REPERTORIO AMERICANO 205 árboles nunca rompen su cordón umbilical. de calle: las ciudades de Hispano América nosamente con las colas caidas y las cabezas el senor de Aretal: eran calles de una sola población para bajas. Pero hay tanta reserva de fuerzas en Cuando Franco pasa ante la habitación Franco: quiso ir a Honduras. Esos monta un perro, que aún no sabe pensar! Pronto de su nueva amiga, invariablemente se de Meses de la noble Honduras lo atraian: qui hubo de tornarse juguetón y alegre. Sucedió tiene ante la puerta, entornada casi siem zás eran como los de Antioquia. Entonces este cambio cuando llegamos a uno de esos pre, y aulla con una gentileza de can tro le pidió a la vida una pequena dádiva. Digo oasis de verdura adyacentes a la ciudad amevador; sus hermanos responden; hacinados a la vida, pero podéis leer al presupuesto ricana. Era un bosque metido en plena Urbe: en la misma amplia alcoba de la solterona, del país en que estaba. En realidad, todas un bosque partido de potrero: uno de esos tejen una alfombra complicada como las al las peticiones se hacen a un solo Dador. brazos con que el campo ciñe por doquier a fombras de Persia, evolucionando en su Ya sabéis que el presupuesto da, pero es la joven ciudad latina y que hacian exclacárcel estrecha: dan vueltas y ladran. Pron. un Señor muy formulista, que se hace es mar al munificentisimo y ultra urbano señor to Franco se refocila con ellos. Si usted perar. Después de que nuestro buen perro de Aretal, que vivia llorando con quejas de viera qué saltos, que alaridos. Uf. frecuento diez semanas los ministerios, en niño los refinamientos de civilizaciones más ¡Cómo un can trovador. Qué curiosa y tranquila espera, porque no le faltaba ni el avanzadas: que linda la frase de Aretal! Aún no he di pan ni el aguardiente ni las camisas del. Vaya! Ahora comprendo que en esta cho nada de los cantos de Franco. Si vie. Señor de Aretal, un día amaneció con la minima ciudad un hombre culto no pueda rais lo que me cuesta decir lo que tengo minima dádiva que había pedido a la vida ni leer a Platon, ansente de las librerías que que decir; es un mensaje divino; pero ten entre las manos: tenia el precio de un pa llena López Bago; ni leer a Bilitis, ausente go tan mala memoria que se me olvidaron saje para ir a la odorante Honduras. de librerías que llena Carlota Braemé; ni las palabras de mi mandatario. Soy como Entonces, y como no era generoso mar.
encontrar trajes para hombres en sastrerias esos moribundos que no aciertan a comuni char sin despedirse de sus amos, 110s invito que visten orangutanes; ni pedir a un faculcar sus visiones celestes, ni al doctor, que a comer una comida colombiana. Cuando tativo que le desocupe el vientre, turbado ríe y habla de delirios, ni a los deudos que llegamos a su cubil, Franco salió a nuestro de vino, media hora antes de concurrir al rodean su lecho, que no entienden, pero encuentro, dando volteretas, con una enorme banquete de un amigo. Ahora comprendo que se sienten conturbados. Estoy casi del cacerola entre las manos, y un fachendoso que en ella no existan ni pedicuros, ni baotro lado de la vida: hace catorce anos que delantal blanco de cocinero de Hotel italiano. nos confortables, ni siquiera un buen choempezé a morir.
Felicitaciones de Ano Nuevo en tarjetas pos colate. Pero ¡es comprensiblel una metroNo había dicho nada, todavia, de los can tales y juguetes de fabricación francesa, para poli que tiene un bosque por casquete y.
tos de Franco. Franco era un buen perro niños, os podrán dar su retrato. no habéis otro bosque por pantufios y un tercer bosgrueso que se habia tragado un jilguero. visto esos perros de gruesas narices, sobre que a cien metros de su catedral.
Cuando llegó a la ciudad, los periódicos las que montan dorados anteojos, y de blancos Llegamos a uno de estos verdes bosques anunciaron las próximas actuaciones teatra delantales, que hacen las delicias de bebés de que ponian tan furibundas invectivas en lales de dos trovadores colombianos. Franco cinco años o decoran las consolas de modis. bios de Aretal: sesteaban ganados. Corrió era uno de ellos. Divina Colombia, madre tillas de veinte abriles? Son retratos de Fran Franco al encuentro de las vacas. Una vaAtenas nuestra, que en la época moderna y co. Bueno generoso hombre, como saltaba ca pizarra, separada del rebaño, triscaba en en este nuevo mundo, haces una frase de de contento. Qué corazón de niño el de ese compañía del becerrillo juguetón. Mi amigo ironia ática de la vida, te vengas con un viejo! dicen las gentes y no saben que debie fué a ella: le ladró a los cuernos, le ladro chiste de tus malos gobernantes y tienes ran decir. qué vestido más viejo el de ese a los costados. Graciosos saltos laterales ya música americana y literatura america niño!
los de la vaca pizarra, azuzada por aquel na! Aquellos dos enviados de los melanco Franco saltando Franco era un hombre hermoso perro humano! Jugó asi algunos licos bambucos, nos hicieron sonreír y nos ton, moreno, grueso, ancho hacia bendecir minutos: después, trotó hacia su amo, que hicieron llorar. Franco era uno de ellos. Su al Dios que llamó a Sí a los niños. Pero descansaba la sonbra de un árbol florecompañero estaba en segunda linea; poster sólo los niños sonrien a los niños: a los cido, y se echó a sus pies.
