150 REPERTORIO AMERICANO de zacate que cubre las riberas me dispongo a gozarme en el paisaje.
Salidas del boscaje, las aguas saltarinas y parleras se deslizan cantando por la fácil pendiente, con el suave ras ras de una serpiente. Para quién las canciones dulcemente sentidas, los diamantes y encajes, las guirnaldas tejidas? las sartas de perlas ¿quién irá a recogerlas?
y al cruzar por el aire enrarecido, en bólido encendido, fingiréis diamantinas mariposas. Simbolizáis lo eterno, lo inmutable, el numen que perdura. La memoria de los siglos guardáis en vuestros átomos.
Conocéis el secreto impenetrable del principio del Tiempo, y vuestra historia es la historia del Mundo que ha salido no sabemos de dónde, ni es sabido dónde acabe su hermosa trayectoria. Edad de Piedra. Alli principia el hombre a poner los cimientos del grandioso edificio que hoy álzase orgulloso: la Civilización.
El dolmen milenario, el acueducto, el arco, el obelisco, la esfinge del desierto, la pirámide, el rústico santuario de apilados lajones, el ídolo deforme. son mojones tendidos a lo largo de la Historia por vosotras, y marcan el camino comenzado al rayar la Prehistoria, por el hombre que marcha a su destino, para llegar. a dónde. No sabemos. Mas toscas o labradas, en finísima arena, ya solas, ya mezcladas, en vidrio, en arganasa o en cemento, continuáis la cadena, tal vez un monumento formando. o bien la almena de un castillo. las celdas de un convento. Sirenas y tritones.
y reyes encantados.
y todas las legiones de seres mitológicos que pasan por mi imaginación brindándome en esta hora un goce puro, brotaron al conjuro de vosotras, que sois mi inspiración!
Pues doquiera que estéis: en el camino polvoso y fatigante, procurando descanso al caminante; en la cumbre de un monte, cortando el horizonte, inspirando quizás una leyenda; o sirviendo de templo; o tal vez dando ejemplos de equilibrio, como una maravilla de la naturaleza; forradas en gramilla velando el frío sueño, el último, el temido, de algún sér sepultado en el olvido por pobre, por pequeño,. siempre, siempre mi alada fantasía ha bebido en vosotras poesia.
Oponiendo una valla a la corriente, ya plantadas en medio, ya a la orilla, solitarias, en grupo, armando un puente, en pequeñas arcadas, desnudas o forradas en musgos de colores y en gramilla, sois las piedras sus únicos amores, sus amigas de siempre, el objeto de todos los primores.
Su canto es un arrullo a las piedras dormidas en su cuna bajo el verde cristal. en los idilios mantenidos desde épocas remotas, a la lumbre del sol y de la luna, vale oir la dulzura de esas notas: primero entumecidas.
después son como el raso.
más tarde es un crescendo que culmina agitado en el abrazo mil veces repetido.
ahora es un gemido que se pierde y apaga en el estruendo de una nueva caricia, en que no hay sensualismo ni malicia. la vista extasiada se recrea admirando los encajes, las coronas ceñidas al acaso, y la capa de musgos, irisada con mil gotas brillantes que os dejan a porfía, susceptibles de todos los cambiantes desde que nace el sol hasta su ocaso. Regio manto que tiene como broche, una gema de sol, durante el dia; un rayo de luna, por la noche.¡Y mi pluma tan torpe, que no sabe expresar lo que yo siento!
Ya fué dicho una vez, no sé si en prosa: voló la mariposa desplegando el prodigio de sus alas; la apresáis en la mano, y de sus galas sólo os queda un despojo ceniciento. Así es el Pensamiento!
San José, 10 de Marzo de 1924.
Selección y envio de Alejandro Alvarado Quirós.
Simbolizáis lo eterno, lo inmutable. por eso Moisés el elegido, por temor del olvido o del tiempo que todo lo consume, en dos tablas de piedra recibió su Decálogo admirable. con luz que destella, según rezan las Santas Escrituras, la del Monte Tabor aún conserva la huella bendita del Señor.
Las piedras del Sepulcro, de Jacob, de la honda de David, aureoladas con luz de misticismo, con piedras preciosas engarzadas están al Cristianismo. no es Pedro la piedra en que se asienta la Iglesia del Rabino, el dulce robador de corazones?
Pues nadie sus blasones más brillantes ostenta; ni nadie se presenta con más limpio y añejo pergamino.
Abrimos un concurso Estamos en condiciones de ofrecer dos premios: de 200. 50 oro am. uno, y de 100. 25 oro am. el otro, a los dos mejores artículos que nos lleguen acerca de este asunto. América para los americanos o América para la humanidad?
Dentro y fuera del país, concurran los que puedan y quieran.
El artículo ha de condensarse, más o menos, en unas mil palabras.
Artículos no premiados que sean interesantes y meritorios, nos reservaremos el derecho de publicarlos.
Se cierra el concurso el 15 de Setiembre próximo.
El jurado se nombrará oportunamente.
Los trabajos han de remitirse con las precauciones de estilo en estos concursos.
Rep. Am.
Más lejos. en el mar.
resistiendo el embate de las olas, y emergiendo arrogantes de la espuma, me obligáis a pensar en esas almas que batallan solas, y se yerguen altivas, con más brios y más fé, cuanto más vivas a sus plantas se agitan las pasiones.
Ruge el mar y desátanse aquilones que cuajaron allá en playas ignotas; ni un instante siquiera han conmovido las moles gigantescas, que son nido de miles de gaviotas.
Sueltos vuelan al aire los plumones, y descienden flotando a las espumas.
Mientras tanto, la cumbre se colora con los tintes rosados de la aurora, o los tibios destellos del sol que reaparece entre las brumas.
Si la mar está verde con un verde sombrio; si está el agua tranquila, como enorme pupila de algún monstruo que acecha entre las ondas. iqué capricho este mío! yo quisiera ser buzo y deslizarme por la oscura caverna, que mis ojos no ven, más adivino: palacio submarino, donde la mar se interna socavando impertérrita la roca; palacio de cristales, de conchas y corales, habitado por pulpos y delfines, tritones y sirenas voluptuosas, que peinan las melenas con sus peines de oro, y cuyo hechizo miente al pobre mortal un paraíso. Criaturas adorables, cada vez que os cruzáis en mi camino, me dejáis un anhelo peregrino que me invita a soñar!
Mi fantasía!
habituada a las giras deliciosas por predios encantados, por jardines de rosas, por la alameda umbría, por la comba del mar.
se complace en hallaros donde quiera. reales o fingidasA veces en la nube pasajera con que se empiedra el cielo; a veces en el suelo, calladas y adormidas bajo el beso abrasante de un sol canicular que da bochorno.
Vuestras calvas destellan con reflejos morados, amarillos o bermejos, mientras chillan en lo alto las cigarras, y la hormiga afanosa en la sombra que dais, construye su horno. CULTURA VENEZOLANA Director: José Tagliaferro Apartado de Correos 293 Caracas.
Cultura Venezolana se publica el dia 15 de cada mes en números de 90 a 128 páginas.
En la sección bibliográfica se dará cuenta de los libros de los cuales se remitan dos ejemplares.
Precio de suscrición: En el extranjero: dólares al año.
Ahora es en el río.
Del calor del estio me defiende una copa de verdura que me presta su sombra.
Sobre mullida alfombra. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica