112 REPERTORIO AMERICANO Tríptico del día de Reyes sus padres decidieron, para ejemplaridad, un castigo.
haciendo que la niña encontrara en su zapato, cuando la inañana de los regios presentes, y sin perjuicio de que después vinieran éstos, algo nuy denigrante y.
LAS TRES HERMAXAS de mucha fealdad, revelador del disgusto de las altas, Querríamos dicen, indecisos, en la tienda de ju potencias juzgadoras, ante la perversidad de la juzgada.
guetes, los tiernos proveedores de los Reyes MagosY aconteció que ésta, el día antes, como leyese querríamos algo sólido, de duración.
en su texto de Historia Sagrada que los Reyes Magos Pero. de dónde sacáis vosotros que duración y liabían ofrecido al Niño Jesús oro, incienso y mirra, solidez hayan de andar juntas?
y le sorprendiese esta última palabra, levantó los Oid una historia.
Eran tres hermanas. Fue un día de Reyes.
ojos del libro para preguntar: la hermana menor los Reyes la trajeron mm Mama. qué es mirra?
frasco de perfume. la mediana, una mantilla de La nadre hubo de confesarle su ignorancia sobre encaje. la mayor, şu sortija de prometida.
el producto. Pero añadió que se trataba de algo preEl peso del frasco de perfume, apenas encerrado cioso, perfumado y exquisito.
en el armario de muñeca, hizo hundir la tabla que Mientras tanto, las doncellas limpiaban con un le sostenía. Se quebró el cristal, se desparramó la. cuchillo el piso, por demasiadas semanas descuidado, esencia. la hermana menor tuvo que llorar mucho.
La pompa del encaje, prendida por azar en. un de la pajarera grande del jardín. Y, por secreto enclavo, cuando la hermana segunda paseaba cerca de cargo de la señora, reservaban parte de los residuos él, desgarró a la mantilla. Pero esto se pudo compara deslizar subrepticialmente cuando la noche en poner. y la niña no lloró largo rato.
el escarpin de la nuchacha. Dónde aquellos habían En cuanto a la novia, siete días y siete, noches de prestar el doble servicio de afrenta sin golpe y llevó su anillo de prometida. hacía fulgurar orgu. de memorable lección.
llosamente las piedras a la luz.
Mas no se afrenta al candor asi como quiera. LleTranscurrió un año.
Cuando el año hubo transcurrido, ya el anillo de gado el momento, corría la ilusionada al balcón. Di. la novia estaba devuelto, y el perjuro, al otro lado rigíase dereclia al. zapatillo. Veía en el la extrana del mar.
cosa. Y, llevándolo en la mano, volvía en una caTranscurrieron diez años.
rrera al dormitorio de la madre, lanzando gritos juNo duró menos la mantilla. Al fin. de purv vieja. bilosos.
de puro desgarrada y vuelta a componer. se deshizo. Mamá, mira. Mira lo que los Reyes me hau en polvo, entre unos dedos sin piedad y el viento dejado aqui. Mirra, mirra!
que se la llevaba.
Transcurrió más tiempo.
Como la ciencia del Rey Midas convertía en oro todavía mucho, mucho después, cada vez que cuanto tocaba, la ilusión de una intacta inocencia la menor de las hermanas abría el armario. sentía convierte en mirra hasta el estiércol!
flotar el hálito embriagador del perfume vertido. No vaciléis más, en la tienda de juguetes, tierIII nos proveedores de los Reyes Magos. Comprad lo.
más frágil, lo más tenue. lo más etéreo.
SUEÑO ENSEÑO II ya la. VUELVE GENTIL TODO CUANTO MIRA. Es muy conocida la parábola. El Señor tiene para todo una palabra ne indul. gencia, de perdón. Hele aquí que avanza, con sus discípulos, por un camino estrecho. Un poco más allá encontrará necesariamente al paso la descompuesta carroña de un perro que yace por tierra. amante malicia de los discípulos se pregunta. Cómo se las arreglará para encontrar algo bueno en esta infamia nausealunda. Qué dira. Qué dientes tan blancos. pronupcia el Señor.
Pero tolavía cabe más generosidad. Cabe. no ya esta lucidez, que permite destacar lo excelente, sino la ilusión que lleva a sublimar lo abyecto.
Era una niña demasiado inocente. No sólo conservaba su fe en el milagro que el uso infantil enlaza con la celebración de la Epifanía, sino en otros milagros superfluos.
Pero aquel año, en vísperas ya de la gran jornacla, había coinctido no sé que travesura. Tal, que Hay quien lo concilia todo.
Siempre cuento lo de Totó, cuando tan niño, que se discutió en familia si convenía liablarle unucho de los Reyes el día de Enero. Si se le excita, se desvelará. Pero también es jina lástima privarle de esta jornada de esperanzas de oro, del goce más puro, porque no hay en el todavía esta sombra de desengaño, inevitablemente asociada a la consumación de todo placer. Qué vale más, el descanso o la poesía. El sueño o el ensueño? Toda la moral, toda la filosofía del.
mundo pasan por el fiel de esta cuestión.
Totó, la mañana siguiente, la dió resuelta. Ay! dijo, estirándose regaladamente entre las sábanas de su camita, en toda la noche, pensando en los Reyes, no he podido despertarme.
La almendra de su ensueño se cubría de una cascara de sueño. y el impulso de su entusiasmo en la defensa de su salud.
EUGENIO Ors Espain.
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