guémoslo aún más en nuestra historia: caso viejos nos hace llorar el espectáculo de la Callamos: uno quiere a sus perros; pero con una viuda rica el pobre. En cuanto a infancia. Yo tomé la primera cucharada de no les conversa. lo más, les dirige la paFranco, Franco, el gran Franco, salia a las sopa con lágrimas en los ojos. Aretal son labra. en esta palabra dirigida hay siemescenas de frac sin arrugas y de pechera reia complacido. Los caballos acaban de sapre juego o cariño.
inmaculada. Parecia un perro sabio. can lir de las manos de Dios y todavía no sien Yo, al fin, cansado de estar solo, jugué taba: el jilguero que se había tragado le ten su ausencia; jah. iyo soy un hijo talludo un poco.
sonaba, detenido en la garganta: su voz de mi padre y lloro que esté lejos. Franco, usted ha amado. Franco, usronca, educada en las cantinelas familiares, Comimos. No podria decir cómo es la ted ha trabajado alguna vez? Franco, que ante la ventana de las muchachas de Bosopa colombiana: me acuerdo, si, de rodaji desea usted. gotá, acompañando los cantos de los bogas llas de papas y de plátanos, fritas en man ¡Nada. Nada! Era un buen perro. Qué en las costas, se hacia oir en el teatro sin teca, que hacían reir a mis compañeros de alma de perro aquella. Qué alina de perro, ninguna preparación técnica, como la queja mesa, oliendo del olor de la madre patria. Vagabundo y ocioso! No pensaba nada, no musical de los perros, pero cómo hacia Me acuerdo de un plato de huevos, muy pi queria nada. Se habla ayuntado a veces con y divinamente enterne cante. Mas no me acuerdo bien de lo las hembras, en uniones pasajeras, fecundas cedora como una de las composiciones poé demás que comimos, precisamente porque o no, siempre olvidadas. Ninguna noción de ticas de Julio Flores, letras de muchos de tengo que hablar de lo que bebimos antes. hogar ni de familia. Veneración para seres.
los bambucos. Cantaba las montañas azules Baste decir que cuando nos sentamos a superiores: deseo de series grato: un poner de las ciudades entre montañas de Antio la mesa ya estábamos semi beodos. Es dea sus órdenes colmillos y patas: un sumiso quia. Lo que más conmovia era su cara de cir, semi beodo yo; beodo del todo el mag aportar de golpes: un pedirles cariño y perro. tan dulce al cantar. Pero como su nifico Señor de Aretal. Franco tan beodo, pan. luego nada: el vacío, hasta que un público no era solo de poetas, pronto se ay, que no marchó a la mañana siguiente, viento que corria a otras tierras lo empujaSuspendieron las funciones. Qué importaba como se lo habia propuesto: siguió bebien ba.
aquello? Siguió cantando en las mesas de do una semana más. Se bebió el precio El señor de Aretel me había contado, una los bohemius. Canto para el señor de Aretal, del pasaje! El precio de diez semanas de vez en que yo le comunique la sensación comio de su pan. en estas Américas del espera. Aretal lo encontró lógico y convede confianza que me inspiraba Franco, una centro, quién se muere de hambre? Franco, niente: anécdota, clara amplificación de la lealtad con un horror instintivo por el trabajo. Un pobre hombre que ha esperado tande nuestro amigo. no veis que un perro hace muy poco que to tiempo: es natural su desquite.
Cierta ocasión, en una callejuela, el señor tiene manos y no sabe aún qué hacer de En verdad ¿cuándo un perro supo ahorrar ellas. sabía de los evangelíos el divino de Aretal, que solia con frecuencia, por memandato que preciso Ripalda: ni tuvo la virtud de la previsión?
dio de violentos corcovos, lanzar lejos de En uno de los dias del consiguiente re si seres poco amables, se enzarzó en una porque pedis el pan nuestro de traso de la partida de Franco, salimos éste disputa con dos jóvenes alemanes. Habian cada dia solamente?
y yo a pasear. El Señor de Aretal nos echo salido juntos de cualquier casa alegre y. Para quedar necesitados de pedir lo de su aposento. Leia un estudio sobre la majestuosamente lleno de indiferencia, Aremismo manlana. fertilidad de la Judea y con esa ruda fran tal empezó cálido discurso sobre la madre ¡Ah, si los ricos entendieran, si los ricos queza que sólo tenemos para los amigos, Francia: leyeran el Catecisno de Ripalda; si lo en nos mando a paseo. En tiempos de Augusto, la mitad del orbe tendieran los socialistas. Bienhadado mandato! Era la hora de era romana: hoy es francesa.
Con esta sabia imprevisión, vivió asi, at medio dia. El padre Sol, obediente a la Los jóvenes alemanes, elegantes horteras dia, como un perro callejero, confiando to eterna ley ciclica, nos mandaba sedante de tal almacén, protestaron con rudeza agredo él en la munificencia de su amo: el amo bochorno y fatiga, con la misma augusta lla siva. Aretal, que ante un puno amenazador, de los pájaros y de los perros, el buen ma con que otras veces nos enciende las almas sobre todo si era un sólido puño teuton, se Dios. Naturalmente, el amo no falto; ique de amor y de energia. Nunca he visto a mi sentia cobarde como cualquier Rubén Darío habia de faltar!
fiel Franco más en carácter. Parecia uno de metido bajo la mesa de la anécdot. se preparo Pero un dia, entre sus necesidades coti esos perros que a la hora del bochorno dor a desaparecer, confiando en la buena estrella dianas, amaneció la de cambiar de casa o mitan en las aldeas caldeadas o caminan pe que salva a las mariposas verdes como las Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica