178 REPERTORIO AMERICANO. es les cuando algún cronista que Además, poseía Góngora nuda sino envuelta entre los que gustan de esa suerte presuine de elegante rėbus una erudición extraordina enigmáticos simbolismos. de entretenimientos.
cador de exquisiteces, por ria que exigiría del lector través de sus estrofas Circunstancias no sólo huir del vocabulario usual parecido esfuerzo, ya que se adivina en Góngora sui personales sino sociales y cuelga, a la endeble idea, con ella ornamenta y no concepto de la vida, más desde luego la atmósfera.
abalorios que más parecen pocas veces recarga si poe de un epicúreo que de un literaria del momento euprovenir de la indiada que må. La mitologia, el ins católico y por añadidura ropeo, debieron de contride las simpatías. parisinas. truinental de muchos ofi capellán del rey. El goce buir a que Góngora se deque profesa. mas po atribu cios, especialmente de los cazarlo al vuelo, canta en leitase en una forma de yo a la influencia del autor rurales y náuticos, los em la endecha del pescador a expresión artistica que no del Polifemo, ni El Palafrén: blemas de la astronoinía, la su amada, como un eco de estuviera al alcance de la del Monarca, que acaso que vida delicada de las flores, los antiguos ardores de Cágran mayoría de sus antidó inédito, ni a nuestro la fulgurante de los mine tulo y Propercio, mezclados guos lectores, cual si así cronista el que quizás por rales y de las piedras pre con el sentimiento de la protestara contra los que, dar a su lenguaje una for ciosas, los animales de la muerte: como Lope de Vega, conma «aristocrática. nombre, mar y de la selva, la arena fesabau preocuparse más del por ejemplo. voraz acridio» de las playas, la menula Mira que la edad miente, aplauso inmediato y del a la langosta que cae hamhierba de los campos, en mira que del almendro más lozano lucro vulgar que de la poebrienta sobre nuestros maitodo halla notivo para las Pärca es interior breve gusano. sía coino ejercicio desintezales y que, indiferente al consonancias estéticas y las resado y noble. Es una bien público como unuclios trasposiciones ideológicas. Complicado es el espíritu reacción antidemocrática, de nuestros prójimos, dez Su tendencia a restaurar la de Góngora y, en mi opi por decir así, aunque la pavora la fragante flor del sintaxis latina oprime el nión, uno de sus curiosos labra resulte anacrónica, la café. Sin embargo, tal vez castellano, que ya había aspectos es el cainbio total que a. Góngora impele a el primero que empleó esa adquirido su plenitud. La de la manera poética de su usar de un verbo menos designación del insecto sal elipsis gongorina ahoga a primer período, que es el comprensible a la generatarín y volador no lo hizo veces el concepto. Su rima de sus, romances y letrillas, lidad. aquí se nos ofrece por simple tontería, sino veces dura a por la que después adoptó el tema de la relación del después de observar la intro oído actual, pero en otras en su segunda época, a la estilo del escritor con su saciable apetencia del ani prolonga la emoción, como que pertenecen la Fabula concepto de la sociedad a malito y su familia zoolóuna suave melodía o como de Polifemo y las Soleilades. que pertenece. Un estilo gica; lo que si revela un la luz declinante del cre Tan diferentes son esas ex claro suele indicar un desentido más completo de in púsculo. No se detiene Gón presiones de su ingenio que seo efusivo de extendida formación corresponde más gora en las apariencias sen se dirían de dos autores en comunicación, como fué el a la ciencia que al arte, sibles sino que desentraña absoluto distintos. Alprinci de Góngora en su primera que bien entendido puede sus esencias por medio de pio, la forma tan popular y época, mientras que el auembellecer los más vulgares la alegoría. Su metáfora es sencilla parece que se diri tor que, adrede, se hace objetos sin necesidad de «encomo una revelación de la giera a un vasto público. hermético, como Góngora noblecer» sus nombres. Cierintimidad del objeto, pero Luego, parece que Góngora en su segunda manera, seto es que circunloquios verla poesía que nos encanta destinara sus poemas a un ſala una posición de altivo bales de esa especie pueden su. hálito musical, a grupo de iniciados que se apartamiento de su colecrevelar un conocimiento más veces en Góngora se hace complaciera en descifrar tividad. No siempre, a mi analítico del objeto contemdemasiado densa por exceso arcanos y los que, en ocajuicio, el fenómeno obedece plado que el vocablo de contenido. La naturalelo que siones, se creyeran puros a esas causas, porque la define, o una idea más cu za no se le presenta des juegos de adivinación para imitación de un autor fariosamente disociada en los moso, que ha descollado por elementos psíquicos que sinla originalidad de su fortetiza.
El testimonio de los mayores ma, puede influir hasta en Góngora, precisamente, a.
la redacción de una gacemi entender, tenía una senLa patria es el suelo tilla periodística, sin que sibilidad tan aguda y fina, Cuba, cayendo y levantándose, aranza, y gana el cronista tenga la delibeque percepciones que a nosrada intención de apartarse terreno, Ni los obstáculos colosales de su triste otros escapan, por disimude sus coetáneos. El caso herencia, ni los tropiezos inevitables entre tantos ladas o pequeñas en los obes frecuente en nuestra Améescollos, lian podido debilitar el ardor de sus hijos.
jetos, las más sutiles rela. rica, y he tenido la oportuCuba progresa; y si logra siquiera verse regularciones entre las cosas, eran nidad de oirlo criticar dumente administrada, llegará a consolidar su situaacogidas por su imaginación ción política.
ramente por escritores euy transformadas en metáSólo necesita ver con toda claridad el propósito ropeos, que designan como foras primorosas, que su «estilo tropical» el que más primordial: el reconquistar su territorio, la parte ingenio complicaba. Ahora, bien es, muchas veces, hijo, de su territorio que ha dejado enajenar. Mucho se al reeler las Soledades, con ha hecho ya; el número de terratenientes cubanos precisamente, del estilo de cuidado que no deja de daautores europeos que, por.
crece; nuestros colonos pueden ser una gran fuerza ñar a la emoción poética, admirados, fueron sin tino al servicio de ese gran fin; la organización de la belleza que me retiene con imitados por nosotros.
nuestros obreros les promete positivos elementos resplandor inefable, si no.
de bienestar, con provecho claro para todas las Nas cierto es que, desde alumbra todo el contorno. clases sociales, si saben abarcar el problema que los orígenes de nuestras lipara mí en sombra, sin duda indico, y concurren a resolverlo.
teraturas americanas, una frondosidad retórica suele por incapacidad intelectual, ENRIQUE VARONA invadir demasiado el domime permite presentir los Mayo, 1923.
nio de las ideas y que, con tesoros que la mirada no (el Figaro. Ln Ilabuna)
logra alcanzar.
frecuencia, una fantasía descon 11 Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica