Liberalism

REPERTORIO AMERICANO 53. Alora oigamos al nismo doctor Núñez: verdadera fuerza moral que gobierna a En esos mismos días y sobre los mismos El movimiento de las sociedades huna los honbres y que sólo velan ilusorios teinas escribía: Leibnitz se declaró contencinas está sujeto a leyes providenciales per accidentes; y los partidos que abran con do de que la difusión creciente del espíritu manentes, de la misina manera que la yi desconocimiento de esa fuerza caminan al de examen y la decadencia del espíritu da fisiológica de cada uno de sus miem suicidio.
público entre las clases elevadas provocabros.
Refiriéndose a la influencia religiosa en rían una revolución general en Europa, por» El desarrollo moral es la síntesis final la sociedad, escribió: Allá (en Francia. que los sentimientos de orgullo con que se del progreso en todas sus formas.
como aquí, se reprodujo en máximas di trataba de reemplazar la moral, no serían. Todas las grandes instituciones, aun mensiones la fábula de Prometeo que re suficiente dique contra el estrago. Los las que a distancia nos parecen más ab presenta el castiyo impuesto a la curiosi milagros del a gracia son para Leibnitz insurdas, han tenido su razón de nacer y dad y presunción excesivas de la hormiga estimables. él mismo fué un ejemplo, ile existir.
humana. Aquí la ignorancia de las ma porque se sabe que era uno de esos espíri» Estas seis palabras: justicin, seguridad, sas era casi absoluta, y se emprendió la tus que hacen presentir y adivinar, por sli orden, estabilidad, libertailu progreso, tie insensata tarea de debilitar la influencia poder, el poder e insondable profundida nen para los filósofos un mismo e idénti. la ación del sentimiento religioso de la naturaleza humana. co significado.
que, entre nosotros, está única e invaria Claramente escribió entonces. El fana»En materias políticas y sociales la blemente representado en las creencias tismo no es la religión, sino su extravio, exactitud de los principios no es matemá católicas. Con el pretexto de combatir como la demagogia no es la libertad; pero tica, sino sólo aproximada y relativa. preocupaciones y errores, nuestra política entre la religión y la moral lay indisoluble «Este somero y muy imperfecto bosquejo desnudó, descarnó y disecó casi todo el lazo. El materialismo es el brutal bípedo de la sociologia fue trazado por nosotros sistema moral, echando en olvido lo que humano: Heliogabalo, Luis XV, Marat. El antes de que hubiésemos leido a Herbert podemos llamar el pudor de los hechos, espiritualis, no es el arcángel: Vicente ile Spencer. Esa lectura. nos afirmó en y el límite inevitable que tienen los doPaúl, Pedro Claver, el obispo Biffi. No nenuestras conjeturas y les dio toda la am minios de la razón humana.
gamos la posibilidad de altísimos sentiplitud y el rigor de convicciones profunilas, también escribió. Si el liberalismo mientos morales sin definidas creencias revivas y definilas. está en razón inversa de la fe religiosa yligiosas. pero sobre esto ocurren también Comentando esas proposiones, dijo don en razón directa del materialismo, nos equivocaciones, porque no es fácil hacer Marco Suárez: declaramos fuera de su comunión, porque observaciones en el recóndito seno de la Para el doctor. Núñez la evolución so preferimos ascender a descender; buscar conciencia humana. Littré, por ejemplo, fire cial, o lo que es lo mismo, el adelanta al ángel y alejarnos del gorila.
considerado en vida como materialista puro, miento de los pueblos, no es fenómeno faApoyando su manera de pensar citó la.
como representante superior de la escuela tal, sino resultado de la provida acción del alocución de despedida del presidente positivista, y se reconocía en él, conjuntaAltísimo, que desenvuelve perennemente Washington: mente, un tipo de convicción moral comel progreso del género humano por medio «Religión y moralidad son fundamentos pleto; al morir, sin embargo, y sin pavor de la justicia. La justicia es la correspon indispensables de todas las disposiciones y ni zozobra, sino con serenidad estoica, imdencia indefectible entre la moralidad de hábitos que conducen a la prosperidad primió un ósculo ferviente en la efigie de los actos humanos y sus consecuencias de pública. Inútilmente buscará actos de Cristo. Admitimos, empero, la posibilidad exaltación o decadencia. Por eso los go patriotismo aquel que trabaje. por subver alụdida, pero como excepción. En los jóbiernos que infringen la justicia, tarde o tir estos grandes cimientos de la felicidad venes, principalmente, la ausencia de lo temprano lo expían y aceleran a pe humana, estos firmes baluartes de los de religiosa hace inuchos estragos morales; sar los fallos divinos, beres del hombre y del ciudadano. Tanto algunos de los que se encuentran en este. La intervención de la Providencia en el siin ple político como el creyente deben caso y que hemos podido tratar de cerca, nos los hechos y acontecimientos sociales es de consuno hacerlos objeto de veneración han horripilado en verdad, por su carencia constante y en ocasiones evidente, según Vamor.
de generosas emociones. Son como los frutos el presidente Núñez. Por mucho que se conceda a la influen que prematuramente carcome el gusanos. El doctor Núñez interpreta al sociólo cia de una refinada educación sobre espi. Replicando a un colaborador de la lleyo Spencer, no sabemos cuán exactamenritus de peculiares confesiones, la razón forma, decía. En seguida viene la hojate, con sentido cristiano, pues no vacila y la experiencia nos vedan esperar que la rasca habitual en forma de interrogatorio.
en afirmar que del ejercicio de la caridad inoral nacional pueda mantenerse con ex ¿Qué piensa el doctor Núñez del libre ales de lo que Spencer se promete el per clusión de los principios religiosos.
bedrío, qué el libre exainen, qué le lil feccionamiento moral, y aim traduce el Comentando esa cita dijo. Pero el cola supremacía del poder civil, qué de la repensamiento del filósofo en esta forma: borador de la Reforma no expediria a pública genuina? No sibíamos que el libre «Cuando cada hombre ame al su prójimo Washington diploma de liberal; de la mis albedrío y el libre examen fueron elemencomo a sí mismo, la perfección quedari ma inanera que un liotentote no aceptaría tos de programas políticos. nuestra vez, consumada. lo cual para el doctor Núñez como belleza la Venus de Praxiteles, ni las preguntamos al puritano liberal: Crco lises. cristianismo puro.
Concepciones de Murillo. ted en el alma? scree en Dios? es usted Esto no era, como bien se comprende, Por la misma época, decía. Tocqueville católico, protestante, judío, malometano. cristianismo puro, pero luminoso punto describe con inano inaestra los efectos que deja de ser liberal el que se confiesa. de partidas, para llegar a la verdaderit produjo en Francia, a fines del siglo pa oye misa? El ideal lepublicano es seguirafuente del cristianismo.
sado, el progreso de la incredulidad, a la inente para el colaborator al que nos estaInsistiendo sobre la evidente interven cual atribuye los horrores y desastres de mos refiriendo la algarabín que publica ción de la Providencin, slecia el doctor. la gran revolución. Esa incredulidad obró actualmente un papel de Bogotii, que es Núñez. En lo que menos pensaba (el ge onás aún solire los espíritus, dementando como eco del nauseabundo Pre Duchesne, neral Mosquera) era en abrir al partido, los, que sobre los corazones corrompién de París. Allí está sin duda la síntesis ética liberal, vencido y diezinado, e implacable dolos. Observa ese profundo escritor que del tal colaborallor, que tanto se polüeocupa enemigo suyo, el camino del poder públi cuando la religión abandona las almas, de con el libre albedrío y el libre examen.
co; pero el hombre se agita y Dios lo con éstas se apoderan sentimientos inhunanos Bueno! hay, pies, efectivamente un abisino duce. El escéptico doctor Núñez creia, que las mantienen en artificial ardor; y entre nosotros, y puede el colaborador de pues, en Dios, en su providencia y en el que la abolición del orden civil del re La Reforma declararnos cuantas veces quieinflujo de las ideas morales para civilizar ligioso en Francia hizo perder el equilibrio za desertores y apóstatas. a los pueblos. Hay, pues, decía, una al espíritu humano.
De las consecuencias del irrespeto a las Su Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica