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230 REPERTORIO AMERICANO La mala fe del bachiller Rojas según el señor Ramiro de Maeztu IS.
afirmación de la voluntad de potencia, el La riqueza se defiende com habilidad, Por eso, sostiene con su habitual penepoder de la riqueza.
como un animal perseguido, y la más audaz tración, que toda la obra, inclusive el acto de sus defensas son esas grandes donacio primero, ha salido de la pluma del bachiLa riqueza la estado siempre rodeada de nes para fines de cultura y de otras aten ller y aunque fragmentariamente inicia el peligros, por lo mismo que es tan codiciada. ciones de utilidad pública que hacen los estudio de la obra en sus múltiples aspecAhora se encuentra en un momento partimultimillonarios americanos, los Carneggie, tos.
cularmente peligroso 110 sólo por la aspira los Rockefeller. Eso es mucho más elocuente Pero, como a Lugones, entre nosotros, cióll liniversal de las masas a una distribu que las homilias sobre los sinsabores de la sus discipulos son allá los primeros en neción más justa de los bienes materiales, sino riqueza. He aquí una cosa parecen decir garlo.
porque el título mismo de utilidad social de que no harán las sociedades por accio No hay que apresurarse a incluir entre la opulencia es muy discutido. No hay inte nes. estos últimos al señor don Ramiro de rés mayor en que existan millonarios. AI ¿Quién sabe? El capitalismo ha prestado Maeztu que acaba de juntar en volumen sus entrar la economía en la fase del crédito se grandes servicios al progreso humano; mas artículos sobre Celestina o del saber publiha generalizado el sistema cooperativo de sus razones se van agotando, y la fe que cados en La Prensa. El señor de Maeztu los ahorros; el tipo de organización de las inspiraba como instrumento económico se ha no es un ērudito ni pretende serlo. Es un grandes empresas es la Sociedad por accio debilitado mucho. Esas mismas obras de periodista y un escritor militante que llega nes, que forma con muchas pequeñas partes desinterés, que lo mismo pueden tomarse a tratar la fe del bachiller Rojas desde otro de capital ingentes pirámides de dinero, como una fe de vida que como un testa punto de vista que el meramente literario.
capaces de emprender todos los negocios mento de la opulencia, pueden pasar a El señor de Maeztu no discute ni mucho que antes emprendían los Fúcares, y que órganos colectivos a medida que una nueva ni poco si la obra es en total o en parte siguen emprendiendo los de ahora, mucho organización económica del Estado vaya de Rojas. Expone las hipótesis de los espemás poderosos que los de antaño. Mas esta amortizando o suprimiendo las cargas paracialistas y se inclina a encontrar plausible nueva estructura financiera da al capital una sitarias y que se multipliquen los sistemas la de Menéndez y Pelayo. Es decir, que planta socialista y cooperativa que hace in de cooperación universal esbozados en la Rojas debió inventar un primer acto de necesario al Fúcar o le obliga a demostrar Sociedad de Naciones, Mena o Cota por «el escrúpulo bastante su necesidad.
ANDRENIO natural de no cargar el solo con la paternidad de una obra impropia de sus estudios de legista y más digna de admiración como pieza literaria que recomendable por el buen ejemplo ético, salvo las intenciones del autor que tampoco sor muy claras. hasta aquí va muy bien orientado el señor buena fe del bachiller don Fernando cual yo más me precio, como es la verdad, de Maeztu. Lástima que a continuación olvide de Rojas, autor de La Celestina, tragi lo hiciese; antes distraido de mis derechos, la «hipótesis plausible. sic) del maestro y comedia de Calisto y Melibea. fué puesta en esta nueva labor me entremetiese.
tomando al pie de la letra los elogios que en duda muchísimas veces. No es de extra Pero muy pocos tomaron en cuenta estas Rojas se hace en la Carta, escriba. Si no nar, pues, de que lo sea una vez más por palabras del autor al ocuparse de su Tracontradicen la hipótesis del señor Menéndez el señor Ramiro de Maeztu en su libro sobre gicomedia. Lo cual en verdad no debe sory Pelayo por lo menos incitan a darle otro Don Quijote, Don Juan y la Celestina. prender tratándose de un autor y de una sentido. Hay que buscar otra razón. etc, Desde Foulché Delbosc, el grande his obra de hace cuatro siglos! Sólo don a fin de darle ese otro sentido hallar panista francés, que negó a Rojas la pa Marcelino Menéndez y Pelayo, hombre de esa otra razón, el señor de Maeztu agrega ternidad total de la obra, hasta Cejador y buena fe y de mejor comprensión, autor del cincuenta páginas en defensa de una tesis Frauca, el ínfimo erudito español, que atri. ensayo más interesante que sobre tan granpersonal para que Rojas «se esconda detrás buyó al bachiller solamente los dieciseis de libro hay en español, alcanza el sentido de los nombres de Mena y Cota, aunque actos de la forma primitiva, hay una larga humorístico de la famosa carta de Rojas. pregone el suyo propio en versos acrosserie de hipótesis y teorias al respecto. Asi, ticos. juicio del señor de Maeztu todas mientras unos conceden a Rojas desde die«las perplejidades. sic) que suscita ese En ciseis a veintidos actos, otros le niegan 920, cuando Jacobo Epstein expuso sus libro inspirado en «el más desolado pagaesculturas en Londres, las principales controversias todos menos el prólogo y atribuyen la obra nismo. resic) se resuelven «con la tesis de que giraron alrededor de tina figura de Cristo. El esculal malísimo prosista cordobés Juan de Mena tor explicó entonces: Cada hombre tiene su propio lo que Rojas se propuso en la Tragicomey al judio Rodrigo Cota, autor del Dialogo Cristo; yo he tratado de expresar en piedra mi idea dia fué descargarse el pecho, pero cuidánentre el Amor y un viejo. todo porque en de Jesús. Nadie ine sirvió de modelo. La cabeza no dose de evitar al mismo tiempo que se pertenece a raza alguna, no es judia ni europea. He la Carta del autor a un su amigo, que figura dado ligera expresión a sus manos porque to llegase a comprenderle. pág. 252. que al frente de La Celestina desde 1514, Rojas más inquieta a mi espiritu es su sufrimiento. Dios me libre de atribuir idénticas intenescribe refiriéndose a la obra: Sin embargo, el crítico del Times dijo: ciones al señor de Maeztu! Su razón es Vi que no tenia su firma del autor, el «Sentinos desconcierto y, falta de congruencia concluyente. Si La Celestina como yo entre la vivida realidad del semblante, el sentimiento cual según algunos dicen es Juan de Mena, creo. Es decir: Si la nariz de Cleopatra.
y la actitud bizantina. y según otros Rodrigo Cota. Quien quier. El critico. de The Observer comento: que fuese, es digno de recordable memoria «De haber vivido en tiempo de Torquemada y la por la sutil invención, por la gran copia de Inquisición, Epstein habria terminado su carrera en Pero, aun cuando se infiriese de hechos un auto de fe. La cabeza es alargada y de un tipo sentencias entregiridas, que so color de doreales y no de una mera creencia que «Rode negroide. Nada nienos parecido al Cristo que naires tiene.
jas estaba familiarizado con el tipo de un todos imaginamos y, sin embargo, no hay nada irreY como para rematar la farsa: verente en élo.
converso que había dejado de ser judío sin ¡Gran filosofo era! pues él con temor Por su parte el cronista del Sunday Times hizo aceptar de corazón el cristianismo. y que notar a sus lectores: de detractores y nocibles lenguas más apaLa Celestina se escribe «para descargar el «Epstein ha concebido un Cristo joven no euflarejadas a reprender que a saber inventar, pecho de sentimientos que inducen a Rojas quecido como aquel de Nestrovic, sino delgado, quiso celar y encubrir su nombre, no me cul ascético con un ligero rasgo mongólico en la faz. y personas de su intidad y mayor afecto a peis, si en el fin bajo el que lo pongo no He subrayado de intento las tres palabras: bizan abandonar la religión de sus mayores. tal e. rpresase el mio. Mayormente que siendo tina, negroide y mongólica para que resalte mejor cual lo supone el señor de Maeztu en las la diversidad de juicio de los tres peritos ingleses.
jurista yo, aunque obra discreta, es ajena de últimas lineas de la página 249 de, su kenVéase el comentario integro acompañado de una mi facultad; y quien lo supiese diria, que no fotografia del Cristo de Epstein en REPERTORIO sayo en simpatia» el misterio no queda por recreación de mi principal estudio del AMERICANO Vol. N. 22.
aclarado. La hipótesis simple del señor Ra Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica