Tomo XV REPERTORIO AMERICANO Núm. 21 San José, Costa Rica 1927 Sábado de Diciembre SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA SUMARIO: La redención por la belleza, por Leopoldo Lugones. La cachorra asada, por Capitán Araya. Bala, por Rubén Coto.
Cadisch, por Alberto Gerchunoft. Pérez Bonalde, por Andrejulio Aibar. Página tirica, de Enrique Heine. proposito del Centenario de Berthelot, por Gonzalo González. Blanca Milanés, encantadora prosista, por Carlos de Sanabrla Rasch. La Geografia intelectual de América, por Jaime Torres Bodet. Pido la palabra. por Mario Santa Cruz.
de la vida por la aquese músico. cosa che.
Ex marzo de 1827 murió Beethoven, y en octubre del mismo año apareció El Libro de los Cantares, de Enrique Heine.
Hace ut siglo, pues, que al vincular ambos acontecimientos, el destino iníció en Alemania, con aquellos dos bienhechores, lo que hizo el konor de Grecia en la Antigüedad: la redención por la belleza.
Adviertase que siendo dicha obra. esencialmente comunicativa, sus agentes culti. varon las dos artes de expresión: aquéllas Que entre las cinco, mejor se prestan comonicar, por ser de oído. Ambas realizan también, más directa y sentillamente, la expresión estética de las emociones, que constituye y define al Arte. es, por último, en ellas, donde se logva con eficacia mayor, la sintesis de espíritu y y manteria que lace de la creación artistica un ser viviente.
Como en la creación que condicionó el logos, para las dos el principio es el Verbo.
Paesto que una y otra son la vox organizada por la mente. Esto es la expresión estética que denominainos, según el caso, armonia o verso, y que, animada por la emoción, realiza la música o la poesía. E!
arte, es, pues, la expresión, estética de las emociones, que son muchas, por cierto, pero que pueden resumirse en dos: el gozo y la pena de vivir; o, en otros términos, su ile.
gría y su tristeza.
Hasta Beethoven y Heine domino, bajo la influencia cristiana, la emoción de tristeza, sin que propio Renacimiento habiese logrado otra cosa que la exaltación material de vivir. Mucho era, sin duda; mas la pureza espiritual, siquiera fuese en el dolor, siguió imponiéndose. La influencia cristiana inspiró, todavia, al romanticismo, como lo haría con su congénere politico el racionalismo democrática. El romanticismo fué par definición, el culto de la vida norelesca, en oposición la vida real, considerada y despreciables con lo que resultábale natural el desenlace funesto de aquélla, o sea su consabido fracaso ante la realidad. Cultivó, así, el desengaño sistemático, que es. quizá, la más despiadada forma de tristeza, lo cual explica también su reflujo bacia la Edad Media; y bajo el concepto cristiano de justicia, que consiste en la predilección por los débiles, llegaría, con Hugo, a la exaltación demagógica del miserable. Pues aquel concepto cristiano estriba en la compasión, no en la equidad.
El naturalismo y el realismo volvieron a la sensualidad renacentista, sin sacudir el yugo de la tristeza, que siguió preocupán.
dolos bajo la forma compasiva de la protesta social; pero el gozo de vida misina, es decir, la cosa, pagans sólo renació verdaderamente en ese poeta y cosa extraña: en los dos, también, fué reacción sobre la enfermedad física, que haría de ambos sendos esclavos del dolor. Pero, qué puede este siniestro agente del destino ante. In In generosidad de suprema la hace el la belleza en xima de artista! La caridad su dolor, asi como el agua mana de la piedra rota.
No erró el juicio contemporáneo al establecer la indole pagina de aquellos dos kr. tistas; pero lo que no pudo apreciar, por demasiado próximo, fué el beneficio que con eso aportaron. Gracias a ellos empezó reimperar en el mundo de la belleza la emoción de alegria; o, en términos más amplios, la norma vital sobre el culto de la muerte. El optimismo substituyó al pesimismo, con ello, la salud la enfermedad, que es realmente, la tristeza.
El arte pagano fué la exaltación de la vida próspera, que es la vida sana, y de consiguiente alegre y feliz. Lograda en su seno, como lo estuvo, su. impresión dominante fué la serenidad, resultante de la proporción que expresaba aquel concepto vital en la organización de los elementos artisticos Buscóse, pries, en arquitectura, por ejemplo. In impresión de simetría, resultante hasta de la combinación de elementos efectivamente dispares, para imponer con ella Inente y la sensibilidad la noción de equilibrio, fundamento de la existencia inorgánica, dándole, en satisfacción del reposo. Armonizados asi Aquellos elementos de la conciencia, para formarle al arte una particular, la encarl nación de los dioses en forma humana, prefiguraba a su vez la perfección orgánica de KALOLITROSIS LA REDENCION POR LA HALLSTA LEOPOLDO LUGONES en consecuencia, la MIRAGE MENS De La Noclon. Buenos Aires Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica