viste la mortaja y les hace las honras.
No volverá, te lo juro; Después de que los mata.
desde que una fuente enlodan con su pico esas aves de paso, se van a beber a otra.
Dicen que no hablan las plantas, ni las fuentes, ni los pájaros, ni el onda con sus rumores, ni con su brillo los astros; lo dicen, pero no es cierto, pues siempre cuando yo paso Sintiéndose acabar con el estio de mi murmuran y exclaman. Ahi va la loca, soñando la desahuciada enferma, con la eterna primavera de la vida y de los campos. imoriré en el otono!
y ya bien pronto, bien pronto, tendrá los cabellos canos, pensó entre melancólica y contenta, y ve temblando, aterida, que cubre la escarcha el prado.
y sentiré rodar sobre mi tumba. Hay canas en mi cabeza; hay en los prados escarcha; las hojas también muertas.
mas yo prosigo soñando, pobre, incurable sonámbula, Mas. ni aun la muerte complacerla quiso, con la eterna primavera de la vida que se apaga cruel también con ella: y la perenne frescura de los campos y las almas, perdonóle la vida en el invierno, aunque los unos se agostan y aunque las otras se abrasan.
y cuando todo renacia en la tierra la mató lentamente, entre los himnos Astros y fuentes y flores, no murmuréis de mis sueños; alegres de la hermosa primavera.
sin ellos, como admiraros, ni cómo vivir sin ellos?
Esto ocurrió antaño, y parece de hoy.
Son los corazones de algunas criaturas como los caminos muy transitados, donde las pisadas de los que ahora llegan, Los faraones como que también practicaron borran las pisadas de los que pasaron: su Doctrina de Monroe no será posible que dejéis en ellos, de vuestro cariño, recuerdo ni rastro.
Otro esfuerzo exterior de los faraones de las primeras dinastías era el de mantener la supremacia en Ja Nubia y la peninsula del Sinai. La Nubia, continuaCon ese orgullo de la honrada y triste ción del valle del Nilo hasta el Sudán, es un pais seco, miseria resignada a sus tormentos, sin oasis, pero rico en oro, y por esto los faraones la virgen pobre su canción entona en el misero y lóbrego aposento, pusieron siempre gran empeño en mantenerlo libre de y mientras ella suspira murmura a sus oídos otras influencias. Sin establecer alli colonias permaotra voz. No seas tonta; nentes, los primeros faraones tenian en la Nubia peentre plumas y rosas descansemos, queños fuertes. como las factorias que trataban con que hallo mejor anticipar los goces de la gloria en la tierra, y que impaciente los indios de América, para obtener este oro de los por ti aguarde el infierno; trogloditas nubios a cambio de pacotilla. Más tarde les el infierno a quien vence el que ha pecado impusieron contribuciones anuales y asi obtuvieron el con su arrepentimiento. Bien hayas tú, la que el placer apuras, oro que les sirvió después para desmoralizar la política y tu pobre y ascética mal hayas!
del Asia, cuando los faraones pusieron sus miras más la vida breve, el porvenir obscuro, allá del Valle del Nilo.
cierta la muerte, y venturosa aquella También, ya desde los primeros días del Egipto, que en vez de sueños realidades ama. los faraones trataron de dominar la península del Ella, triste, de subito suspira Sinaí. Allí se encontraban cobre y turquesas, y las insinterrumpiendo su cantar, y baña, cripciones del Valle de Uadi Magara, donde estaban frias y silenciosas, las mejores minas, cuentan la historia de la metalurgia su semblante las lágrimas, primitiva del Egipto. Hay ya relieves de la primera di¿Quién levantó tal tempestad de llanto nastía con la figura de un rey de tamaño mayor que el en aquella alma blanca y sin rencores natural que aplasta a un beduino que aceptaba serena su desdicha también otros de la tercera dinastía, y uno de Keops, con fe, esperando en los celestes dones. Quién. El perenne instigador oculto de la cuarta, el constructor de la gran pirámide. Pero los de la insidiosa duda; el monstruo informe egipcios tampoco mantuvieron guarniciones permanenque ya es la fiebre del carnal deseo, tes en el Sinaí; cuando un faraón necesitaba cobre, ya el montón de oro que al brillar corrompe, mando confiaba a un ya de amor puro la fingida imagen.
Otra vez el de siempre. Mefistófeles!
alto funcionario. Una de ellas que aunque hoy asi no se le llame, acaso carga; en otra expedición del tiempo de Ramsés IV tomaproseguirá sin nombre la batalla, ron parte 000 hombres, mandados por capataces que porque mudan los nombres, mas las cosas eran los ojos y los oídos del faraón.
eternas, ni se mudan ni se cambian.
Hoy empezamos a comprender por qué y cómo el Egipto se lanzó a la conquista del Asia. Persiguiendo más allá del itsmo a los hyksos o pastores, los faraones Sed de amores tenia, y dejaste empezaron a sentir la sed de dominio que la apagase en tu boca y de explotación de las naciones vecinas.
ipiadosa samaritana!
te encontraste sin honra. ignorando que hay labios que secan José Pijoan y que manchan cuanto tocan. Historia del Mundo. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica