REPERTORIO AMERICANO 373 ganar. Pidio bock gua de Mistral: Lou souleou me fai canta. mesas de clubs mixtos sorprendia a las mu rismo recibieron miles de extranjeros riQuiere decir: el sol me hace cantar. En jeres.
cos que huyeron para disfrutar en otra el papel de cartas y el menú aparece la El banquero, impasible, tiro el otro pase. parte. La guerra empezó en un desorden consabida chicharra impresa en un color Pedro lo dejó todo y se tendió con un ale formidable que aprovechó la hez para verde pálido. Una docena de clientes obegre ocho de color rojo. Al ver los mil dos satisfacer toda clase de pasiones. Aprovesos, con la voz sonora el acento de Mar cientos amontonados le bajó un alegre cos.
chando el desconcierto de las autoridades, sella mantienen la tradición de la chicharra, quilleo desde la cabeza. Jugaba como morbombardeaban a los policiales con denunMirella y la bonillabaisse. En general los finomano.
cias criminales. anónimas. El de Agosto clientes franceses toman el circulo con cal Plähtese; pagueme; plantese, murmurano quedaba en Paris ni una sola moneda ma. Para ellos es una costumbre y un mé ba a sus espaldas Sasonoff.
de oro o plata, ni tampoco una sonrisa.
todo; para extranjeros un trastorno. La El tallador se volvia, nervioso. Por priFrente al circulo de Meridionales, los jugaelegancia, la galanteria de Paris llegaban mera vez parecia perder su corrección.
dores vieron pasar primer camión de hasta esas salas antes de la irrupción de Execraba a los metecos. Una vez, en Biarritz, municiones, hacia el Este, y luego, también, metecos.
un gigolo de Buenos Aires, que bailaba el primer mutilado. La guerra se desarroTajuña pidió que sirvieran el café en la con su esposa, le pasó quince veces.
116 en una caligine de incertidumbre; el sala de juego, donde el chemin de fer em Pedro entregó cuatrocientos a Sasonoff y mapa de Francia se estrechaba por horas.
pezaba. Además de los clientes habituales dejó el resto enterito. Volvió a Pedro tuvo un arranque, bien pronto reiban llegando los jugadores profesionales al criado un whisky y el sombrero y salió.
primido, por cierto. Quiso defender la gracia de Germaine; quiso ser soldado para jóvenes ricos que almorzaban en los gran El bulevar le saludó alegremente con el defender aquello que le llamaba con tanta des restorantes. poco se remató la banca. aliento fin de Junio. Paris era otro. Le pasigno de abundancia. Se la adjudico el con reció que oia por primera vez esa ópera fuerza: el ritmo, la gracia, el pie de las grisetas, esa cosa que se dilata desde la de Barol de Pitou en doscientos luises. formidable las tres de la tarde el juego ardia. Al Du Barry, desde la Maintenon, esa polva Cien, calle Chateaudun, gritó a un coreda de oro de historia.
lado derecho del conde jugaba el comple chero.
mento, Henstenberg. Todo el interés de la iHué, cocotel, hizo éste, fustigando a la La venganza partida estaba entre el banquero y él. yegua.
En el casillero 16, de la oficina del Hotel Pedro fué a hablar con Sasonoff como le El prestamista Maximoll le pregunto, en del Tango y de las flores correspondiente dijera Tajuña. Lo vio que se defendia de un cuanto le saludó. Viene a sacarlo todo? a la habitación de Pedro había dos sobres, sablazo de Berner con grandes aspavientos No, dijo Pedro. Solamente la cigarre uno con la cuenta de la semana, ascen. No tengo un céntimo, no tengo nada.
ra y el reloj Pulsera, y sacó los billetes a diente a 87 francos 75 céntimos, y otro. Por qué no le pide a Marlouf? puñados.
con una nota que decía: Comisario de. Ese crapula desaparece en cuanto tiene Después se fue a la terraza del hotel del investigaciones judiciales. Ruego a usted dinero para no pagarme. Ahora juega en el Tango y de las flores, en la calle Pigalle, que se presente de urgencia de once a Epatant y en el Capucines, exclamo Saso donde le esperaba Germaine, tomando un doce, en nuestras oficinas. noff.
Pedro fué puntual: a pesar de la limpiCuando se acerco Tajuña pasándole una Vamos a las Galerias, le dijo Pedro dez de su conciencia, tenia un miedo ner.
mano por el hombro con aire hipócrita, Sa radiante. Voy a comprarte de todo vioso que proventa de su debilitamiento sonoff saltó como basilisco. Hablaba un es El hotel del Tango y de las flores era progresivo. Había perdido su bella audacia pañol arcaico, mezclado con términos del un nido de tanguistas; gente que se levandel edén Americano. Estaba hético y tembulevar, taba a las cuatro de la tarde para ir a los bloroso. Por la calle fue haciéndose negras ideas hasta la comisaria Estoy loco. dijo. Entiendes? Loco, dancings. En ese ambiente todos se Con voz imponente el comisario empezó a Nadie me paga. Marlouf vive traspillado! cian; eran los mismos ociosos de Niza, Encon la barba sobre el hombro. Cuando no ghien, Monte Carlo, el bulevar. Pedro era interrogarle y, cosa rara, esa cara de Francia seria era desconocida para el meteco, tiene para yantar, el gorronazo, el sopon, famoso entre esa gente por su audacia pahabituado a las reverencias que producen las se acuerda de mi. Berner es un crapule, ra hacer bancos. Decian las mujere la pasar: un cochino crapule, un malandrin. Ahi va ese nerviosillo, tan gentil. est propinas. Pedro vio con sorpresa que su Tajuna, sin desarmar le dijo: Preste a dossier o un amour fichero, era tan grueso como el Pedro Bastias. Es dinero seguro.
Frente al hotel del Tango y de las floPetit Larousse ilustrado. Ya veré.
res estaban el Hotel Magnolia y Karama ¿Qué hace usted en Francia, en estos momentos. Caramba! Mientras nuestros sol Ahora me voy, dijo Tajuña aparte a zoon, cenas y licores. La calle era un poema.
dados se baten en el frente usted les birla Pedro. Cuando le preste, déjeme cien bajo sus novias a retaguardia.
sobre. salió con su habano y su bastón. Quién provocó la guerra? El meteco El comisario echaba chispas.
La jugada vio, en la mesa de lectura del Meridio Soy francofilo, dijo Pedro.
nales, un número de Illustration en. Calle la boca. grito el comisario. Usted Los criados abrieron de par en par las que aparece el señor Poincaré pasando es espia. Qué hacia la otra noche encen ventanas para ventilar la sala de juego. Se revista a un millón de rusos con el gene diendo una cerilla en la plaza Pigalle, duhabía terininado el naipe y la segunda serie ralísimo Sekoumlinoff. Esto ocurrió antes rante el ataque de zepelines?
de jugadores era llamada a sentarse. De afuera, desde el bulevar, esas ventanas edel asesinato de Sarajevo. Bajo la fotogra Fumaba, dijo Pedro, con voz seráfica.
fia dice: Estamos listos.
chando humo, hacian el efecto de un incendio.
Walter Rathenau. Mentira. grito el comisario. Usted hadijo la verdad: todos los mandatarios fuma cia señales. le ruego que se tenga a disΕΙ conde bebió agua: cerraron las venta ban nas y comenzó el otro naipe. Pedro pidió. Cierto día apareció, pegado en la cigarrillos entre los barriles de pólvora. posición de la justicia.
mura el corte con la derecha, haciendo lugarto. lla, en la puerta misma del Meridionales, Pedro salió como perro corrido, pensando lagarto con la izquierda. Miró a ambos y el affiche de que todo seria obra de Tajuña. Llegó al liomovilización. Algunos so tel, pidió un vermouth y dijo a Germaine: vió a Sasonoff que se le acercaba.
se abrazaron. Enton Mira. Dicen que soy malo. Que arreba Tome los trescientos, le dijo, no quise ces los miembros extranjeros se sintieron to las esposas a los soldados; que tu futuro dárselos delante de Tajuña, porque ese cra abrumadoramente extranjeros, miraron esas es un héroe.
pule le pediria la mitad. Yo sé con quien manifestaciones con torpeza odiosa. Los Sí, dijo Germaine simplemente. Mi er.
trato y no preciso recibo.
Pedro jugs todo de un golpe ante la cametecos se aislaron con rapidez vertiginosa. novio está mutilado, pero yo no veo el valor Los pocos trenes reservados para el tu especial de un manco. Es bien triste para el ra horrorizada de Sasonoff, y ganó. Tenia pobre, pero no lo quiero!
un estómago brutal para jugar, que en las Joaquin Edwards Bello La semana siguiente partieron a Espana.
Se conoLa guerra cios viejos lloraron y se dore Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica