REPERTORIO AMERICANO 47 Página lírica de Castañeda Aragón Oda pindárica a la luna «El sol arranca lágrimas a los ojus; la luna, suspiros al corazón. Hoja de calendario que rodean el pedestal.
Una palmera.
Colón.
Cristóbal.
Aspinwall.
Canal Zone.
Panamá.
No más el vértigo parálisis de la sensación.
Exalto la sandalia y el bordón.
Cráter apagado, oh, há mucho tiempo en las modernas Nápoles del ruido.
Lámpara de la abuela de los cuentos.
Viejo farol de Navidad abandonado en la buharda.
Ya no tienes poetas.
Poema del caminante Ni pajes.
Ya no tienes farero que te encienda.
Tú, romántico faro sobre el tumulto de las ciudades voltaicas.
He tenido que ir al campo para verte.
Para volver a ver tu cara campesina pues ya no eres tan pública como el alumbrado urbano y las horizontales. tú, que ya no te pintas las ojeras ni los labios, has tenido una sonrisa indulgente para mi neurastenia ridicula adquirida bajo los bombillos eléctricos.
Exalto el andar vigilante.
El peregrinar.
El moverse en todos los sentidos pero sin prestarle piernas al motor.
Porque las máquinas se alimentan de espacio y no nos dejan paladear la incomparable alegría de no llegar tan pronto.
El motor ha matado al mundo.
Nos está matando la velocidad.
Será bien que el espíritu vuele. que ruede por los caminos.
Pero dejad que los ojos viajen en su indolente diligencia con cascabeles y mayoral. Qué bien saben el vino del ineson y la caricia de la niesonera. qué ese raid Londres, Pekin, Paris. No más la chispa y el oil.
Clownada Hoy, en la arbitraria pista de Madame Fantasie, arrojare del trapecio a Mister Common Sense.
Hago mi poema en blanco de zinc.
Pinto una raya roja y otra verde y otra negra.
Qué bien, madame!
Este es mi aeroplano de palo.
Corro la pista tirándole de la cola. luego en equilibrio sobre la cuerda.
hago un looping irresistible.
Os saludo al caer en tierra.
despatarrado!
Reid todos del mismo. ahora andaré de cabeza.
Mi cabeza es más fuerte que mis piernas.
Os saludo con una de ellas.
Este es el número de fuerza.
Música! CASTAÑEDA ARAGÓN 7 Puerto de Cristóbal Casas de madera de color.
Los negros.
Inglés colonial.
Una estatua con cadenas Barranquilla, Colombia.
Había una vez.
cado. El mayordomo partió, vendió los gapartir dejó muchas tierras, ricos plantios nados y entregó el producto de la venta a y abundantes ganados. Viendo cercana su su señor. Por tercera vez el primogenito hora llamó a su primogénito y le dijo. He llamó al jefe del campo y le dijo. Aún neaqui que Dios ha colmado mis esfuerzos, cesito más dinero. me lo puedes procurar. agradecido le estoy por sus muchas bonda Contestole el mayordomo. Señor, las cosedes, y antes de partir para lejanas tierras, chas y los ganados han sido vendidos; tan quiero que tú, mi hijo mayor, administres la solo quedan las tierras y estas necesitan hacienda que te dejo. He tomado el dinero capital para su cultivo. Pero he aquí, que de mis arcas con el fin de proveer a mis un rico mercader de Cartago quiere arrennecesidades; tú, en cambio, te quedas con dar tu hacienda y un usurero, de Cartago mis ricas posesiones. Tómalas, y al volver, también, quiere emprestarte dinero. Escoge, cuenta me darás de ellas. Diciendo esto tú, de las dos proposiones la mejor. Llamó partió. El primogénito, entonces, llamó al el hijo al mercader y llegado que hubo éste, mayordomo del campo y le dijo. Mi padre el primogénito sintióse lleno de codicia y le ha partido sin dejarme un denario. Mis gas pidió mil condiciones ventajosas para él. El tos son muchos y en mi casa debe reinar mercader, en cambio, pidióle onerosas conla abundancia. Ve, corta la cosecha y vén diciones, visto lo cual el hijo de familia no dela en el mercado. Recibido que hubo el quizo cerrar el trato. Entonces llamó al usudinero de la cosecha y satisfechas las ne rero y sin muchos regateos dióle en garancesidades de su casa, el primogénito vióse tia las tierras. Al cabo de los tiempos volvió de nuevo en apuros de dinero. Llamo otra el padre de familias y llamó su hijo a cuenvez a sii mayordomo y le dijo: Agotado he tas. Qué habéis hecho de mis posesiones, cuanto me trajiste. Mis gastos son muchos de mis plantios y ganadus. le preguntó. y en mi casa debe reinar la abundancia. Ve, el primogénito respondiole. Señor, como recoge los ganados y véndelos en el mer tú me dejaste sin dinero tuve que vender la cosecha y los ganados. Como mis gastos eran muchos, pedí prestado a un usurero de Cartago, quien recibió tus tierras en garantia. Increpole el padre de familias. Hijo desleal y malvado, mala cuenta me das de lo que te confié. Por qué no diste las tierras en arriendo, ya que tú no podias cultitivarlas. Señor, porque se me exigiam muchas y onerosas concesiones. el amo indignado con la conducta de su hijo pete mogénito, le despidió, diciendo. Sal de aqui, perezoso. Tu debiste dar las tierras en arriendo, pues con eso ganabas tú y ganaba el mercader de Cartago y la riqueza se distribuía para la necesidad de los muchos.
En cambio contraiste una deuda, estéril para todos, salvo para ti que te dió holganza.
Toma tu morral y tu cayado y busca en el mundo inejor ocupación. hablando así se volvió a sus servidores y les dijo. En verdad, os digo, que aquél que guarda sus posesiones para si, quitado le ha de ser cuanto tenía y aquél que administra su hacienda recibirá con creces. Jost: ACUÑA Marzo 3, de 1927.
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